Acto 10: "Huéspedes"

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"Tiempos De Guerra"

El chico alemán: Adam Von Kleist comienza colocando su miembro por encima de la ya húmeda vagina de la chica judía: Hadara Aiza. Adam con una paciencia y delicadeza introduce su pene erecto dentro de la vagina de la chica, haciéndola dar un enorme grito y expulsar un chorro de sangre por parte de ella, ya que era su primera vez.

—¡Hadara yo lo siento no quería hacer eso! —le comenta el soldado con una suma preocupación.

—No... —a contestación la joven aun presente su dolor.

—¿Hadara? —algo consternado e intrigado le dice el alemán.

—Continua p-p-por favor... —expresa la chica, tomándolo de los hombros y mirándolo a los ojos.

—¿Pero tu estás segura?, puedo parar si quieres —sugiriendo el alemán a su amada.

—Solo hazlo el que me duela y quiera seguir es mi amor hacia ti —dice Hadara.

Nuestro protagonista continuo con lo que apenas había iniciado, moviéndose hacia enfrente y hacia atrás de nuestra otra protagonista, mientras esta se agarra de la espalda de su amado; y comenzando más a gemir al sentir como eso se movía dentro de ella hacia sus piernas temblar, pero a la vez una tremenda satisfacción. Adam iba incrementando poco a poco el ritmo de movimiento para así darle más placer a su amada, provocándole dar gritos más intensos y fuertes.

—¡Ah!, Adam... —le dice la chica, mientras da unos leves gemidos y mordiendo ella misma su labio.

—Hadara... —contesta el alemán, dándole un orgasmo y sujetando la cintura de su amada.

Ambos sin duda recorrían el sudor por sus cuerpos y el momento era único para ambos con una noche de luna llena. Uno solo en ese momento, sensaciones encontradas, respiraciones agitadas, besos, caricias replegadas para la noche.

—¡Ah!, cielos Adam no pares... —le comenta la chica, abriendo más las piernas.

—¡Hadara! —contesta el chico dando unos fuertes tallones a la vagina de Hadara.

—Soy completamente tuya —por consiguiente, dice la judía, recorriéndole lo que son lagrimas de felicidad.

—Te amo —responde el alemán, robándole un beso y penetrándola.

Adam coloca las piernas de Hadara sobre sus hombros para darle una mejor sensación. Después de eso las coloca encima de el en son de manosear su pecho. Nuevamente vuelve a penetrarla yendo un poco más rápido y más rápido.

—Oye Hadara... —le habla algo presuroso.

—¿Sí? —sumamente agitada y excitada le contesta.

—Siento como eso me corre —comenta Adam.

—¿Eh? —sin saber lo que habla le contesta Hadara.

—Hadara creo que ya no puedo aguantar más... —sumamente excitado adhiere el joven.

—Adam tu solo sigue que me gusta —dice Hadara.

—¡Ya no puedo más! —con un último esfuerzo dice el soldado alemán, viniéndose dentro de la chica.

—¡Ah!, ¡Adam! —exclama la joven intensamente, mientras el líquido recorre toda su vagina; esparcida entre sus piernas y el miembro de su amado.

—Hadara lo siento muchísimo no era mi intención que pasara esto —nervioso se expresa el soldado Von Kleist.

—No esta bien Adam; jejejeje —sonriendo le dice la chica.

"Tiempos de Guerra" (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora