Capítulo 6

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Sesshomaru dirigió a la castaña lentamente sin dejar de besarla hasta la gran cama donde la posó delicadamente, él se posiciono sobre ella sin cargar todo su peso, mientras la miraba fijamente a sus hechizantes ojos castaños —Eres realmente hermosa —Rin no pudo evitar sonrojarse por tan lindas palabras, continuaron con inocentes besos, hasta que él dejo aquellos labios color melón y bajo hasta su cuello donde comenzó a darle ligeros besos húmedos, la castaña sentía que perdía la cordura en aquellos habilidosos labios, se encontraba con los ojos cerrados cuando sintió las finas manos del peli plata recorrer su cuerpo por encima del vestido, las cuales se pararon justo sobre los senos de la chica, ella abrió los ojos encontrándose con aquellos bellos ámbar que la observaban intensamente —Sessho... yo... —No sabia como decirlo, él la miro con una sonrisa arrebatadora —Tranquila... no pasará nada que tu no desees, yo... solo quiero que me conozcas y yo conocerte... puedes confiar en mi

—¿Qué me has hecho Sesshomaru? —Devolvió la sonrisa —No se que me ocurre... pero... confió plenamente en ti

—Me alegra escucharlo porque jamás podría dañarte... mi pequeña Rin

—Eso me hace pensar que soy mucho más joven que tú

—Es solo de cariño... no lo mal interpretes

—Suena muy tierno para alguien que siempre esta muy serio

—Solo tu puedes conocerme de esta forma —Le dio un tierno beso esquimal mientras ella sonreía —¿Quieres continuar?

La castaña se sentía segura, no dudaba que deseaba estar con él y por alguna extraña razón estaba lista para hacerlo esa noche —Podemos continuar solo... si prometes no parar

—¿Estás segura?

—Si... confió en ti Sesshomaru Taisho

—Te mostraré lo bello que es amar —En ese momento retomó los besos en el cuello de la castaña y bajo lentamente la cremallera del vestido deleitándose con la cálida y suave piel de Rin.

Inuyasha y Kagome observaban lo bello de la luna que los acompañaba esa noche, hasta que él se animo a besarla sin autorización, la azabache sonrió al ver su iniciativa algo tardía, lo abrazo fuertemente para acortar la distancia que los separaba y él regreso el gesto rodeando la cintura de ella, poco a poco los besos se intensificaron y el deseo de sentirse completamente creció en ambos. Kagome era un poco más aventada que su hermana por ende no dudo ni un poco cuando comenzó a desabrocharle los botones de la camisa, Inuyasha estaba feliz al ver su disposición pues sentía que la sangre le hervía por el deseo pero no deseaba aprovecharse de ella, rompió el beso sin ser brusco y la tomó del rostro juntando sus frentes, ambos comenzaban a tener la respiración algo agitada —¿Estas segura? No debes sentir presión hermosa, tenemos toda una vida por delante

—No me estas obligando a nada Inu... te deseo, te deseo como no tienes idea... jamás he estado con un hombre, pero quiero que tu seas el primero

Inuyasha sonrió ante las palabras de su hermosa azabache —Te prometo que será inolvidable... Esta noche es solo tuya y mía —La llevo hasta la gran cama y ambos se recostaron, él sobre ella mientras le recorría los hombros descubiertos y los besaba sensualmente.

Sesshomaru fue bajando con un camino de besos desde los labios, el mentón, el cuello, la clavícula y finalmente llegó a los senos de su bella castaña, allí con su mano empezó a estimularlos, primero sobándolos lentamente para seguir con algunos sutiles pellizcos.

Rin soltó un fuerte gemido cuando el peli plata empezó a succionar uno de sus senos de una manera tan deseosa que la hacía arquearse de placer. Bajo lentamente recorriendo su vientre hasta que llego a su zona íntima y comenzó a besarla, ella ya no sabía quién era, aquellos labios la estaban llevando a la gloria, sentía que perdería la cordura en cualquier momento cuando sintió la lengua del peli plata en su interior la cual se movía en círculos, intento contener un gemido pues tenía miedo que alguien la escuchara, en combinación con los estímulos en los senos no pudo controlarse más —Aahhh Aaahhh —gimió enérgicamente, mientras el peli plata sonreía satisfactoriamente por escucharla gozar, Rin notó cómo su cuerpo se llenaba de sudor y se tensaba al momento en el cual logró llegar a su primer orgasmo.

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