19; Mujer de la mafia.

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Era la segunda vez que entraba al despacho de Don Vito, esta vez acompañada solamente por Sonny. Él no estaba muy feliz con el trabajo que le tocó, pero no podía contradecir a su padre, Tom Hagen había regresado, él había traído noticias de mi padre.

Estaba en un pequeño hospital a las afueras de Long Islan, Jon-Jon y Cicero había reunido a toda la familia para la seguridad de papá. Ron había desaparecido, mientras que Regginald había vuelto a Londres, Frances esperaba un hijo.

Ni siquiera había parado un segundo a pensar lo que la enfermera había dicho, estaba esperando un bebe, de Reggie, por un momento tuve lo que más anhelaba, pero sin siquiera saberlo lo perdí todo. No podía llegar a creer que Regginald estuviera detrás de todo esto, Ron, él no podía traicionarme.

-Por lo que se, Jimmy quería hacer un trato con los Kray para construir uno de sus casinos en el territorio de los Kray, que más puedes decirme aparte de eso

Sonny estaba sentado detrás del escritorio, sus manos estaban juntas, el vaso de burbon estaba sobre el escritorio dejando una mancha circular sobre este, me voltee quedando enfrente de él. —Mi padre no me decía muchas cosas y ni hablar de Tony, cuando él murió Regginald me conto sobre los negocios de expandir los casino en Long Islan, todo iba bien, los planos del casino ya estaban listo y, maldita sea

Deje caer mi cuerpo sobre el sillón de cuero negro, mi cabeza daba vueltas, no podía parar de pensar en mi padre, Regginald, en Frances y su hijo, el hijo de Regg. No amaba a aquel hombre, estaba segura que después de Anthony no podría volver a tener las fuerzas para amar a otro hombre, lo podía jurar. Pero el no salía de mi cabeza

-Cuando mataron a Tony, fue el primer golpe, todo se desato luego de la primera muerte

-No, hirieron a Regginald, joder, fui yo quien le dijo a Anthony que matara a los Richardson, lo mataron por mi culpa, por el maldito Regginald

Sonny se sentó junto a mí, sus manos juntas enfrente de su cuerpo. —Mi familia tiene problemas mucho mayor que todo esto, de ti jugando a ser una mafiosa, la mierda de los Richardson...

-Mataron a mi esposo, Sonny, y mi padre está muriendo

Mire sobre mi hombro, su rostro serio y los tiradores perfectamente colocado sobre su cuerpo, Sonny era un hombre casado, pero él era un casanova, le gustaba jugar con las mujeres, esa era su reputación, no lo podía negar. Se inclinó cerca de mí. —Sabias muy bien el riesgo que corrías al casarte con Anthony, nadie te obligo a que lo hicieras, no fue un matrimonio arreglado, como buena mujer de siciliano debes soportarlo y comportarte, no puedes salir y matar a todo mundo

Su aliento caliente chocaba contra mi hombro, ladee mi rostro hacia el costado, acercándome un poco más a Sonny. —No quiero matar a todo mundo, solo a mis enemigos

Sus manos eran fuertes y ásperas contra mi cuerpo, su boca se apodero de cada parte de mí, su cuerpo grande aplastaba el mío, cada gruñido que salía de su boca hacia que cada bello de mi cuerpo se erizara.

Me removí sobre él soltando el aire de mis pulmones, sentía mi cuerpo arder, pegajoso y caliente, muy caliente. Podía ver las marcas rojas sobre sus hombros, su pecho subía y bajaba, sus manos estaban sobre mis piernas, la habitación estaba echa un desastre, nuestra ropa tirada por cualquier lugar, zapatos esparcidos debajo de la pequeña mesa de centro, y el vaso de burbon tirado sobre la alfombra

-Así consigues lo que quieres

-No te comportes como un pedazo de mierda, no ahora, Sonny

El sonrió de costado y pasó sus brazos detrás de mi espalda, apegándome a su cuerpo y devorando mi boca.

-*

La mesa estaba perfectamente puesta, Connie y Carlo venían a cenar, Carmella había preparado unos deliciosos Aracini, las copas y el vino tinto estaban presentes también. Para los sicilianos la familia era muy importante, y amaban las familias numerosas, los niños corrían por la sala jugando con aviones de papel que Freddo le había construido y comiendo pasta y el queso parmesano que se habían robado de la cocina.

Todos estábamos sentados a la mesa devorando la delicia que estaba en nuestros platos, Carmella era asombrosa en la cocina, ella siempre decía que lo mejor que puede hacer una mujer era conquistar a su hombre por el estómago, así fue como conquisto a Don vito.

Sonny estaba del otro lado de la mesa, las líneas rojas se podía ver por el cuello de su camisa, podía ver lo incomoda que se encontraba Sandra, ella nunca hablaba y estaba segura que sabía lo que había sucedido con Sonny. Pedí disculpas y me levante de la mesa, salí de la casa encendiendo un cigarro, mis manos sudaban un poco y podía sentir mis mejillas rojas.

El cigarro en mi mano se consumió demasiado rápido, sin pensarlo encendí otro, pude sentir la puerta cerrarse otra vez, ni siquiera voltee, sabía que era Sonny, sus lustrados zapatos negros pararon a mi lado, encendió un cigarro. —Mañana saldremos a Long Island

-¿Quiénes irán?

-Clemenza y Michael

-Sonny...

Él sonrió de costado y se acercó a mí, besando el ovulo de mi oreja susurro. —Mujer de la mafia.

The Kray Twins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora