Capítulo VII

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*Imagen de Dix*

-S-Sylas... - se notaba que estaba bastante nervioso.- Me alegra saber que estas bien. - dijo con el mismo tono.

-Yo creo que es todo lo contrario, teniendo en cuenta que hace unas tres horas decías que estaba muerto. -comentó mirándolo con una ceja alzada.

-Bueno..., eso fue una simple mentira para quitarme a una fan de encima.

-La verdad, no se ni como contuve mi risa. - comenté desde la barra ya que me encontraba comiendo algo. - Por cierto tu nombre me encanta. - concluí para seguir comiendo.

-¿Qué sentisteis al dejar a uno de vuestros compañeros abandonado después de perder a tantos? - inquirió Sylas con cierto desdén.

-Te juro que íbamos a volver pero nos volvieron a atacar y tuvimos que irnos de allí. - más escusas y más risas para mi.

-Al deja de reírte, te vas a atragantar. - comentó Sylas sin girarse. - Me empiezo a hartar de tus escusas.

-Aguafistas. - refunfuñé mientras bebía un sorbo de agua.

-¿Qué sabéis del desaparecido? - ante la pregunta no pude evitar sorprenderme, me atraganté con el agua y empecé a toser.

Mientras me relajaba un poco, escuche como Sylas reía un poco por mi accidente y los guerreros discutían entre ellos. Uno le decía a los otros que debían contarlo, otro se mantenía callado, el del centro se dedicaba a llamar la atención cuando subían el volumen y el resto insistía en que no debían decir nada. Un golpe en la mesa donde estaban silenció el murmullo. Amely llegó clavando un hacha en la mesa y dando a entender que cualquier cosa sería mejor que lo que les podía pasar si le enfadaban. Como sabía que esto no tendría futuro propuse algo.

-Bien, quien quiere hablar conmigo a solas. - comenté acercándome a la mesa. - Solo diré esto una vez, ellos o yo. -rápidamente el muchacho que aparentaba ser el más joven se levantó. - Perfecto. Sigueme.

Sylas parecía cuestionar mi decisión pero yo solo me dediqué a guiñarle un ojo y guiar al chico a la cocina.

Allí me explicó como vieron a un hombre de unos cuarenta años ser guiado por una cantidad considerable de personas, seguramente amenazado. Después escucharon un grito que resultó ser el chico que se encuentra en el calabozo y aquel hombre había sido secuestrado. Me contó como él y otro compañero fueron a buscar por los alrededores pero todo estaba infestado de máquinas. Era como si hubieran desaparecido.

-Gracias por la información. - agradecí antes de volver al gran comedor y volver a sentarme en la barra.

-¿Algo nuevo? - preguntó Dix que se encontraba en la barra.

-Simplemente desaparecieron. Deben de estar controlando las máquinas. -esto último lo pensé en voz alta sin darme cuenta.

-¿Controlar las máquinas? -inquirió Sylas a mi lado apareciendo de la nada. Di un pequeño salto en el sitio y casi me caigo si no fuera porque me agarre a él. - Hoy no es tu día. - comentó con una sonrisa en sus labios.

-Mejor cállate si no quieres quedarte sin descendencia. - bufé molesta.

-¿Entonces no quieres hijos?- preguntó Dix en un susurró que espero haber escuchado sólo yo.

-¿Y si te callas tu también? - contesté roja como un tomate. - Las máquinas pueden ser controladas con los aparatos correctos. - respondí esta vez a la pregunta de Sylas.

-No sabía eso. - comentaron ambos a la vez.

-Es algo poco conocido y muy peligroso.

-Es entendible el motivo por el cual no lo sabe mucha gente.

-Es que Al tiene ventaja en todo este tema, después de todo es la Paria Nora. -ante sus palabras me tense notablemente.

-¿Paria? Aún utilizan ese término. - preguntó molesto Sylas por algún motivo.

Estaba claro que él no era un Paria, si no, no podría haberse unido a los guerreros.

-Ya no se utiliza como una palabra despectiva, en algunos casos es hasta un alago, ¿a que sí Alice?

-Sí claro... -respondí con una sonrisa un tanto melancólica.

-¿Nora? -volvió a preguntar dudoso. Antes de poder responder, llegaron Amely y Jhon.

-Ya hemos llevado a nuestros amigos a las habitaciones. -asentí levemente.

-Bueno, respecto a tu segunda pregunta es muy sencilla. Alice salvó a todo el Barranco de Madre donde vivían los denominados Nora. Ella era una Paria y fue la primera y única Paria en superar la prueba de las matriarcas. - relató como si fuera un mito.

-Porque todos murieron. Nos atacaron en medio de una prueba y mataron a todos los participantes. - añadí cortando el relato de Dix.

-Y ella aún se culpa incluso después de haber salvado a más de veinte poblados repletos de gente. -añadió esta vez Amely sentándose al lado mío.

-Podría haber... - una mano tapó mi boca y no pude continuar.

-El podría no existe. - dijo cortante Sylas para después destaparme la boca.

Me levante y me dirigí hacia mi habitación sin decir una palabra. Antes de llegar a la puerta alguien me sujetó del brazo y me detuvo.

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