Capitulo 28

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Los días fueron pasando, el extranjero se fue a su país, por fin la casa nos queda sola, nos la hemos pasado entrenando y haciendo otras cosas cada vez que tenemos ganas, siempre asegurándonos de que no quede embarazada

Justo hoy tengo una reunión, puede que me manden a viajar, es lo más probable, Alexis no me deja de mirar, llevo un tiempo sin hablar con él

-Buenos generales – dice el de mayor rango – Tenemos que enviar a unos cuantos al exterior por unos dos meses – junta las manos – Se les harán unos exámenes psicológicos, físicos y de salud para elegir a los que viajaran junto a mi – se levanta – Pasen a hacerse los exámenes al consultorio de cuartel para que le hagan los exámenes de salud, de ahí se van a hacer unos exámenes escritos, luego unos orales y por último los físicos

Todos nos levantamos obedeciendo la orden que nos acaban de dar, nos llamaron uno por uno, odio estos exámenes, nos revisan por completo, para colmo nos sacan sangre para saber que estamos sanos

Luego fuimos a una habitación con una gran cantidad de sillas y mesas, sobre las mesas se encuentran nuestros exámenes psicológicos con preguntas sobre nuestros gustos y cosas así

Fui el primero en terminar, tan solo respondió con "la verdad", luego me llevaron a que me hicieran unas preguntas, las respondí, tan solo me enseñaron unas machas de tintas preguntándome que veo

Ahora si viene mis favoritos o los que mejor me salen, la razón por la cual no podía confiar en nadie desde pequeño, nos llevan al campo de tiro, me entregan el arma, mi mirada es fría, apenas tomo el arma disparo a los blancos, todos son en la cabeza y en el corazón

Suelto el arma caminando a la última prueba, nos colocaron a pelear entre nosotros y por ultimo unos cuantos ejercicios, al terminar me sentía muy cansado

-Bien, mañana se les avisara quienes viajaran conmigo – chasquea la lengua – Retírense a sus hogares

Nos vamos cansados, eso es mucho por un día, al llegar a casa camino a la cocina, paró en seco al escuchar la voz de mi madre

-¿Todavía no sabe lo del sueño? – le pregunta mi madre

-No, según dice que quiere respetar mi privacidad – dice Estefanía algo triste – Lo mejor es que no se entere

-Sabes que no le gusta los secretos – se miran

-Él es quien no quiere saber – dice desviando la mirada a la comida

-Tú tienes tu necesidades y él tiene las suyas – dice molesta – Tienes suerte de que mi hijo te haga sentir tantas cosas

-Es que es tan delicado y salvaje a la vez – suspira – Está dispuesto a experimentar siempre y cuando seamos solo los dos – hace una pausa – Sabe donde debe tocar para hacerme sentir placer

-¿Lo has hecho sentir placer? – le pregunta mi madre

-Creo, lo hacemos más seguido

-¿Qué harás si le toca viajar? – se que se tenso con esa pregunta

-No lo sé... No puedo dormir sin él – dice en un tono frio – Cada vez que llega tarde a la cama tengo pesadillas

-Quisiera haber tenido tu suerte, aunque no me arrepiento de nada – ríe – Crie a mis hijos como las demás mujeres y me crecieron completamente diferente – suspira

-¿Cómo eran? – le pregunta

-Entra que se que también quieres saber

La obedezco en silencio, ella me hace señas para que me siente, los hacemos, la miramos atentamente, no los conocí y a mi padre no le gusta que hablen de ellos

La mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora