—huele delicioso, ¿Qué estás haciendo? —la pelinegra miró atrás de ella y se llevó una gran sorpresa.
—¿Qué haces aquí? —suspiro tranquila por ver quién era la persona que acababa de llegar a su casa.
—vine a la plaza a comprar algunos lápices y pase por el pasillo de bebés y decidí comprarle ropa a YangMi. —esta beso la frente de su sobrina.
—¿Hoy no se publica la edición de otoño de tu revista? —eunyi miró a su amiga.
—¿Si prestas atención a las cosas que te digo? —la castaña sonrió.
—claro, ahora que soy más madura que tú, te convertiste en mi hija. —minmi sonrió.
—solo porque ahora eres una ama de casa no significa que igual debas cuidarme. —la castaña miró a su sobrina, esa niña se parecía mucho a chan, tenía la bonita nariz de su mamá pero los ojos de su papá tan juguetones que eran demasiado tiernos en una bebé y los labios de su amiga, era una bebé muy bonita con su tez pálida y su cabello lacio tan suave como el de una princesa.
—si no lo hago yo, nadie lo hará.
—tengo una mamá. —suspiro—, ¿Y chan? —esta busco con la mirada al australiano—.
—fué al tribunal.
—cierto, estudio para ser abogado, ¿Por qué no se quedó como atleta? Gana más dinero y tu casa no vale 4 centavos.
—si seguía como atleta ahorita debería estar en Pekín y con el nacimiento de YangMi quería estar aquí. —la pelinegra apagó su estufa y miro a su amiga—, ¿Qué es lo que realmente te trae por aquí?
—hablo enserio, pasaba por la plaza y vives cerca, no te veo hace 2 meses quería venir a platicar y ahora con que eres una señora es raro verte. —al escuchar que la acababan de llamar señora, eunyi quería golpear a su amiga—, tengo a tu hija en brazos, ten cuidado. —amenazo—.
—tenemos 26 años, y tú igual ya eres una mujer casada. —recordó.
—como sea, —le dió mínima importancia a lo que su amiga dijera.
—hice kimchi, ¿Quieres comer?
—claro.
—¿Cómo está la niña mas preciosa y hermosa del mundo? —chan llegó y lo primero que hizo fue ir a buscar a su hija a su corral dónde estaba acostada mordiendose cómodamente la mano—, que hermosa estás hoy. —chan sacó a su bebé de tal lugar y la cargo dándole muchos besos en la cara haciendo que está riera llenando la casa de sus risas sinceras—, te amo mucho. —eunyi miró la escena desde la sala, no tenía idea de cómo se sentía tan enamorada de ver cómo su, ahora, esposo amaba más que a nada en el mundo a su hija—.
—buenas tardes abogado Bang. —la castaña hablo llamando totalmente la atención de su esposo.
—buenas tardes. —tanto se sorprendió de ver qué eunyi lo estaba viendo que hasta hizo una reverencia.
—no seas ridículo chan. —la pelinegra simplemente se acercó al australiano y dejo un beso en su mejilla—, ¿Cómo te fue hoy?
—bien, tenemos la delantera, está sesión estuvo bien habrá una en tres semanas y es la del juicio, y ganaré. —sonrió y se sentó en la mesa con su hija.
—me recuerdas mucho a tu papá, cuando íbamos a comer a su casa igual hablaba de sus sesiones, te pareces mucho al señor Bang y el señor Bang es un hombre decente, eres una buen hombre chan. —ante lo que acababa de decir su esposa, chan volteo a verla.