Hola, queridos lectores me tienen aquí al fin con un nuevo capítulo para esta historia, prometiéndoles estar más al corriente en las actualizaciones ahora que tengo tiempo. Les dejo de entrada esta canción para el capítulo de la ocasión así que sin más que decir a disfrutar.
¿A quién le importa si una luz mas se apaga?
Pues a mí si...
"Tiempos De Guerra"
21 de septiembre del año 1939 es una tarde fría de otoño en el cual este cala los cuerpos recorriendo y penetrando ese helado aire. Era la época de: "Otoño Dorado" en la casi extinta Polonia, dándole un brillo de belleza. Aun así el día para nuestros protagonistas estaba más que perdido ante la muerte de la pequeña Milka.
No había clase de poder el cual pudiera hacer que el día se volviera más optimista para nuestros protagonistas. Simplemente los chicos se encontraban perdidos en la sala del lugar con un profundo silencio.
—Como lo siento Milka que no pude hacer nada para salvarte —con rabia el soldado alemán.
—No te culpes de nada que hiciste todo lo que estuvo a tu alcance —se expresa la chica judía.
—Esta tan fría... —dice Adam en intento de acurrucarse en Milka.
—Adam... —en un estallido de llanto le comenta Hadara.
—¿Por qué dios permitiste esto?, ¿qué clase de dios te haces llamar? —con un repudio, y lanzando piedras al cielo le dice Adam.
El frio sin duda era inminente, pero para los chicos no les daba ni cosquillas es como si estuvieran completamente perdidos ante lo sucedido y desamparados como un huérfano.
El tiempo va dando marcha y finalmente en un intento de recobrar la conciencia el soldado ayuda a Hadara a recobrarse de igual forma y así le ayude con Milka.
La pequeña es cubierta por sus cobijas que le dieron abrigo esas heladas noches. Adam con todo el dolor del mundo, además de expresarlo en su rostro carga el cuerpo de la pequeña, mientras Hadara con ese mismo dolor le sigue por detrás, llevando consigo una vieja pala empolvada y con telarañas.
Los chicos avanzan al rio que suelen ir casi a diario y sin duda los pasos al recorrer camino eran tan duros como una pila de vidrios con pisadas en descalzo.
Llegando al rio Adam coloca cuidadosamente el cuerpo de Milka al lado del único árbol aun en pie y verde.
Hadara simplemente no soporta al ver a su hermana ahí envuelta y prefiere mejor voltearse hacia otro lado con un agache de mirada sin poder parar de llorar desde que decidieron ir al rio.
Von Kleist termina de hacer el hoyo y junto con la ayuda de la chica colocan el cuerpo de la niña. Listo el alemán para colocar la tierra encima de Milka lo para en seco Hadara.
—¿Qué sucede Hadara? —apenas conciente mentalmente el chico.
—Yo lo haré —muy decidida sin titubear le responde Hadara, con mirada hacia abajo y agarrándole un brazo.
—De acuerdo Hadara —responde Adam, extendiéndole la pala.
Hadara la judío - polaca empuña la pala en son de mirar hacia el frente de la tumba su hermana muerta para ir escarbando poco a poco la tierra y así colocarla encima de su hermana, tragándose toda la rabia y tristeza que lleva cargando.
Adam mira el sufrir de la chica como cada palada le va costando más y más. Teniendo todo el cuerpo cubierto ambos tomando sus manos se disponen a hacer una oración para así darle descanso eterno a la niña.
Los chicos se quedan por un buen rato recostados en la tumba de la niña, simplemente recordando y antes de partir al refugio el soldado trayendo consigo en su mochila saca de este el peluche favorito de la pequeña para colocarlo encima de su tumba a lo cual le sorprende a Hadara.
Nuevamente miran fijamente la tumba ambos volviendo a recordar todos esos momentos de felicidad que les dio la niña en el tiempo que estuvo en vida con ellos.
Finalmente, parten al refugio con una constante manía de voltear al sitio de sepulcro en el cual seria el adiós definitivo para esa personita que les dio tanta alegría en el mismo infierno.
Los chicos llegan con tremendo cansancio y desilusión a sentarse entre los escombros del lugar con miradas perdidas en momentos mirándose fijamente. No se dicen nada solo dejan pasar el resto del día sin ninguna aspiración hacia el siguiente; solo dejan pasar el tiempo.
Los días van pasando y ambos aun siguen posicionados en respectivos sitios sin comer, beber agua el ni siquiera bañarse.
Adam empieza a tomar alucinaciones, mirando por todo el lugar a la pequeña Milka, recorriendo el lugar con esa sonrisa radiante y tomada de la mano por su amigo Hagen, viéndola muy feliz a su lado.
Corren esas lágrimas secas al soldado ya que al fondo de igual forma podía ver a sus padres en intento de hablarle junto con Hagen y Milka.
Hadara en la misma situación sola se pone a murmurar el nombre de su hermana muerta y despellejándose la carne de sus dedos.
Adam se percata a lo lejos ver una pequeña cajita musical perteneciente a Milka es entonces que ya en un estado deplorable intenta ir hacia la cajita. El chico llega a la cajita y rápidamente la habré para oír la canción. La nota musical va corriendo y es muy similar como a la vez que la pequeña tocó la misma nota en su: Violín.
Adam recobra su cordura gracias a esa pequeña canción, salpicando la cajita con sus lagrimas. Adam limpia su rostro y a duras penas con la mirada hacia el ventanal del edificio se decide ir por comida y algo para beber.
Va con Hadara a darle un poco igual de comida y agua para hacerle recobrar igual la conciencia. Le da unas palabras de aliento y ayuda a levantarla de su lugar que estuvo por días.
—Yo no creo que Milka quiere vernos así —le dice Adam a Hadara.
—Tienes razón ahora a Milka le gustaría que estuviéramos más unidos, y nos apoyemos más que nunca —un poco animada le contesta Hadara.
—Me parece genial, mientras nos tengamos a nosotros todo estará bien —tomándola de su mano, y un con una sonrisa en rostro le dice el soldado.
— ¡Eh!, tienes razón... —contesta la chica.
Bueno amigos y hasta aquí el capitulo de este día que espero haya sido de su agrado, pero antes de irme quiero hacer una mención especial para una lectora especial y es nada más y nada menos de:
Gracias por tomarte el tiempo de leerme.
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"Tiempos de Guerra" (En Corrección)
Short StoryCorre el año 1939 en el pequeño pueblo de Kutno, Polonia a pleno inicio de la: "Segunda Guerra Mundial" te presento un amor imposible entre un nazi y una judía que se conocen por cosas del destino. Ambos juntos con otros personajes importantes de es...