Capitulo 19

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Los parpados me pesan, hoy le toca consulta a Estefanía, ya quiero saber cómo va su recuperación, para ver si Vanesa se larga de la casa

Los días han ido pasando, Vanesa no nos ha dejado ni a sol ni a sombra, se ha vuelto una molestia total, se me insinúa demasiado, más de lo normal, no deja que Estefanía vaya conmigo a la habitación de entrenamiento, no deja que estemos mucho tiempo solos

Bostezo cansado, vinimos lo más temprano que pudimos, escucho al doctor llamarnos para que pasemos a su consultorio, ojala que ya Estefanía este perfecta para volver a ser solo dos, sin contar las visitas de mi madre, la cuales no quiero que acaben nunca

Nos levantamos caminando juntos hacia el doctor, Estefanía ya se sabe el proceso, sin que el doctor le diga nada se cambia la ropa y se acuesta en la camilla cerrando los ojos, me siento en una silla esperando a saber los resultados, ambos tenemos demasiado sueño

Miro al doctor con total atención o con la que puedo, gracias al director del hospital puedo estar tranquilo cuando revisan a Estefanía, él se asegura que el doctor respete el territorio de otro hombre, me sobresalto al escuchar la voz del doctor después de un largo rato de silencio, aunque no entendí lo que dijo

-¿Qué paso? – pregunto mirándolo

-Que su esposa ya esta perfecta, se no nota que siguieron al pie de la letra las instrucciones que se le dijeron – mira los papeles – Según esto su esposa se llevo cinco meses de recuperación – ya había perdido la cuenta – Ya pueden intentar tener otro primogénito – Estefanía frunce el ceño mirando hacia la ventana

-¿No hay otra observación que me quiera decir?

-Mas ninguna, su esposa ya está bien... Se fuera recuperado más rápido si no fuera sido un aborto tan brusco – Estefanía se tensa bajándose de la camilla – Su mujer tiene una matriz muy fuerte, perfecta para tener hijos. Una gran elección general Warrior

Apenas Estefanía se termina de cambiar salimos de ahí, ella camina con la mirada perdida, sus ojos demuestran demasiada frialdad, una lágrima se le escapa recorriendo su mejilla, subimos a mi auto, recuesta la cabeza de la ventana

Enciendo el auto comenzando el trayecto a nuestro hogar, ella no me mira, tampoco lo hago, tengo la mirada fija en el camino, conduzco con total atención hasta que un suspiro cansado llama mi atención

-¿Cuándo se va Vanesa? – me pregunta, relamo mis labios

-En una semana – digo tranquilamente sin despegar la mirada del camino

El resto del camino es en total silencio, al llegar estaciono, cuando saco las llaves del contacto tomo su mano, ella mira nuestras manos, luego me mira a mí, sonrió cálidamente, sus ojos esmeralda me miran desafiantes, sabe que algo estoy pensando

-Estefanía... ¿Te acuerdas lo que me dijiste que querías? – ella asiente dudosa

-Que quiero entrenar – tomo su mano y beso el dorso de esta

-De hoy en adelante serás mi compañera de entrenamiento – ella sonrió mientras sus ojos toman un brillo de alegría – Pero no seré blando contigo, para mi eres un hombre mas – ella asiente

-Vamos adentro que tengo demasiado sueño – dice suplicante

-Vamos

Salimos del auto adentrándonos en la casa, caminamos hasta nuestra habitación topándonos con la mirada interrogativa de Vanesa, la mire de reojo para luego entrar en mi habitación con Estefanía

Ambos nos dejamos caer en la cama cayendo de una buena vez en un profundo sueño, me absorbe la oscuridad, no estoy soñando absolutamente nada, tan solo siento como mi cuerpo descansa

La mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora