Carmella se movía de un lado hacia otro, era la ultima noche que se quedarían en la casa Corleone, Don Vito había arreglado todo para irse de una vez por todas a una finca en Sicilia, Carmella pondría su tan soñada pastelería y Don Vito pasaría mas tiempo junto a sus nietos. El mando de la gran familia caía sobre Michael, las decisiones ya estaban tomadas.
El olor a la deliciosa comida que se encontraba en la estufa hizo que mi estomago se retorciera, hace algunas semanas el doctor dijo que estaba esperando un hijo de Michael, las cosas iban bien, los capos de las tres familias no estaban muy contentos. La seguridad se reforzó, las casas estaban repletas de nuevos hombres y las personas dentro de estas llevaban mas de dos escoltas. Jon-Jon llegaría dentro de dos días, Tom Hagen nos había advertido de un ataque en contra de Don vito. Michael lo desestimó, no serian tan imbéciles de atacar a Don Corleone.Carmella dejo un gran plato de Minestrones enfrente de mí. Mi estomago rugió y lo único que podía pensar era en sumergir ese delicioso pan casero en la salsa.
Connie y Carlo estaban aquí, ella se veía reluciente, su pequeño estomago abultado, su gran sonrisa. Una gran y falsa sonrisa, todo mundo en esta mesa sabia lo que pasaba puertas a dentro en casa de Connie, los moretones en sus brazos, los cuales ella intentaba ocultar con bonitas chaquetas de colores, las deudas con las distintas casas, Connie aceptando cada golpe, insulto, de su marido y no tan solo de Carlo sino de los hombres a los que él les debía. Sus muñecas estaban marcadas, sus dedos estaban machacados, los moretones resaltaban en su piel blanca.
La mano izquierda de Carlo estaba sobre la mesa, él estaba sentado a mi lado, como si nada, mirando a los ojos a Don Vito y sonriendo, como si nada sucediera. Connie era la víctima aquí, y un poco culpable, ella no decía absolutamente nada de lo que sucedía. Pude jurar que su grito se oyó por toda la casa, el tenedor estaba incrustado en su mano, el mantel de flores se estaba manchando por completo.
-Te cortare la cargante si vuelves a tocarla .—Todos aquellos que estaban en la mesa se me quedaron viendo .— Puedes quedartelo, usare la cuchara-¡Haz algo!
Carlo tomo a Connie de su brazo elevándola, me estire tomando el tenedor de Michael, empuje a Carlo y clave el tenedor justo debajo de su cuello, Connie gritaba, Carmella corría hacia ella para consolarla, Carlo elevo su mano sana para darme un gran bofetón en el rostro, caí sobre mi trasero, la silla de madera golpeo mi cabeza
.
-No eres nadie pedazo de mierda, mujerzuela
Michael me tomó de los brazos y me jalo junto a él, la rabia corría por mi cuerpo, quería golpearlo, matarlo, meterle una bala en la cabeza. No tenia derecho alguno a golpear a Connie y mucho menos a mi. Abrace el cuerpo de mi esposo y susurré sobre su pecho .—La golpea Michael, tienes que hacer algo
-Es su esposo
-Entonces hazlo por mi, soy tu esposa y el me golpeo-Gino, llévate a Carlo
Intente forcejear con Michael, no quería que esto se terminara aquí, se las cobraría con Connie al llegar a casa. Don Vito se encontraba en la esquina de la mesa, comiendo plácidamente su plato de Minestrone, Carmella sostenía a Connie en sus brazos, Michael me sostenía, sabia perfectamente lo que tenia que decir. Di unos cuantos pasos hacia atrás recargándome sobre el mueble, pasando las manos sobre mi estomago y rostro, salí de la sala caminando rápido hacia la recámara. Michael vino detrás de mi.
Caí sobre mis rodillas, mi rostro dentro del váter, devolviendo lo poco que tenia en mi estomago.
—
Connie se quedo esa noche en casa, Michael junto a Gino se encargo de Carlo. Los autos habían salido hace mas de dos horas, Carmella y Don Vito volarían hacia Sicilia. Michael no dejo que lo acompañara, dijo que me quedara junto a Connie. Ella aun estaba un poco alterada por lo sucedido la noche anterior. Sabia que Carlo aparecería en cualquier momento y se las traería contra mi.
-Gino cocino, fideos, no tienen buena pinta, pero el jura que son una delicias
ESTÁS LEYENDO
The Kray Twins.
Random"Los aristócratas y los criminales tienen mucho en común. Ambos son egoístas, se aburren con facilidad y tienen acceso a un montón de dinero que consiguen sin trabajar. Y lo más importante, no les interesa ni las normas burguesas ni la moralidad. Po...