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—deja de moverte o voy a golpearte en la cara.
—chan, cállate estás perdiendo. —felix volvió a empujar a su amigo mientras ambos jugaban fornite en la consola de un arcade.
—si me dejaras de empujar tal vez te podría dar unas clases de construcción. —EunYi sonrió ya que a pesar de llevar desventaja física por ser empujado constantemente por Félix, llevaba una delantera en el juego.
—lo único que me enseñarás a construir es tu derrota. —y así en la pantalla apareció "player 2 a vencido a player 1."
—este juego es horrible. —la coreana dejo el control en su lugar y se volteó para seguir jugando con los chicos en el arcade.
—tu humillación fue horrible. —hablo Jisung sonriendo burlándose de su amigo.
—claro, seré humillado todo lo que quieran, no invitaré la comida hoy. —amenazo.
—no. —woojin se arrodilló—, necesitamos que nos lleves a comer.
—no lo haré, se burlan de mi todo el tiempo, no es divertido.
—le besaré la mano señor. —minho se arrodilló junto a woojin.
—ya, saquense los dos. —la menor sacudió su mano haciendo que los chicos se alejaran de él—, ¿Alguien sabe donde esta Jeongin? —ante ese cuestionamiento los chicos se miraron entre sí pero nadie supe responder.
—bien, para poder calcular cuánto vale la hipotenusa de un triángulo rectángulo, ¿Que tenemos que hacer primero? —minmi explicó su clase la cual sus únicos alumnos eran chan y jeongin.
—yo. —el australiano levantó la mano.
—muy bien EunYi, ¿Como lo haremos?
—no, dije que yo tengo una duda. —se levantó de su asiento— ¿Que es un triángulo trapecio?
—rectángulo. —corrigió.
—sí eso, rectángulo, ¿Que es?
—eunyi, largo de mi clase. —pidió de manera amable.
—ya prestaré atención. —chan volvió a su asiento y miro a su amigo que no despegaba la vista de la chica castaña que tenía enfrente escribiendo algo en el pizarrón—, ¿Te gusta cierto?
—¿Que? —el menor pregunto nervioso.
—tranquilo, no tiene novio y es una gran chica, está algo amargada pero es muy inteligente y eso es poco comparado con su lindo rostro. —chan describió con cariño a su amiga.
—n-no me gusta. —respondió el menor aún nervioso.
—claro que sí, sólo mira como te pones.
—eunyi, deja de molestar a jeongin, el no está tan tonto como tú, él si quiere aprender. —ahora la castaña se dirigió al pequeño chico—, ¿Cierto, jeongin?
—sí.
—ya ves, ahora cállate y pasa a responder el problema. —la castaña le cedió el plumón a su amiga.