Capítulo 96.

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Mino maraton 1/2

Pov Alma

He hablado con mis abogados y todos coinciden en que podemos lograr que la sentencia sea menor si me declaró culpable. Pero que es imposible que salga libre de aquí.

Hoy hay un testigo y mi declaración y después de esto dictarán la sentencia. Por supuesto que no quiero decirles que tienen razón y aceptar todo lo que he hecho pero si debo de hacerlo y humillarme ante todos lo haré pero no seré yo la única que sufra. Martín, mis hijos, mi madre, los hijos de León y mi adorada hijita sufrirán también.

Ese pensamiento me alegra y me da fuerzas para entrar a la audiencia. Entro como lo que soy, una reina nunca me verán llorar ni sentir remordimientos por lo que hice. La vida es para disfrutarla y yo lo hice pero los malditos me delataron con tal de salvar su pellejo mis proveedores son los culpables de mi desgracia y ahora aquí estoy. Lo que no saben es que fuera tengo otros aleados. Quien me delató fue un poco hombre que de seguro ya ha de estar con los peces y por su maldita culpa me investigaron y todo salio a la luz, solo por unos cuantos miles que le debía me lanzó a los leones.

Pero a Alma Rey nadie le hace nada sin que la pague. Con ese pensamiento tengo que escuchar al aburrido juez como por otras dos horas hasta que presentan al testigo

Oficial: pido por favor que pase la señora Mabel bustamante

Alma: eso es imposible ella esta muerta

Juez: le pido a la acusada guardar silencio. Oficial demuestre que la señora a quien ha llamado es en efecto la señora bustamante -ahí frente a mi está esta maldita, como es posible si yo me encargue de matarla. No puede ser maldito León, ojalá te estés re volcando en tu tumba infeliz, ni siquiera pudiste acabar con esta bruja- me han presentado los documentos de acreditan a la señora presente como Mabel Bustamante así que le pido que diga a que ya venido

Mabel: he venido para dar mi testimonio en contra de Alma Rey

Juez: bien, dígame que tiene que decir -la muy zorra sabe toda la historia, relata cada una de mis jugadas, cada desfalco que le hice a león, cada uno de mis secretos, cada uno de mis amoríos todo esta diciendo absolutamente todo lo que le conté y la muy estúpida de mi le dio todas las pruebas pensando que León acabaría con ella. Es una maldita gata lo tenía todo. Ahora si me hundirá-

Juez: gracias señora bustamante, considerando todas las pruebas presentadas creo que ya no será necesario presentar más tenemos suficientes medios para terminar este juicio

Defensa: señor, mi clienta desea dar su testimonio

Juez: está bien, tomaremos unos quince minutos de descanso y al regresar la escucharemos -veo como todos se retiran y la verdad es que ninguno me interesa pero quiero todos estén presentes mientras declaró no saben las ganas que tengo de ver a Martín humillado

Abogado: esta segura que desea testificar??

Alma: más que nunca, quiero que esos malditos paguen por lo que me están haciendo y si yo voy a la cárcel al menos destruire a mi amado esposo -así es Martín sufrirás el haberme alejado de los lujos, de la fiesta, de las cosas a las que estaba acostumbrada. Luego de unos minutos entran todos de nuevo, y ahí en medio de los presentes se ha quedado la maldita cornuda de mabel, oh querida que gusto me da que estés aquí, el juez me llama al estrado y luego de la juramentacion llega mi momento-

Alma: si señor juez, me declaró culpable de todos los cargos que se me imputan pero le contaré como sucedió todo. Yo era una señorita de sociedad acostumbrada a los lujos, a la buena vida, a tener todo y a todos a mis pies hasta que un día mi papá me dijo que debía casarme con un hombre al que ni siquiera conocía porque el había hecho algunos negocios que nos habían dejado en bancarrota y era eso o tener que soportar ser el hazmereir de toda la alta sociedad. Ese hombre que estaba pagando por mi era el señor Martín Reverte quien prácticamente me compró. Al inicio no estaba convencida pero terminé casandome con el y aunque no me gustaba ni me complacía en la cama me cumplía todos y cada uno de mis caprichos, me compraba todo lo que le pedía hasta que el imbecil de mi suegro habló con él y le puso un ultimátum debía engendrar un heredero o dejaría de mantenernos y el muy estúpido de mi marido dijo que prefería que nos fuéramos a que su papa controlará su vida y me llevó a vivir a un mugroso rancho, afortunadamente mi mejor amigo el señor León bustamante estaba enamorado de mi y a través de cartas lo convenci para que fuera a vivir allí con la mojigata de su esposa a la que también compraron sus padres. Estando ellos instalados y con la fortuna del señor bustamante a mi disposición regrese a la vida de lujos que tenía. Claro, al idiota de mi marido le decía que iba a la ciudad a ver algunas cosas para el rancho, además de recibir algunos cursos de cocina y crianza de animales domésticos. Se imaginan yo la gran Alma Rey criando cerdos y recogiendo huevos, en realidad me iba a la ciudad de compras las cuales escondía hasta que un día conocí a un hombre que me podía mantener mejor y descubrí que el idiota que me esperaba en el rancho nunca descubriría mi gustitos así que empecé a tener relaciones con otros hombres en la ciudad hasta que León me descubrió y para que no me delatara se unió a la lista de amantes que tenía. Claro tenía que ser lista y también acostarme con el poco hombre de mi marido. Un día enferme y tuve que quedarme en el rancho más tiempo y durante ese mes me quede embarazada del primer mugroso, yo deseaba que fuera una niña pero no, durante todo ese tiempo me quede ahí en el rancho en donde le hice creer a martincito que había cambiado por el hijo que llevaba en mi ser y me creyó, por un tiempo fui una madre modelo, ya no iba a la ciudad pero todo era monoto y me aburría, por lo que volví a mis andanzas con León y cada que podía iba a la ciudad en cuanto volví también algunos de mis amantes regresaron. Luego me dio cuenta que si tenía otro hijo tendria en la palma de mi mano a mi marido y a su herencia por lo que busque de nuevo embarazarme de martín y así ya tenía asegurado mi futuro pero la bastardos eran insoportables, todo el tiempo llorando, pidiendo comida, queriendo que los mimara, que los abrazara que los ayudará, que cocinara sus cosas, no saben eran mi condena no podía ni verlos porque eran el vivo retrato de su papá y durante años no soporte el tener solo un amante y a mi marido en mi cama. Poco a poco logré convencerlo que me dejara estudiar otra cosa y ahí conocí al que fue mi amor verdadero. El señor Fernando espinosa dueño de una de las universidades más prestigiosas de México con el que empecé a salir, como siempre mi marido no sospechó nada hasta que león me encontró con el y empezó a amenazarme con contar mi aventura, no solo a mi esposo sino que a Fernando quien no sabía que estaba casada por lo que tuve que dejarlo y dedicarme únicamente a León. Claro que no era un sacrificio, el era increíble en la cama y me hacía sentir como una perra en celo

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