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Era lunes, hace tan sólo un par de horas, Wolfhard le había enviado un mensaje, diciendo que pasaría a recogerla a las 7:30 p.m. ahora eran las 6:00 p.m. y ella no tenía ni idea de que debería usar.

Jamás había estado tan nerviosa en una primera cita, pero, lo entendía. Con el simple hecho de mirar a Finn frente a ella, hacía que sus nervios comenzaran a surgir, haciéndola decir o hacer tonterías. De verdad le gustaba el pelinegro, simplemente, no quería estropearlo todo con él.

[✰]

Había buscado algo de ropa en su armario, algo que fuese adecuado para una primera cita, pero, Wolfhard jamás le había dicho el lugar al que irían. Eso lo volvía aún más complicado de lo que ya era.

Como pudo, escogió un atuendo que creyó lindo, algo que pudiese lucir sin necesidad de luz del día, pues, pasaría por ella un poco tarde y a esa hora, el sol recién estaría por ocultarse. Espero pacientemente a que la hora cordada llegase, moría por tener su cita junto a Finn.

Pocos segundos después, el timbre sonó, Finn había llegado.

Se miró una última vez en un espejo colgado a la pared que había en la sala, arreglo un poco su cabello y fue hasta la puerta. Una sonrisa se escapó de sus labios al ver al lindo repartidor de pizzas del que se había enamorado tanto.

–Finnie – sonrió.

El pelinegro la miro con atención, admirando lo linda que lucía en el vestido que llevaba puesto. No había palabras suficientes para describir lo linda que se veía, así que tuvo que conformarse con decirle un simple:

–Te ves hermosa –dijo el chico, admirando la belleza de la castaña.

Un leve sonrojo apareció en sus mejillas, definitivamente, eso solo la hacía ver aún más linda.

–¿Nos vamos?  –pregunto el pelinegro, ofreciendo su mano a la chica.

Ella asintió y entrelazo su mano con la de él, sintiendo como su sonrojo aumentaba.

Una vez estando en dentro del auto del chico, la castaña se animó en hablar, más bien, hacer una pregunta.

–¿A dónde iremos?

–Bueno, tenía pensado en que podríamos ir a alguna pizzería –Millie trago en seco, deseando que los planes del chico hayan cambiado -, pero, creí que era un lugar poco lindo y romántico como para una primera cita –ella sonrió, le gustaba la idea de pensar en que estaba por tener su primera cita con Finn Wolfhard, la bella razón por la que ordenaba las odiosas pizzas.

–Entonces, ¿se canceló tu plan de la pizzería?

–Por desgracia, sí –la castaña intenta ocultar su sonrisa.

–¿Puedo saber el nuevo plan?

–No, no puedes –le sonríe –. Tendrás que esperar hasta que lleguemos, querida Mills.

La castaña toma una de las manos de Finn, dejando la otra libre para que pueda tomar el volante. No sabía de qué forma describir la agradable sensación que le daba el tomar la mano del pelinegro, deseaba que los momentos que pasaba a su lado jamás terminasen.

[✰]

En el momento menos esperado, la castaña se percató de que el auto se haba detenido. Había estado tan ocupada mirando a Wolfhard, que ni siquiera noto que ya habían llegado.

Estaban frente a una pequeña plaza, lugar en donde, según Finn, estaba ubicada la tienda en donde preparaban los mejores helados del mundo entero.

–Sé que te fascinarán los helados de este lugar.

Millie soltó una risita. –Probablemente.

Bajaron del auto y entraron a la tienda. Ambos pidieron un helado de chocolate, pues, según el chico, era el mejor sabor y Mille simplemente le creería. Pero, tenía razón, de todos los helados que la castaña había probado, ese sin duda era el mejor.

–Tenías razón, ahora únicamente vendré a este lugar a comer helado.

–Te lo dije.

Millie comía alegremente su helado, pero le era imposible continuar si la vista del pelinegro estaba fija en ella.

–¿Ocurre algo? –pregunta ella.

–No, solo tienes un poco de helado justo aquí –toca la comisura de sus labios con su dedo.

La castaña intenta quitárselo, fracasando. Finn ríe y, sin siquiera decir algo más, toma la mejilla de la chica y la besa. Sus mejillas toman color de inmediato, pero eso no impide que ella corresponda el beso.

Sus labios tenían el dulce sabor del chocolate y eso solo provocaba que Mille quisiera nunca separarse de ese beso. Deja el pequeño vaso con helado sobre la barra, antes de que sus manos fuesen a soltarlo y dejarlo caer sobre el piso. Poco a poco, ambos se separan del beso, cosa que, ninguno de los dos quería hacer.

Ella mira a Finn y le sonríe con dulzura, el chico le sonríe también y vuelve a besarla, pero esta vez, se separa casi de inmediato.

–¿Quieres que caminemos un rato? No ha pasado ni una hora, creo que será muy pronto como para que nuestra primera cita termine –dice Finn.

–Pienso lo mismo –habla ella, tomando nuevamente la mano del pelinegro.

Su primera cita no termino hasta que la última tienda en la plaza fue cerrada, la cual, no cerraba hasta las 12 a.m. Querían que ese da continuase, pero decidieron que era tiempo de terminarlo, ambos estaban cansados, pues habían caminado por largas horas únicamente dando vueltas, pues la plaza tampoco es que fuese muy grande.

Se sentían mal por tener que terminar con su cita, sabían que esa sería la primera de varias otras citas que tendrían.

Se sentían mal por tener que terminar con su cita, sabían que esa sería la primera de varias otras citas que tendrían

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Bueno, aca el captulo que tanto esperaban.

POR FIN TENGO MI HERMOSO SEPARADOR DE VUELTA Y ESTOY MURIENDO DE SUEÑO, ASI QUE, ADIOS jsjsjsj.

Si te gusto, te agradeceria que me regalaras una estreshita :3.

Gracias por perder un poco de tiempo leyendo esto~

Pizza || FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora