You are my guardian angel

Capítulo 3 - Diagnostico:

¿Porqué? No las podía mover. No las sentía. Comencé a desesperarme y a sollozar, Liam se dio cuenta y giró a verme. Tenía los ojos llenos de preocupación, y yo solo intentaba pararme, pero me era imposible.

-Amelie, ¿Te encuentras bien? -Gritó preocupado. Solo comencé a llorar cada vez más. Él apretó el botón que conecta con las enfermeras; cuando la misma señora que había aparecido antes se acercó Liam comenzó a gritar. -¡Ayúdela! Llame al doctor mujer -Vociferó.

En esos momentos me asombró mucho, pero la incapacidad de poder sentir mis piernas era mayor y me dejé recostar sobre la camilla. Me giré como pude para verlo a los ojos.

-Liam... no siento mis piernas. No siento nada. -Exclamé mientras las lágrimas volvían a bajar. Todo era tan complicado. Incluso el sueño que tuve lo fue.

Yo estaba de novia, o al menos eso era lo que se veía. Un chico rubio y de grandes ojos me engañaba con  otra. Fue tan triste que recuerdo estar llorando. Luego de despertarme me encontré con el rostro de Liam; de alguna manera me tranquilizó.

-Amelie Shawn... ¿No es así? -Exclamó un hombre de mediana edad cubierto por una bata blanca mientras entraba a la habitación. Tenía cabello ceniza, y con abundantes canas. Sus ojos azules eran realmente hermosos.

-Ni siquiera yo se si me llamo así Doctor... 

-Thompson. David Thompson. Mucho gusto Amelie; ya que por lo que tengo aquí ese es tu nombre. Amelie Shawn. -Exclamó sonriendo ampliamente para luego observar a Liam. -Y tú eres Liam James Payne. Es eso o me dieron las planillas equivocadas. -Soltó en una pequeña risa. Liam sonrió.

-Yo ehm.. -Intenté buscar las palabras adecuadas; no salieron.

-¿No sientes tu piernas no? -Preguntó como si estuviese leyendo mi mente. Me asusté a decir verdad.

-Quisiera saber mi... nuestros Diagnosticos David. -Exclamé segura de mí misma observando como Liam tenía su mirada perdida en algún punto de la sala. No me importa si a él no le interesa, a mi sí.

-Pues Liam solo tiene una fractura de tobillo y un esguince de muñeca. Además de que se abrió la cabeza y tuvimos que darle unos cuantos puntos. Aunque al parecer ambos tienen además amnesia. -Murmuró mientras se quedaba pensativo en alguna extraña cosa que solo él podría entender.

-¿Y mi diagnostico? -Grité exasperada. Quería saber que tan grave estaba.

-Amelie... tu te abriste la cabeza con más gravedad, y haz perdido más sangre que Liam. Verás, en el accidente, la camioneta de Liam dio de lleno contra el auto que los traía. Tu rodaste y te estampaste contra un poste, y por casualidad ahora estas con nosotros... Podrías estar muerta. -Exclamó frío mientras me observaba con una seriedad inmutable. Me asusté. -Este choque debió afectar algún hueso en tu médula osea, y por ello tus piernas ahora no tienen movilidad. Lo siento, pero es muy probable que no vuelvas a caminar. El porcentaje está entre un 30% a que lograrás salir caminando.

Eso me había dejado helada. Liam... él tenía la maldita culpa de todo. Mi pérdida de memoria, mis lastimaduras, el hecho de que yo ya no pueda caminar. Si pudiera lo mataría. Lo miré con rabia y luego David se paró. Caminó hasta el suero y le introdujo algo.

-Mañana les haremos exámenes a ambos para examinar más de cerca su condición. Amelie, sonrie, no todo está pérdido. -Exclamó mientras mis ojos comenzaban a cerrarse. Lo último que ví fue a Liam sonriendome de una manera apenada y melancólica. Sentí pena...