Acto 3: "Sombras Del Pasado"

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—Mejor dime ¿cómo aprendiste a cantar de esa forma tan hermosa? —le pregunta: Adam Von Kleist a Hadara acercándose a ella nuevamente.

—¡Dije que te alejes! —responde Hadara propinándole tremenda cachetada.

—Deberías de relajarte un poco —exclama enojado el soldado y sobándose nuevamente.

—Hermana vas a acabar al pobre muchacho si sigues así —comenta Milka agachando la cabeza en señal de decepción.

—Deja de defenderlo, ¿acaso no vez que es el enemigo? —con enojo le responde Hadara a su hermana.

—Señor alemán perdone a mi hermana que no se da cuenta aun de que usted no es así —le dice la pequeña Milka a Adam.

—Tranquila Milka tu hermana debe tener sus razones para odiarme... —le responde el soldado volteándose de espaldas con los ánimos un poco más bajos.

—Bueno tal vez sea verdad, pero puedo ver en ti que no eres igual —dice Milka alentando un poco al soldado y tocándole su espalda.

—Vamos por favor mejor deja de parecer una víctima que no lo eres —arrogante le responde Hadara al soldado.

—¡Hermana! —un poco molesta exclama Milka.

—No todos venimos por el mismo propósito Hadara —volteándose con una mirada ida le responde el alemán a la chica.

—¿Qué quieres decir? —con duda le dice Hadara al soldado.

—A veces hay peores destinos incluso que la misma muerte —con una sonrisa falsa se contesta Adam.

—Uy... —exclama Milka algo triste.

—¿Qué rayos conoces eso tú? —comenta Hadara de tono sarcástico.

—Sé que no soy el único que le ha pasado; entiendo tu odio —dice Adam.

—Oigan esa aquí no era la cuestión mas bien era el dulce cantar de mi hermana —intentando elevar los ánimos les comenta la pequeña a ambos.

—¿Acaso me lo dirás tú? —un poco más animado dice Adam a Milka.

—Esto es difícil de creer —dice resignada Hadara sentándose en el suelo.

La pequeña Milka toma iniciativa llevándose a Adam a una zona un poco más privada, pero no evita que Hadara les quite el ojo encima desde su sucia y polvorienta cama. Es demasiado el odio de la judía hacia el soldado que presta todo su tiempo atención total a el y todo por ser de la clase de tipos que aniquilan su gente lo cual le da toda la razón.

Adam sentía ese ambiente tenso con Hadara aunque por el contrario Milka le dio ánimos y cuenta la historia de los orígenes de entonación de su hermana.

—Pues veras tendré que escarbar un poco en el pasado así que siéntate aquí con nosotras para que escuches bien —le dice la niña al alemán disponiendo igual a sentarse en el suelo.

—¿El que necesita saber? —aun arrogante contesta Hadara.

—¿Quieres dejarme seguir? —un poco molesta responde Milka.

—¡Puaj!; todo esto es tan nefasto de verás —exclama la judía volteándose de su lugar para recostarse.

—En verdad debes perdonarla, pero para ella no es fácil nada de esto —le comenta Milka al soldado desviando una fatigada mirada.

—Entiendo perfectamente, debería de disculparme por estar una plaga como yo aquí —nuevamente responde con esa falsa sonrisa el alemán.

—Ya te dije que en ti no veo esa maldad —sonríe la pequeña tomándolo de ambas manos y dando una leve risa.

"Tiempos de Guerra" (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora