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"Ardiente pasión. Sexo desenfrenado."

Al llegar a casa de los Park, JiMin y Jungkook no pudieron aguantar un segundo más, sus cuerpos se necesitaban con urgencia, deseaban unirse en uno sólo y disfrutar de la lujuria provocada por el otro.

Unieron sus labios en un beso apasionado y duro, los chasquidos que llenaban la habitación sólo servían para aumentar la deliciosa excitación que cargaban.

Jungkook introdujo su lengua en la boca de JiMin, tragándose el gemido que este soltó al sentir su sinhueso invadirlo tan de repente.

JiMin nunca había estado tan excitado en toda su vida, ni siquiera los vídeos pornográficos o sus juguetes sexuales le hacían sentir tan extasiado.

Y eso que apenas comenzaban.

Jungkook había conducido a una velocidad impresionante, importándole muy poco el haberse ganado una multa por exceso de velocidad, él sólo quería follarse a su hermoso y joven jefe hasta el cansancio, quería sentir su polla apretada en el redondo culo de JiMin.

Y claro que iba a conseguirlo.

—Voy a prepararte ahora mismo, JiMin. — dijo mientras le miraba de manera intensa. — Acuéstate en la cama, ahora. — ordenó con dureza. JiMin gimió al escucha la ronca y deliciosa voz de Jungkook, él era virgen aunque no lo pareciera, nunca pensó que le gustaría tanto el ser tratado de esa manera tan ruda.

Se acostó con rapidez sobre su cómoda cama, ansiando el toque de Jungkook sobre su piel, quería sentir sus grandes manos recorrer su cuerpo, se había vuelto adicto a ellas a penas estas le habían tocado en el auto de camino a casa, varias veces creyó que se descontrolaría y terminaría por subirse en las piernas del azabache para que lo follara allí mismo.

Jungkook se desnudó la parte superior, JiMin quedó embobado al tener a la vista tan hermoso cuerpo, la piel del azabache era ligeramente morena y sin imperfección, sus pectorales estaban marcados al igual que su abdomen, JiMin inconscientemente se lamió los labios para después morderlos, provocando que la polla de Jungkook se revolviera en sus molestos pantalones.

—No hagas eso.

JiMin lo miró confundido, ¿de qué hablaba?

—¿Hacer qué cosa? —preguntó inocentemente con una ceja alzada.

—Morderte los labios. —respondió con mirada hambrienta. —A menos que quieras que te arranque la ropa y te folle sin dilatarte. — JiMin gimió ante la imagen que se había presentado en su cabeza: Jungkook arrancándole la ropa desesperado, penetrándolo y follándolo con la más dulce crueldad.

Sonaba muy tentador.

—¿Y qué te impide hacerlo, Kook? —preguntó con la voz más ronca que antes. Jungkook lo miró serio, sin expresión alguna en su rostro, pero JiMin pudo jurar que sus pupilas se habían dilatado al máximo.

Estaba jugando con fuego.

—No me provoques, JiMin, te recomiendo que no lo hagas. — advirtió con severidad. Se había aguantado mucho tiempo las provocaciones del precioso rubio, pero ahora que lo tenía para él, completamente dispuesto, no iba a tenerle piedad alguna una vez que lo hubiera preparado.

Sabía que JiMin era virgen, pudo darse cuenta de ello nada más haberlo visto la primera vez que llegó a esa casa como su guardaespaldas de tiempo completo, su pureza le brotaba por los poros, por eso se estaba controlando lo más que podía, se aferraba a la poca cordura y aguante que le quedaba para no lastimarlo. Pero si el chico seguía tentándolo de esa manera, mandaría al carajo su cordura y cumpliría con cada una de sus fantasías sexuales.

Into You 너에게 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora