Capítulo 6 - Visitas:

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Dos parejas de casados;  los anillos los delataban. Uno de los hombres, era idéntico a Liam... ¿Serían sus padres? Lo que me llevó a pensar si la otra pareja serían los mios. Tal vez ellos me puedan dar más respuestas que las que me estuvieron dando estos dos días. Liam se inmutó y miró un punto inerte de su camilla, cerró sus ojos y luego les sonrió.

-...¿Quienes son? -Exclamó sórdidamente, sin notar lo frágiles que estaban las cosas. Una de las mujeres tenía los ojos acuosos y no tardó mucho en romper en llanto. Balbuceaba cosas sin sentido a la oreja de aquel que se parecía a Liam. Supuse que eran pareja, y que Liam era su hijo. Los otros dos me miraron, expectantes.

-¿Ustedes... son nuestros padres?

-Si hija. Nosotros dos somos tus padres. Mi nombre es John y ella es Margareth. -Exclamó el hombre de mediana edad y pelo castaño. La mujer a su lado sonrió y se acercó a mi camilla. Depositaron un tierno e inocente beso en mi frente y luego me abrazaron. Me dolía tanto no poder recordar nuestras memorias juntos.

-Liam, hijo, nosotros somos tus padres. Dave y Jane. -Dave se presentó junto a su esposa, la cual no paraba de llorar... ¿Porqué? ¿Porqué nos habíamos olvidado de todo?

El destino nos jugo una mala pasada, y nos dejó postrados en dos camas, sin embargo, muy dentro de mí siento que no fue cosa del destino. Que alguna fuerza sobrenatural, aún más poderosa, planeaba esto.

*Narra Liam*

No me acordaba de nada. Aquellos eran extraños, y no sentía nada por ellos. Amelie era mi opuesto, ella era cálida y sonreía cada vez que sus "padres" le hablaban. Los mios solo sonreían nerviosamente, mi madre lloraba.

-Mamá... no llores. No está bien. -Exclamé acariciando su cabellera dorada. Ella sonrió y agarró mi mano. La besó y luego mi frente. Cerré mis ojos y sentí algo cálido pasar por mi mejilla.

Estaba llorando pero ¿Porqué? Tal vez eran las memorias inconclusas que me habían dejado así, tal vez era la cuestion de que todo me molestaba. David me molestaba, mi falta de memoria me molestaba, mi pierna rota me molestaba, todo lo hacía.

Ambas parejas de padres se pararon al mismo tiempo cuando el reloj dio las cinco y salieron de allí no sin antes saludarnos. Amelie me miró y yo la miré a ella. Suspiramos al mismo tiempo.

-Tenemos que recuperar pronto la memoria. -Exclamamos al unísono mientras reíamos. La miré, se veía tan hermosa. Ella se sonrojó y apartó la vista; me alegraba ser la razón por la cual ella se sonroja.

You are my guardian angelWhere stories live. Discover now