Cáliz de amor

Capítulo 9

Dos semanas habían transcurrido desde que los hermanos Taisho regresaron a Japón, Sesshomaru todos los días hablaba con Rin y le decía cuánto la extrañaba, entre Inuyasha y Kagome la comunicación era más tardada por que el menor de los Taisho pasaba todo el día con su madre en el hospital ya que para su desgracia la salud de Izayoi no mostraba mejoría alguna.

Inu no Taisho no podía evitar sentir angustia por Izayoi e Irasue no ayudaba mucho con su indiferencia.

Las hermanas Fiore regresaron a su puesto antiguo en la sede de turismo en cuanto Ayame retomó su lugar de trabajo en el centro comercial, con esto Bankotsu se vio frustrado al estar alejado de la castaña, pero no estaba dispuesto a quedarse así, sin dudarlo hablo con Miroku, este al escuchar los puntos válidos del moreno le ofreció un puesto distinto de su actual empleo dentro de la sede. 

El lunes por la mañana Rin y Kagome llegaron puntualmente a su trabajo, la castaña entró a su oficina como de costumbre, cuando vio a Bankotsu allí adentro no pudo evitar sorprenderse —¡Bankotsu! ¿Qué estás haciendo aquí?

—Hola preciosa —Saludó coquetamente —Soy tu nuevo asistente

—¿Qué? ¿Asistente? ¿De que hablas? —No podía ocultar su asombro

—Si —La tomó de la mano —Ven te explico —La llevó hasta su silla frente al escritorio —Tú padre cree que te carga mucho el trabajo a ti, así que decidió que necesitas ayuda

—¿Estás bromeando? Bank mi hermana es la ayuda que necesito y sé que cuento con ella

—No preciosa, tu padre ocupara a Kagome en otras cosas

—¿Haber? ¿Estás intentando decirme que mi padre te dijo a ti los cambios que hará y no a sus hijas? ¿De que se trata todo esto Bankotsu? —Su tono molesto sorprendió totalmente al moreno

—No Rin, no lo tomes a mal, es solo que él me...

—¿Él te que? y desde cuando tú y él se llevan muy bien

—Preciosa tú padre y yo somos buenos amigos, te sorprendería lo bien que nos llevamos

—¿Sabes que? —Se levantó de la silla y se encamino a la puerta —Ya vuelvo —Sin poder detenerla Bankotsu solo vio cómo salió.

Rin caminaba por el pasillo hacia la oficina de su padre cuando se topó con su hermana quien lucía sumamente molesta —Kag! ¿Qué pasa?

—¡Mi padre, eso pasa! —Grito furiosa

—¿Qué te ha hecho?

—Me a regresado al centro comercial con Ayame ¿Puedes creerlo?

Rin sintió cómo el enojo se apoderaba también de ella —¿Te ha dicho porque?

—Bankotsu ya no estará allá y Ayame necesita ayuda

—Eso sí que no se lo perdonaré —Se dio media vuelta y regresó a su oficina, abrió la puerta con fuerza —¿En este momento me dirás que demonios planeas?

Bankotsu se paró en automático al escuchar la fuerte voz de la castaña —¿De que hablas bonita?

—Deja tus malditos halagos de lado y dime ¿Que hiciste para que mi padre te cambiará? ¿Cuál es el fin de todo esto? —Kagome entró seguida de su hermana, al ver al moreno quiso golpearlo pues estaba segura que él era el culpable de su traslado

—Mi hermana te ha preguntado algo ¡Responde!

Bankotsu sonrió maliciosamente y con todo el cinismo respondió —Sabes muy bien que me gustas Rin, tu padre me a permitido estar más cerca de ti, eso es todo