Living the Night

Testigos de lo que pudo ser pero jamás fue

Después de haber salido de aquel lugar corrí por la ciudad sin rumbo alguno y con algunas cuantas monedas que portaba encima llamé a Balthazar con lágrimas en mis ojos contándole todo. No sabía si en aquel momento lloraba por la verdad, la decepción o la droga poniéndome más sentimental de la cuenta, yo era demasiado sentimental.
Me había ido lejos, tan lejos volviendo al lugar donde debería haber estado desde un principio. Con ayuda de Balthazar y Lucifer había viajado lejos mientras las lágrimas caían sobre mis mejillas observando el ocaso desde el avión. Llorar por un desconocido era extraño, más cuando no conocías nada de él solo que al ver sus ojos tu ser quería saber mas sobre la persona y adentrarse en la selva que escondían. De que al verlo más de cerca y haber tenido ese momento, sabías que él sería el todo o el nada.

En estos momentos sin nada encima mas que la ropa que portaba desde hace dos días, mi celular sin batería y el collar dorado que colaba en mi cuello había llegado a mi apartamento. Me fui dejando todo y sin explicaciones a Anna o a Gabriel. Solté una mueca molesta con eso ya que ellos no se lo merecían. Habían hecho todo lo posible para que al final yo me fuera sin explicaciones.

Pude divisar como mi gata Lulú caminaba hasta mi para luego restregarse contra mis piernas. Sabía que fue suerte que le haya avisado a Dorothy a tiempo, ya que con el ajetreo se me olvido decirle a Charlie de que se hiciera cargo de Lulú. La tomé en brazos y caminé hasta mi cuarto dejándola en mi cama mientras buscaba mi cargador de repuesto. Luego de dejar mi celular cargando fui a darme una ducha merecida para luego acurrucarme en mi cama, con mi única compañera real durmiendo a mi lado, la acaricié escuchando sus ronroneos hasta que quede dormido sintiendo la decepción amarga en mi pecho, la decepción de mi mismo.

•••

Caminé persiguiendo la estela de Castiel fuera de aquel lugar, realmente estaba un poco ebria y la droga todavía hacía efecto a toda su potencia. Le grité varias veces pero al parecer no me escuchaba, lo vi cruzar una calle bastante transitada, y muy característico de él no observó antes de cruzar pasando milagrosamente al otro lado sin un rasguño esa vez. Lo vi comenzar a correr y eso comenzó a hundir mi corazón por que eso significaba que algo malo había sucedido. Cuando comencé a correr cruzando la calle un auto me atropella haciendo que mis callera al suelo mientras una parte de mi cuerpo palpitaba dolorosamente.

-¡Es que a caso eres ciego!¡Estaba cruzando imbécil!-grité a la nada mientras me soplaba un raspón en mi codo.

Un cuerpo se detuvo delante de mi haciendo que subiera mi vista viendo a una persona vestida de forma informal pero haciendo que mi oxígeno se atorara en mi pecho al ver aquel rostro, tenía al mismo Hércules delante de mi. La persona me observaba con una ceja arqueada para luego ofrecerme su mano. Me ayudo a ponerme de pie dejándome ver que era muy alto, creo que era la droga haciendo que pareciera una polilla persiguiendo con la mirada a aquel hombre.

-Señorita debe observar antes de cruzar y por la experiencia veo que eres pésima con las leyes y también con las reglas peatonales-rodé los ojos observando por donde había desaparecido mi hermano-Y usted debería acompañarme.

Estaba cruzada de brazos observando el suelo mientras movía mis piernas en el aire. Estaba completamente aburrida y lo único que podía hacer era estar furiosa conmigo misma y con el imbécil dios del Olimpo. Este se encontraba observando y escribiendo en unos papeles en lo que creo que era su escritorio. Su ceño estaba fruncido viéndolo bastante maduro, era bonito y eso me hacía enfurecer más por no haber dado batalla. Observé mi mano izquierda esposada a la silla haciendo que soltara un respiro. Observé por el rabillo del ojo como aquel bonito hombre me miraba por sobre sus gafas, a pesar de que se veía muy nerd no le quedaban mal. Estuvo un rato mirándome detalladamente, podía ver cómo su mirada me observaba de pies a cabeza haciendo que mi piel se sonrojara en donde sea que él depositara sus ojos celestes en mi. Lo observé con la ceja arqueada reflejando mi molestia pero en cambio me gane una sonrisa juguetona de su parte.