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"¿Amenaza o advertencia? Molestia infinita."

Jungkook estaba molesto y preocupado a la vez, JiMin no le había dicho ni una sola palabra referente a lo ocurrido días atrás.

Después de haberlo calmado mientras lo abrazaba con fuerza y dejaba que se desahogara esperaba una explicación de lo que fuera que le hubiera pasado ese día.

Pero no, simplemente obtuvo un corto agradecimiento y el resto del día libre.

Aquello le había molestado en grande, ¿es que JiMin acaso no se daba cuenta de su preocupación? En su mente aún estaba la posibilidad de que el culpable fuera Taehyung, pero no estaba seguro. Debía averiguar como fuera todos los hechos.

Los Park estaban de visita en casa de los Kim, todos reían exageradamente por cosas que a Jungkook realmente no le interesaban, menos a JiMin, el rubio estaba completamente ido en sus pensamientos, o eso creía pues el chico no apartaba la mirada de la copa llena de vino entre sus dedos.

Jungkook quería tomarlo de la mano y llevárselo de allí a cualquier otro lugar, estaba claro que JiMin no era feliz, se notaba en su mirada vacía y sin brillo, una muy distinta a las que tenía cuando estaba lejos de su familia.

Pero estaba seguro de que si hacía tal cosa estaría despedido inmediatamente, Jungkook no quería aquello, eso lo alejaría de JiMin.

En su mente sabe que no debería importarle el chico, que no debería sentir molestia alguna porque tuviera una pareja, pero siempre que JiMin se encontraba cerca de él su instinto sobreprotector afloraba enormemente, sentía que no debía dejarlo solo, sentía que se quebraría si hiciera tal cosa.

Se estaba volviendo loco.

No apartaba la mirada de JiMin, no quería apartarla, observaba atentamente cada cosa hecha por el pequeño rubio, cada sonrisa falsa dada a sus suegros, cada mueca de incomodidad y tristeza en su bello rostro.

¡Maldita sea! ¿Por qué se sentía tan impotente por no hacer nada?

JiMin sólo era su jefe nada más. No debía sentirse abatido al recordar los sollozos del chico, no debería sentirse cabreado al recordar con quien estaba emparejado, no debería sentirse inútil por no saber qué hacer para cambiar esa tristeza por felicidad.

No debería.

Pero lo hacía.

🍒

JiMin estaba tan malditamente avergonzado con Jungkook, ¡nunca había llorado frente a nadie!

Había hecho el ridículo por una estupidez y lo sabía, tal vez ahora Kook pensaba en el como un bebé llorón que necesitaba ser mimado, él no quería eso, no quería darle esa impresión a su guardaespaldas.

Le había dado el resto del día a Jungkook para luego subir a su habitación y golpearse mentalmente por haber sido tan débil.

¿Cómo vería al hombre a la cara ahora? No podía borrar lo que había pasado, tampoco podía contarlo.

Había decidido hacer como si nada hubiera ocurrido, pero dios, era tan condenadamente difícil cuando Jungkook no paraba de mirarlo tan preocupado, porque sí, se había dado cuenta de la intensa mirada del azabache sobre él.

JiMin pensaba que aquello era lástima.

Si, tal vez Jungkook pensaba en él como un pobre idiota que se dejaba manipular por la bruja de su madre y su prometido infiel. Que lloraba por cualquier tontería que le ocurriera cada día.

O tal vez su mente sólo quería jugarle sucio y hacerle sentir mal, JungKook no se veía como un mal tipo, al contrario, desprendía un aura dominante y tranquilizadora que embriagaba a JiMin por completo y le hacía sentir en paz, completamente a gusto.

Bebió un sorbo del vino tinto en su copa y por fin se dignó a mirar a Jungkook, el hombre tenía un rostro completamente serio, ilegible, pero JiMin sabía que algo ocurría en su mente, se notaba en sus ojos. Sintió sus mejillas calentarse y prefirió concentrar sus ojos nuevamente en la copa de vino sobre la mesa.

Sintió como tomaban su mano y alzó la mirada para ver como Taehyung le sonreía tiernamente, casi parecía el novio perfecto con aquella sonrisa que surcaba en su rostro, pero JiMin sabía que aquello no era cierto, que Taehyung no lo amaba, que sólo era un posesivo de mierda y un infiel de primera.

Quería levantarse de allí y acabar con toda esa farsa, pero no tenía el valor para hacerlo.

Su madre lo amenazaba con miradas cada vez que respondía cortante a los señores Kim, por lo que debía agregar una sonrisa y felicidad que no sentía para que no descubrieran su verdadero ánimo.

Qué asco de vida.

 🍒

La reunión entre los Park y los Kim había terminado hacía poco, Jungkook podía ver como Ji Won se despedía de los señores Kim junto con su esposo.

JiMin se había alejado de aquello para encerrarse en el auto y descansar un poco de la migraña que empezaba a formarse en su cabeza. Jungkook lo entendía, estar fingiendo una sonrisa todo el día no era algo que todos pudieran hacer.

Sintió un toque en su espalda y giró para encontrarse con el hombre dueño de sus pensamientos más sádicos y sanguinarios.

—¿Se le ofrece algo? —preguntó con fingida cordialidad, estaba claro que ambos se odiaban mutuamente. Esa tensión había crecido mucho últimamente.

Taehyung estaba con una mueca de disgusto y desagrado en su rostro, algo que no intimidó ni un poco a Jeon.

—Seré directo contigo, aléjate de mí JiMin. — Jungkook abrió los ojos sorprendido y rió levemente, ocasionando que Taehyung lo fulminara enojado.

—Disculpe, Kim, pero creo no entender el porqué de su petición. —habló con burla. —Si no lo recuerda, soy el guardaespaldas del señorito Park, por lo que mi obligación es acompañarlo a todas partes, sin excepción.

—Sabes a que me refiero con alejarte, bastardo infeliz. — TaeHyung tomó la camisa de Jungkook y la arrugó entre sus manos, tratando de verse amenazante. —No quiero que te metas con JiMin, él es mío, es mi prometido.

Jungkook quitó cualquier expresión burlona de su rostro para adoptar una muy seria e intimidante.

Con fuerza quitó las manos de Taehyung de su camisa, acorraló al chico contra la pared y puso su mano en su cuello, asfixiándolo levemente. No quería causar problemas, pero Kim Taehyung lograba que aquel pensamiento se fuera a la mierda.

—Escúchame, niñato engreído, no voy a alejarme de JiMin. —su voz era ronca, amenazante. Taehyung podía sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, no diría nada, no estaba en posición de hacerlo. —Yo me comprometí a cuidarlo de cualquier sucio bastardo que le hiciera daño, tú eres uno de ellos, así que trata de relajarte un poco con tus celos y métete en tus asuntos.

TaeHyung airado golpeó el brazo de Jungkook, el azabache lo soltó, no porque el golpe hubiera dolido, sino porque el chico estaba demasiado rojo por la falta de aire en sus pulmones, él no quería matar a Taehyung, o bueno, tal vez sí quería, pero no ahora.

—Soy Kim TaeHyung, heredero de la fortuna Kim, por ende puedo hacer lo que me plazca, idiota, no eres nadie para decirme como debo ser con JiMin. —escupió con odio.

Jungkook suspiró, aguantando las increíbles ganas que tenía de patearle el culo a ese infeliz de mierda, ¿era sano querer matar a una persona que conocías en tan poco tiempo? Kook creía que no.

—Me vale una completa mierda quien seas, mocoso. —espetó intimidante. — Sólo te diré una cosa, veo lágrimas en el rostro de JiMin y te romperé el culo a patadas.

—¿Me estás amenazando? —preguntó incrédulo.

Jungkook se dió la vuelta al escuchar que era llamado por sus jefes, miró a Taehyung una última vez y sonrió con maldad.

—Yo preferiría llamarlo advertencia, pero puedes tomarlo a tu conveniencia, Kim. —sin más que decir, abandonó la sala, dejando a Taehyung con las palabras en la boca.

Into You 너에게 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora