Acto 6: "Rio Bzura"

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—¿Tu igual te sientes sola no? —rabiando con lagrimas entre sus ojos le comenta Adam a Hadara.

—Ya no sigas... —le contesta Hadara.

—¿Esta estúpida guerra te lo ha arrebatado todo no? —comenta el alemán aun insistiendo.

—Ya para... —responde la chica, limpiándose las lagrimas con una de sus mangas.

—Esta maldita tontería sin sentido alguno... —perdido se dice así mismo el chico.

—Ugh; ¿que rayos sucede contigo? —llorando le habla Hadara a Adam.

—Solo abrázame —apretándola más y cerrando los ojos le contesta el soldado. 

Von Kleist y Hadara se quedan juntos. Ambos respectivamente abrazados, mientras Milka los sigue viendo se suelta una ligera brisa invadiendo lo que es todo el lugar, iluminándose un poco el cielo dejando salir los rayos del sol, sintiendo su calor.

—El cielo se ve tan hermoso en este día —se dice así misma la pequeña Milka.

Los días pasan para nuestros amigos, y en ese transcurso de tiempo la relación por parte de Adam y Hadara se vuelve muy solida al grado de ganarse la total confianza de la chica.

Los días solo son de paz y hermosa convivencia, pero para los últimos a Milka le ha dado una terrible carraspera, dificultándole el respirar, poniendo nerviosos a Adam y su hermana.

En uno de tantos días todos salen para el rió de nombre: "Bzura" en donde también se daban los conflictos bélicos a dar un baño, aprovechando que el clima estaba agradable, ya que por lo general siempre era frió.

Adam se dispone a relajarse en el rió, mientras por otro lado se encontraban Milka y Hadara donde no se vieran.

Nuestro amigo soldado en el tiempo transcurrido se pone reflexivo ante su situación actual como lo que había pasado anteriormente.

—Sigo sin entender... —se dice así mismo Adam, observando su reflejo en el agua.

Adam sigue recordando a su fiel amigo Hagen como la primera vez que lo conoció, entrándole impotencia por lo que había pasado.

—Todos ahora están muertos por su maldita ambición, pero eran mis amigos... —nuevamente se dice así mismo el alemán.

El soldado dispone a secar su cuerpo fornido con marcas por lo de la guerra con los rayos del sol, aprovechando que ninguna de las dos chicas se encontraban a la vista, dejando ver su cuerpo desnudo para así poder ponerse sus vestimentas.

Por detrás al ponerse la ropa le llega la pequeña Milka, rodeándolo entre sus brazos al chico con esa sonrisa que le caracterizada. Adam al principio se sorprende, pero ve que era la pequeña, entonces este la monta a su espalda para así dirigirse con su hermana.

Adam centra su atención en los rasgos de la pequeña el cual era como Hadara solo que más pequeña, quizá podría ser la ultima vez que podría verla, ya que la guerra no perdona nada. Aun así nuestro soldado piensa positivo, y trata de mejor evitar los malos pensamientos.

—Oye Adam —dice Milka.

—¿Que paso pequeña? —dice Adam.

—¿Para cuando tú y mi hermana se harán novios? —por consiguiente le dice Milka a Adam.

—Pues veras la verdad es que eso ya casi lo tengo —contesta Adam, riendo de una manera maliciosa.

—¿Como así Adam? —algo confusa le pregunta la niña.

—Ya lo veras —le contesta Adam dando una sonrisa, mientras le sacude su cabeza.

Los dos chicos se rencuentran con Hadara para así irse al pequeño refugio a tomar descanso.

Al llegar a Milka nuevamente vuelve a darle un ataque de tos, poniéndola tan mal que no le queda de otra más que tener que recostarse en su cama.

Pasa un rato y Milka aún no se podía levantar, ya que se encontraba muy débil, preocupando aun más a ambos.

Hadara y Adam se colocan al lado de la cama de Milka ante una desesperación que cada vez era mayor.

—Milka cada vez la miro más deteriorada Adam que ya no sé que más podamos hacer —agarrándose la cabeza en desesperación le dice Hadara.

—Tal vez en un rato puede haber mejoría, dejemosla sola sin quitar el ojo encima de ella —dice Adam.

—De acuerdo... —dice Hadara.

Ambos se alejan un poco de la pequeña para ir a la parte alta del edifico donde había un enorme ventanal en el que se podía mirar al exterior. 

—¿Adam? —preocupada le habla la chica al alemán.

Adam se pierde entre sus pensamientos, ignorando a la chica.

—¿Adam? —habla nuevamente Hadara.

El chico sigue ignorando.

—¡Adam Von Kleist! —desesperada le contesta la judía.

—Sonaste igualito a mi madre —riéndose le responde el alemán.

—¿Que pasa Adam?; has estado muy pensativo en este rato —dice Hadara.

—No es nada importante solo son recuerdos y nada más —comenta Adam.

—No lo creo, deben ser muy importantes para ti —preocupada le dice Hadara.

—En serio no importan —con tono bajo lo dice el alemán.

—¿O sea que no me los dirás? —dice Hadara.

—Es que yo... —algo confuso se dice Adam.

—Dímelo —contesta Hadara con una sonrisa de oreja a oreja.

Nuestro amigo va soltando todo lo que traía cargando desde que llego con las chicas.

Hadara mira con tristeza al soldado por todo lo que le va contando en el transcurso de ese tiempo, tratando de entenderlo un poco y sintiéndose un poco culpable de lo que le juzgada en el pasado, ya que lo contado en boca del soldado era realmente una vida de tragedia, dolor, sufrimiento y malas decisiones.

Hadara toma al soldado de las manos mirándolo fijamente sin soltarle la vista de encima para darle palabras de aliento y elevar sus ánimos. El soldado ante sus acciones le regala una sonrisa la cual deja algo impresionada a la chica, quitando rápidamente la vista y dirigiéndola a otro lado, ya que no quería le notara lo sonrojada.

Conforme caminan para ver el estado de Milka la chica judía no puede quitar de su cabeza aquella sonrisa que le regalo el soldado, haciendo que se sujete y acurruque en su brazo sin importarle esta vez que dijera. Adam a su vez esta de igual impresionado, y algo sonrojado por la acción de Hadara.

—¡Eh!; ¿Hadara? —le dice Adam a la chica.

—E-e-es que me dio algo de frió —sonrojada le responde la chica.

 —¿E-e-en serio? —desviando su mirada, y nervioso le comenta el chico.

"Tiempos De Guerra"

"Tiempos de Guerra" (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora