El pintor y la florista 2

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Afuera del probador…

-Buenos días Uchiha-san…

-Ummph… -refunfuño el pelinegro.

-Siempre con ese pésimo humor… -sentenció el muchacho mirando el interior casi vacio de la tienda. -¿Comprando algo de ropa?

-Eso no es de tú incumbencia…

-Solo quise ser cordial. –Acomodándose el largo cabello.

-Neji Hyuuga siendo cordial, si como no. –Cruzándose de brazos.

-No te pases de listo Uchiha… -Neji ingreso al interior de la tienda pero solo pudo ver allí a un niño pequeño jugando con un auto de carreras. -¿Por esas casualidades de la vida no has visto a mi prima? –Inquirió mientras buscaba inquisidoramente con la mirada y se paseaba por la tienda.

-No la he visto… y si la viera no te lo diría. –Neji se le vino al humo sujetándolo con fuerzas del suéter.

-¿Acaso crees que puedes alejarla de mi? No seas iluso, ella será mía, será mi mujer y la haré gozar cada noche hasta hacerla desfallecer. –Expresó indignamente.

-¡Muérete! –intentando zafarse.

En el interior del probador segundos antes…

Naruto sintió que su cuerpo sudaba más que de costumbre. Lo apresaba un intenso calor que iba desde la cabeza hasta sus genitales. Su cadera rozó contra la de la joven quien ni se inmuto. Estaba extraviada con algo que veía fuera. Él intentaba prestar atención pero parecía que su mundo de repente solo se concentraba en su ingle.

Tragó saliva, le estaba costando una enormidad alejar su cuerpo del de la chica. Le encantaba sentir sus glúteos contra su miembro.

Se acomodó hacia atrás el cabello e intento respirar una profunda bocanada de aire. Sus manos le temblaban mientras en su mente se dibujaba las mil y un manera de empotrarla contra la pared y hacerla completamente suya.

Sacudió su cabeza, no podía estar pensando esas necedades con la rata esclavista. Necesitaba hacerlo, necesitaba sujetarla por las caderas. Extendió sus manos a unos pocos centímetros del cuerpo de la joven y tras volver a tragar saliva la sujeto con fuerzas atrayéndola aún más asía si.

La chica pareció sobresaltarse con algo observado afuera y se incorporó de sopetón empujándolos contra el fondo del probador, provocando un golpe algo contundente contra la madera del mismo.

Naruto no la soltó y pareció, por un largo rato, ensimismarse en la sensación que en esos momentos lo corroía. Estaba excitado y su miembro se hallaba a esas alturas a en su mayor tonicidad.

Hinata reaccionó sintiendo en sus caderas la increíble erección del chico quien la sujetaba con fuerzas rozándola con su miembro.

-¿Naruto? –Inquirió asombrada.

El chico a esas alturas respiraba muy agitado junto a su oído. La joven podía sentir su fuerte apretón y el duro agarre por sus caderas.

El esclavo [Naruhina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora