Los días pasaron, y Liam no se alejaba de mi lado ni un segundo. De cierto modo, me daba esperanzas. Pero, perder los pocos recuerdos que conseguí, perder a Liam… eso era incluso peor que perder mis memorias de toda una vida.
Aprendí a convivir con la rabia diaria, y las pesadillas nocturnas. Liam siempre dormía al lado mío, a él ya le habían dado el alta.
Mamá y papá venían de vez en cuando. Ya se habían enterado lo del tumor, y bueno, ahora están más tristes que antes como el resto de mi “familia”. Es raro que venga gente desconocida y te diga que son parientes con tu misma sangre; aunque tal vez eso no era tan malo.
Mis padres, e incluso toda la familia aceptaron tranquilamente a Liam. Era como uno más, y eso se sentía bien. Los días pasaron, pero no me esforcé por recordar. Al fin y al cabo, sería lo mismo si las recupero o no.
En veinticuatro horas tendría la famosa operación, y me sentía tan nerviosa que no dormí en toda la noche. Liam sostenía mi mano, y el reflejo de la luna daba tranquilamente sobre sus ojos cerrados. Se veía como un ángel y en ese instante dudé de que Liam fuera de este mundo.
Si bien desde que lo conocí no habían sucedido cosas muy buenas, el me traía paz… Tranquilidad. Era como si recordara todo de golpe, pero no pudiera sostener muchas memorias a la vez. La vida en el hospital pasó por delante mío tan súbitamente que apenas recordaba como era el día cuando me desperté.
Las pesadillas de la primera noche de vez en cuando atormentaban mis pensamientos, pero no les di mucha importancia. Mis cortes y sufrimientos de la primera semana estaban cicatrizando, y Liam Payne era quien me había ayudado a sobrellevarlo todo.
Aún recuerdo cuando cambiamos de lugares porque yo me estaba helando; aunque más bien haya sido él contra mi voluntad. En eso él gimió y lentamente comenzó a abrir los ojos. Me miró y sonrió, y una lágrima rodó por mi mejilla. Él la secó.
-No llores por favor. Quiero recordarte con una enorme y bella sonrisa. Como la del primer día ¿Te acuerdas? –Exclamó mientras apoyaba su cálida mejilla sobre el revés de mi mano.
-No Liam. No recuerdo. –Exclamé mientras las lágrimas seguían bajando. La luz de la luna y el rostro de Liam se hacían borrosos a medida que la cantidad de gotas de agua salada seguían saliendo de mis ojos.
-Eso fue lo que me enamoró. Tu cálida sonrisa, la forma que tenías de enseñar tus dientes, y el calor que me brindabas a través de esta. Amelie, te amo. No me importa si tengo que enamorarte una vez más, confía en que lo voy a hacer. –Murmuró mientras se paraba para besarme. Aunque fue un beso algo tosco y seco, el amor y la calidez no lo abandonaban. Liam era… mi ángel guardián.
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You are my guardian angel
Teen Fiction"El destino, suponen algunos, quizo tener a Liam y Amelie en la misma sala de hospital; un prestigioso hospital de Los Angeles. Quizo tenerlos ahí, juntos, para que con el paso del tiempo fueran aprendiendo como volver a sus vidas; aún si sus recuer...