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Habían sido un par de días estresantes para Alexa, la escuela, la fiesta de su hermano, y su ahora amigo Juan Pablo Villamil. La pelirroja se levanto más temprano de lo normal, pues era cumpleaños de su hermano pequeño y quería darle una sorpresa.
-Vamos Harry- dice ella intentando levantar al infante
Deja escapar un quejido antes de contestar- ALEXA, dejame dormir- se vuelve a envolver en las cobijas.
-Ok, no lo quería hacer- Ella levanta al niño y lo carga en sus hombros, que aunque no era la más fuerte su hermano no era la cosa más pesada del mundo.-Deja de patalear- ella se queja y cuando están en la parte baja de la casa ella lo baja y lo tapa de los ojos.
-¿Que sucede?- dice Harry quien no deja de moverse.
-Lo que sucede es que ya vamos a regalarte y no queremos que veas a tu nueva familia hasta que ya estén lejos
-Que graciosa eres Alexa- ella deja escapar una risa. Su padre baja aún con la pijama puesta como todos estaban es ese momento, se pone a lado de un teclado, la verdad es que no era nuevo, Alexa solía tocar el teclado con su mamá, así hasta que ella se entero del cancer que estaba terminando con su vida, ella dejo de darle clases a Alexa, pero ella jamás le perdió el amor al teclado y la relación con su madre que este representaba.-Puedes abrir los ojos- ella quita sus delgadas manos y deja ver a su hermano su regalo.
-¿Es de verdad?- dice corriendo a el teclado
-Sí mi amor- dice el padre de los niños y Alexa se pone a un lado de el y pone su brazo sobre el- Tu hermana te enseñara a tocarlo como se debe
-¿Me regañaras mucho?- dice Harry y Alexa lo abraza
-Como si te regañara alguna vez- ellos ríen. Alexa y Harry se quedan tocando cada una de las teclas, Alexa siempre le a tenido una paciencia enorme a su pequeño hermano, el era la razón por el cual muchas veces Alexa se levantaba en las mañanas.
-Te cortare los deditos y lo daré de comer a los patos del lago si no tocas bien esa parte- Alexa sonríe malevola
-¿Esa es la forma de hablarle a un niño de 7 años?- su padre se sienta cerca de ellos.
-Era lo que tu solías decirme- ella comienza a reír y Harry solo ve con miedo sus pequeños dedos.
-Tranquilo hijo, los dedos se los damos a los perros de la cuadra, no a los patos, ya sabemos que ellos te dan miedo.- Comienzan a reír, son esos pequeños momentos los que tanto ama Alexa pasar con su familia. Su padre quien odia cocinar se va a la cocina e intenta hacer el desayuno
-¿Ayuda?- dice Alexa sonriendo en la esquina de la cocina
-No linda, ¿no ayudabas a tu hermano?
-Mis oídos necesitaban un descanso- rasca su cabeza y el ríe.
-Recuerdo que tu madre decía lo mismo- ella ríe y le lanza un trapo
