Capitulo 27

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Nunca me ha gustado hablar de cosas personales, de verdad que no me agrada en nada que otra persona sepa información sobre mí, es incomodo que sepan que soy cálido, que tengo pesadillas

Estoy en el jardín trasero, observo el cielo, a mi lado se encuentra el extranjero, Estefanía creo que debe estar durmiendo, se me escapa una sonrisa, si al despertar no me ve a su lado se molestara, no quiero problema, aunque tengo necesidades que no es podido saciar desde hace un tiempo ya

-¿Por qué sonríes? – me pregunta

-Recordé algo – lo miro - ¿Cuántos tiempo va a estar en este lugar?

-Sinceramente, hasta que cumpla mi objetivo – me dice con simpleza

-¿Cuál es su objetivo? – sonríe mirándome de reojo

-Tengo que hablar con alguien en el cuartel y tengo que estudiar la forma de vivir de un general

-Por lo que sé, siempre manda a alguien cada año para estudiar la forma en que vivimos - ,e acuesto en el césped – Pero siempre se obtienen la misma información y dudo que vayan a obtener mas

-Es algo obvio ya que los de este lugar les encanta la privacidad

-Para mí es no meterse en los asuntos de otros – hace una mueca

-¿Qué sientes por Estefanía? – me pregunta acostándose también, lo mire de reojo

-¿Para qué quieres saber eso? – ríe

-Tan solo quiero saber la razón por la cual la salvaste – hace una pausa – Es una mujer hermosa, pero según los archivos anuales tu no tenias interés en casar

-No quería casarme – le digo con sinceridad

-¿Por qué lo hiciste? – sonrió, pero no respondo su pregunta – Habla con sinceridad

-Sinceramente... No lo se – le digo con una sonrisa estúpida

Es la verdad, aun hoy en día no se la verdadera razón por la cual decidí salvarla, ella es diferente a las demás, aun así eso no es razón suficiente para estar dispuesto a muchas cosas por ella

Me relamo los labios, me siento confundido, han pasado demasiado para una niña de diecisiete años, una niña que no sale de mi cabeza

-La amas, ¿cierto? – me dice llamando mi atención

-No la...

-He visto como la miras – dice interrumpiéndome – He visto tu tristeza cuando estaba molesta – sonríe – Con lo poco que ella me ha dicho sé que la amas

-No la amo, solo la quiero por placer – él ríe

-No los he visto ni oído hacer nada de nada – sonrió – Por tu humor se nota que no has podido satisfacerte con una mujer – no respondo, mi sonrisa lo hace por mi – Aunque creo que hoy si aprovechaste para desahogar todo eso

-En realidad no pude – me mira asombrado – Llegaste en el peor momento – hago una 'pausa pensado – No puedo sentir lujuria hacia una niña – me mira

-Ella no es una niña – me dice

-Para mí lo es... Aun no tiene dieciocho

-Aun así quieres entrar en ella – lo miro amenazante – Ella me ha dicho que tu ha sido muy bueno con ella – sonríe mirando al cielo – Ella es diferente a las mujeres que he conocido en este país

-Ella es una de las pocas mujeres vivas con una mente libre – digo serio – Es única – sonrió recordando el zoológico – Hay momento que parece una niña pequeña, dulce y sonriente – recuerdo cuando la conocí – Hay momentos que es tan fría y peligrosa – recuerdo una de las razones por la que me ascendieron – Todos dicen que dome a una fiera salvaje

La mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora