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Quince.

Hoy es mi cumpleaños.

La tía Gemma me compró una torta que dice mi nombre, y cinco velitas de color azul. El abuelo decoró toda la casa con globos azules y rosa, preparó unas bolsitas con moños azules, y dulces adentro, y hasta llamó por teléfono a unos señores para que le prestaran un inflable grande para saltar. Y la abuela Anne hizo tortitas chiquitas.

Cupcakes, dice, te van a encantar.

La abuela Anne está contenta.

Pero yo no estoy contenta. Solo sonrio de mentiritas porque sé que a los abuelos y a la tía Gemma no les gusta verme triste, pero yo quiero a mis papis y a mis tíos. Conmigo.

Antes de que empezara mi cumpleaños, me puse la ropa que la tía Gemma me había regalado. Un vestido blanco que me llegaba hasta las rodillas, y unas sandalias azules. Me gusta mucho el azul, por cierto.

La abuela Anne me hace un peinado. Me tira un pedazo de pelo para atrás y lo ata con un listón del mismo color que mis sandalias. Y el resto del pelo suelto. Me gusta mucho.

Vinieron la abuela Johanna, y mis tías. Y estoy contenta de verlas, pero un poquito.

La abuela Johanna tiene los ojos rojos como una monstrua, pero se lo tapa con pintura.

También vinieron todos mis amigos del jardín, y Luke también.

Me dió un regalo grande. Tenía muchos regalos, pero el abuelo me dijo que los podía abrir más tarde.

Jugué con Luke y todos mis amigos del jardín. Hasta que la tía Gemma me llamó para soplar las velitas.

¡pedí tres deseos antes de soplar las velitas, cariñito!, me dice la abuela Johanna, mientras abraza a la abuela Anne que está llorando.

Cierro los ojos.

Quiero a mis papis.

Quiero a mis papis.

Quiero a mis papis.

Y soplo las velitas. Y todos aplauden y me llenan de besos, y me abrazan, y me sacan muchas fotos.

Ojalá los deseos se cumplan rápido.

Todos mis amigos del jardín se van, y Luke también. Pero la abuela Johanna y mis tías no. Y estoy un poquito contenta por eso.

Voy a buscar mis acuarelas y mi cuaderno a mi pieza, y me siento en el piso mientras pongo las cosas arriba de la mesita del living. Iba a dibujar todo lo que hice hoy en mi cumpleaños.

La abuela Johanna estaba hablando con la abuela Anne. Estaban hablando de mis papis, y las dos estaban llorando. A veces me tocaban el pelo y trataban de sonreirme de mentiritas. Pero yo sabía todo.

A la noche, el abuelo me dejó abrir los regalos con él. Tengo muchos juguetes nuevos y ropa también.

El abuelo hace muchos chistes y me rio de verdad. Me gusta estar con el abuelo.

La abuela Anne me dice, ¿la pasaste lindo hoy, princesita?

Y le digo, sí.

Pero no tanto. Porque mis tíos y mis papis no estaban.

Todavía queda una sorpresa más, me dice y sonrie de verdad. Y yo suspiro y sonrio de mentiritas.

Me agarra de la mano, y me lleva hasta mi pieza.

Entrá, me dice.

Me suelta la mano y entro. Y papi Lou me sonrie, y siento algo en la panza. Y corro y lo abrazo fuerte. Se me llenan los ojos de agua, y por fin lloro. Papi Lou me alza a upa, y me da besos en la cabeza, y me acaricia el pelo. Y me amaca, y me dice, sh, estoy acá mi amor, estoy acá.

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