Capitulo 18

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Que complicado es cocinar, miro a Estefanía hacerlo tan fácil, las mujeres son agiles, ella está haciendo la comida tan fácilmente, lo que me preocupa es que esta frente al horno recibiendo demasiado calor, eso le puede afectar

-Alexander – dice llamando mi atención

-¿Qué pasa?

-Ya casi esta la comida y el chocolate caliente – sonríe – ¿Te falta mucho con la ensalada? – señala la tabla de picar – ¿Quieres ayuda? – asiento

En un movimiento rápido termina la ensalada, luego apaga la cocina, se suelta el cabello castaño, esta sudando demasiado, sirve la comida tranquilamente, nos sentamos en el comedor a comer, al terminar miramos la hora, falta poco para el alba

-Ve por una manta mientras busco el chocolate, nos encontramos donde siempre – sonrió obedeciéndola

Subo a nuestra habitación tomando nuestros abrigos y una colcha, miro la cama, el sueño quiere invadir mi cuerpo, pero Estefanía esta esperándome para que presenciemos el alba juntos, se ha convertido en alguien especial

Bajo tranquilamente, no la encuentro por ningún lado, salgo al jardín trasero donde se puede presenciar mejor, ella está sentada, recostada de la pared con las dos tazas en las manos, tiene la mirada perdida en el horizonte

Suelto las cosas sentándome a su lado, ella me mira de reojo por un momento, luego vuelve a como estaba, le arrebato ambas tazas colocándolas en el suelo a mi lado, esta fría, su labios estan morados, toco su frente, hago una mueca al notar de que esta rara

Le paso la taza de chocolate caliente, sonrió al percatarme que recupera un poco el color de sus labios después de tomar el chocolate, le coloco su abrió sobre los hombros, sonrió apoyando mi espalda de la pared mirando la noche

-Alexander – me llama

Tan solo hago un ruido para que sepa que la escuche, pero no volteo, se queda en silencio, el ambiente se siente pesado, todavía no logro sacar de mi cabeza lo que ella estaba hablando con mi madre, es algo que... ¡Ah!

Sé que tenemos que hablar, hago una mueca, ella no confía completamente en mí, no sé qué hacer, aparte que no le puedo contar que me bese con Alexis, mil y un cosas pasa por mi mente, me siento tenso

-Falta mucho para el alba – dice llamando mi atención – ¿Qué piensas?

-En muchas cosas – suspiro – Esto es todo un caos

-¿Cómo qué? – sonrió

-Cosas que no puedo decir – ella se me acerca

-Somos un equipo... Puedes confiar en mí

-Lo sé – la miro, ella se muerde el labio

-Cuéntame – niego con la cabeza – ¿Por qué?

-Son cosas sin importancias – acaricio su mejilla – Se va enfriar el chocolate – ella ladea la cabeza

-¿Por qué eres así? – la abrazo haciendo que quede contra mi pecho

-Por muchas cosas – tomo mi taza de chocolate, bebo un sorbo – Esta muy rico – ella sonríe rendida

-Lo sé

Ambos quedamos en silencio bebiendo el chocolate, por una corriente de aire me coloco mi abrigo, ella estaba tranquila, aunque algo molesta mirando la noche estrellada, la miro respirar hondo

Siento un impulso por atraerla hacia mí, me estoy absteniendo, no me gusta que este molesta, no puedo estar así, al final tanto esfuerzo es en vano ya que la atraigo hacia mi abrazándola, reposo mi mentón sobre su cabeza

La mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora