Capítulo 4:LA ESTACIÓN

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Caminando cruzamos por una pista de atletismo y logré divisar una cueva, a lo lejos se encontraba un taller y al otro lado un enorme templo.

Lucas debió darse cuenta que lo estaba mirando mucho, porque me dio pie a seguir con el cuestionario.

-¿Alguna otra pregunta?

Tenía como mil preguntas más, pero tampoco quería agobiarlo entonces decidí solo hacer la que más curiosidad me daba en el momento.

-¿Quién es tu padre, o madre?

-Soy hijo del dios Pan.

Traté de recordar a ese dios de los mitos, pero no me sonaba para nada.

-No reconozco quien es-le dije un poco desilusionado.

-Es normal, después de todo es un dios menor muy poco reconocido, fue elegido como lugarteniente de Deméter.

A Deméter si la reconocía, era la Diosa de la agricultura.

-¿De qué es Dios?

-Mi padre era más conocido como el Dios de los pastores, de ahí que no sea tan reconocido.

Lo que quedó de camino lo recorrimos en silencio, cuando llegamos logré ver el enorme edificio que era la Estación, una mansión pequeña hecha de abedul y con un enorme caduceo pintado de negro exhibido en el techo.

Una vez que entramos vimos a mucha gente que entraba y salía por lo que parecía una puerta trasera bastante ancha, en el centro registrando todo estaba una mujer de unos treinta años.

-Si Proserpina sigue desaparecida puede implicar grandes catástrofes, quiero a todos los hijos de Deméter alertas en caso de tener que salir urgentemente al Concejo romano.-Dijo la mujer a tres chicos que tenía en frente.

-Sí, mi señora.-respondieron los tres al unísono y salieron corriendo por dónde entramos.

Ella volteó a vernos y una sonrisa cálida apareció en su rostro.

-Hola Lucas ¿Él es nuestro gran llegado?

Lucas se arrodilló y le respondió suavemente.

-Así es, señorita.

Luego su mirada se posó en mí.

-Eres muy parecido a tu abuelo Theo.-Dijo extendiéndome la mano- Me alegra volver a verte, Soy Clara.

Quedé estupefacto, ya que yo no la conocía pero ella a mí sí.

-¿De dónde...?-dije desconcertado.

-Te conocí de pequeño, cuando tu abuelo nos presentó.

Esbocé una sonrisa burlona.

-Disculpe señorita, pero mis abuelos murieron antes de que naciera, es imposible que alguno de ellos nos hubiera presentado.

Ella puso una gran cara de confusión.

-Theo ¿De qué estás hablando? Solo tuviste un abuelo y él murió hace una semana.

El poco universo que me quedaba empezó a darme vueltas y, con un poco de furia brotando en mi voz, le dije a Clara su gran confusión.

-Disculpe, pero me habrá confundido con alguien más, mis abuelos han estado muertos toda mi vida.

Su expresión cambió a una más pensativa.

-Esto es muy extraño, hace unos momentos Merlyn me avisó que esto era grave, no sabía que tanto.

Era momento de marcar lo obvio.

-Es como digo, todo esto es una gran confusión, ni siquiera creo ser un Sombra.

-No, no lo es- dijo determinada.-y definitivamente eres un Sombra, lo huelo.

-¿Lo huele?

Lucas se acercó a hacerme entender.

-Nosotros transmitimos una esencia antigua, lo que nos permite reconocer a los Sombra a través del olfato y, eso, a veces ayuda a saber qué tipo de Sombra eres.

-¿Tipo de Sombra?

-Sí, ya sabes: griego, romano, egipcio o nórdico.

Una vez que asentí Clara continuó.

-Y tú desprendes una gran esencia griega, a diferencia de tu hermana, esa niña apestaba a esencia romana.

-¿Mi hermana?-Parecía ya un siglo que estaba en casa buscándola.

-Sí, ella es romana, pude olerlo cuándo ella era pequeña y Merlyn me dijo lo de las huellas y la arena en tu casa, así es como los romanos reclutan a los suyos, nada sutil.

-Pero ¿No debería ser mi hermana, griega? ¿O yo también un romano?

Ambos negaron, pero fue Lucas quien hablo nuevamente.

-Los Concejos se crearon hace tanto tiempo que las sangres se han mezclado, así es como hoy en día si eres un Sombra tus descendientes pueden pertenecer a cualquier Concejo, siendo así que éste se determina cuando naces.

-A excepción de los mellizos y gemelos- Recalcó Clara.

Lucas asintió y explicó.

-Los romanos y griegos van de la mano, al igual que los egipcios y nórdicos, entonces si nacen mellizos uno sería griego y el otro romano, o uno Egipcio y el otro Nórdico, solo que si a uno le toca el Dios mayor de su mitología al otro le tocará el Dios menor.

-¿Y en el caso de que sean gemelos?-Pregunté.

-Los gemelos son más simples- Contestó Lucas- Son de una misma mitología e hijos del mismo Dios.

-Entonces si soy un Sombra ¿Quién me va a reclamar?

-Eso depende en qué mes naciste.-me dijo Clara.

-Justo hoy.

-Septiembre,- ella se me quedó mirando-es el mes de Atenea y Tique así que o eres un hijo de la sabiduría o uno de la fortuna.
>>Y por cierto, feliz cumpleaños querido-dijo al tiempo que sonreía.

-Muchas gracias, señorita.

Intenté ocultar mi felicidad y de no mostrar interés en que ella era no solo la única sino la primera en saludarme, decidí recobrar rápido la compostura y disimular la situación con preguntas.

-Entonces, no te reclaman solo porque es su mes, te reclaman porque naciste en su mes.

-Pensé que Lucas te lo había explicado-Dijo Clara mirando a Lucas con decepción, el chico solo se sonrojo.

-Yo creía que también, señorita-Me transmitió una cara de:<<Me estás haciendo quedar mal>>, yo le devolví una de <<lo siento>>.

Clara solo omitió lo que dijo y volvió a enfocar su atención en mí.

-Bien, esta noche lo descubriremos, ya mandé a organizar a los otros recién llegados al Domo, confío qué Lucas te sabrá guiar.-miró a Lucas cómo dándole otra oportunidad.

-Por supuesto, mi señora.- se dirigió a la puerta.-Vamos Theo.

Theo García y el Oráculo de DelfosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora