❝ En donde Millie odia la pizza, pero pide una solo para ver a aquel chico de rizos todos los fines de semana. ❞
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⇾Portada hecha por @_beautifuldisaster <3
⇾ Fecha de inicio: 04-10-2019
⇾ Fecha de finalización: ???
Deslizaba su dedo en la pantalla táctil de su celular, estaba aburrida. La fiesta comenzaría en 30 minutos, pero Jack había insistido en llegar antes, pues, sabía que Gaten necesitaría ayuda con algo y, por desgracia, no era así, por primera vez, Gaten tenía todo preparado.
Ambos chicos se encontraban buscando un paquete más de vasos, ya que, según Jack, nunca eran suficientes.
Millie tomó un par de frituras y las llevó a su boca, tenía hambre, pero, no comería más que frituras esa noche, ya que, todos, a excepción de ella, amaban la pizza y eso fue justo lo que el castaño había ordenado. Casi 4 cajas de pizza para comer, llegaría muerta de hambre a su casa, todo por haber rechazado el sándwich que Jack le ofreció antes de llegar.
El timbre sonó, sacándola por completo de sus pensamientos. Espero algunos segundos, para ver si Gaten abría.
—¡Millie! ¿Puedes abrir? —Le pidió Gaten.
—¡Claro! —La castaña se levantó.
Frunció el ceño, ¿tan rápido habían llegado los demás?
Abrió la puerta, esperando encontrarse con personas invitas a la fiesta, pero, en su lugar, encontró a un lindo chico con pecas y rulos alborotados.
No pudo evitar morder su labio, el chico era lindo.
—¿Eres Gaten Matarrazo? —Preguntó el pelinegro.
—¿Ah? Ah, sí, sí, claro. —Rápidamente negó con la cabeza. —¡No! Bueno, sí, quiero decir, no soy yo, es mi amigo, pero, está buscando vasos.
Instantáneamente apareció un sonrojo en sus mejillas, los nervios la habían invadido, dejándola en ridículo frente ha el pelinegro.
—Bueno, amiga de Gaten —Dice, riendo. —, aquí las cinco cajas de pizza que pidió.
—¿Cinco cajas? —Lo mataría.
—¿Quieres que las deje adentro?
—Sí, puedes dejarlas... —Buscó un espacio vacío con la mirada. —En aquella mesa.
El chico asintió.
Dejó las cajas de pizza sobre la mesa y volvió a salir. Millie buscaba dinero en sus bolsillos, pero, al no encontrar, decidió llamar a Gaten.
—Espera un segundo. —Sonrió. —¡Gaten! ¿Dónde carajo dejaste el dinero para pagar la pizza?
—¡Está en la cocina, Milagros! —Gritó el castaño.
Millie fue por el dinero y se lo entregó a el chico y él le sonrió.
—Gracias, hasta luego. —Se despidió el pelinegro.
La castaña simplemente le regalo una linda sonrisa, cerró la puerta y, al darse la vuelta, se encontró con sus dos amigos. Jack levantó las cejas.
—¿Por qué tan sonrojada, Millie? —Preguntó Gaten.
—¿Te pareció lindo el repartidor de pizzas? —Preguntó ahora Jack.
—¡Déjenme en paz!
Ambos chicos rieron.
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Ahre me quedo re kul.
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Gracias por perder un poco de tiempo leyendo esto~
