cap 7 Lujuria

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Lujuria

Hinata no pudo dormir hasta muy tarde esa noche. Por muchas vueltas que diera no dejaba de pensar en todo lo hablado con Naruto y eso la había desvelado hasta que por fin pudo caer rendida en los brazos de Orfeo.

Despertó cansada y sedienta. Sentía calor y estaba semí destapada. Miró el reloj despertador de la mesa de noche de Ino, eran casi la una de la tarde. No tenía deseos de salir de la habitación. Se sentía frustrada y pesimista. Decidió darse un baño para desperezarse un poco pero su ánimo no mejoro con aquellas cristalinas gotas.

Dejo su toalla aun costado y volvió a acostarse disconforme y taciturna. El cuerpo le pesaba pero no era su cuerpo físico más bien era su ánimo el que ocasionaba aquel desbarajuste. No se sentía así desde que era una adolescente. Se tapo con la sabana semí desnuda y se dispuso a descansar.

No supo cuanto durmió pero sintió un suave rose en su mejilla, luego en su espalda, en sus brazos. Trato de estirarse un poco en la cama, aun abatida y semí dormida, pero otro suave rose en sus pechos la hicieron volver en sí. Frente a ella pudo ver el rostro radiante de Naruto. Sus ojos titilaban y su cabello resplandecía con el sol de la tarde.

-Naruto… -Susurró.

-Yo quería…

-¿Qué ocurre? –inquirió frotándose los ojos.

-Quería disculparme por el día de ayer, por todo lo que paso…

-No quiero seguir hablando de eso.

-Me porte muy mal contigo… siempre te he tenido recelo no lo niego pero…

-No importa Naruto déjame sola quiero descansar.

-Hinata… es verdad. Keiko ha sido y sigue siendo alguien importante para mí. –Tras estas palabras la ojiperla se giro sobre si misma dándole la espalda nuevamente. –Pero también es cierto que siento algo por ti…

-Odio… -dijo en voz baja.

-Me gustas Hinata… quizás demasiado…

-Ya vete Naruto. –Susurro.

La pelinegra sintió el roce debajo de las sabanas y el cuerpo del pelirrubio aproximarse al suyo. Cerró los ojos, esto tenía que ser un sueño, si eso era.

Naruto se deshizo de su remera y sus pantalones con increíble rapidez. Hinata lo sintió acariciarla desde el hombro hasta el muslo derecho. Cada fracción de su cuerpo se erizaba ante aquel roce inquieto. De pronto pudo sentir en su cuello la suave frescura de su boca y como esta se deslizaba hacia su hombro, su brazo y volvía hacia su cuello. El chico beso y mordisqueó su oreja suavemente.

Hinata podía sentir todo aquel jugueteo volverla completamente loca, sentía un éxtasis que ningún hombre le había propinado antes. Su cuerpo se relajó y su respiración se aceleró. El corazón le latía completamente desbocado y su mente solo podía enfocarse en las sensaciones que ahora le provocaban cierta comezón en sus partes íntimas, así como cierta calidez emanar desde su vientre hacia su vulva.

Naruto la empujó despacito sobre la cama improvisada en el suelo donde la chica se acomodó, aun con los ojos cerrados. Corrió con lentitud sus cabellos para poder ver su pálido rostro apoyado sobre la blanca almohada. Luego recorrió su cuerpo con la misma mano para llegar a sus caderas en donde entreabrió un poco sus muslos para acomodarla.

El esclavo [Naruhina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora