41

15.3K 2.2K 355
                                    

Hemos acordado una reunión en una cafetería tres días después porque él debía ayudar a su padre. Entusiasmado, no ha dejado de hablar sobre el evento y lo mucho que se recaudó. También lo mucho que me perdí.

Se detiene un segundo y me mira cauteloso.

—Así que, ¿por qué te fuiste? Te digo en serio que se puso intensa después de un tiempo.

—¿Qué tan intensa?

Frunce los labios y medita.

—Bueno... —Mira hacia arriba, como si estuviera enumerando todos los escenarios en su cabeza. Finalmente, chasquea la lengua y me mira—. Olvídalo, nada que un menor de edad pudiera disfrutar. Aun así, nos hubiéramos hecho compañía.

Aquello me hace soltar una risa suave y tomo un sorbo de mi capuchino helado.

—Aún soy inmaduro, y hay muchas cosas que no entiendo —suelto de repente, sin mirarlo. La crema de mi capuchino está a punto de acabarse y es una pena, porque me gusta devorarlo—. Aunque nos cueste creer que la vida es efímera, pienso que es justo como debe ser. Tener una vida sempiterna me parece codicioso, vacío y triste. Es mi opinión.

—Acabas de inspirarte.

—¿Es egoísta pensar así?

—¿Por qué lo dices?

—Porque hay personas buenas que merecen vivir por siempre y, aun así, sigo pensando que intentar alargar la vida demasiado tiempo es... Bueno, ya te lo dije. No debería pasar.

—Entiendo tu punto. Y no me parece egoísta, Jungkook.

—A este punto, es posible que tu padre convierta a todo el mundo en robots. Y supongo que lo único humano sería la conciencia —agrego vagamente.

—Cierto. —Hace una pausa y se repone en la silla—. Diría que mi padre es el más interesado en darle la vida eterna a las personas, no importa cómo.

—¿Por qué? ¿Por ventas? —Se muerde el labio inferior y la mirada se le ensombrece—. Lo siento. Cambiemos de tema.

Parpadea, saliendo del trance. Yo me golpeo mentalmente por decir las cosas que dije, especialmente por el tono en que lo dije. Tal vez fui más brusco de lo que imaginé.

—Eh... —Su rostro se ilumina, como si se hubiera acordado de algo importante, y muy bueno—. Gracias a ti tuve una discusión con Minjae en medio de la fiesta. Nos vio besándonos y le confesé que estaba saliendo contigo. No lo tomó bien al principio. Tal vez me lo encuentre una vez más, pero estoy seguro de que me dejará en paz luego.

Un extraño torcijón en el estómago me hace inclinar sobre la mesa. Y caigo en la cuenta de que, mi propósito aquella noche, era exactamente eso, llamar la atención de su exnovio.

¿Qué siento? ¿Decepción? No debería. No esperaba nada más. O sí. En el fondo, muy en el fondo.

Le sonrío como si hubiera soltado algo gracioso, pero lo cierto es que lo siento tan amargo como la cáscara de un limón.

—Soy un excelente actor —le respondo.

—Definitivamente. Y me disculpo si el beso fue demasiado.

Su rostro se muestra enrojecido, y no es debido al sol. Me hace gracia y me parece tierno como intenta disimularlo, aunque es imposible.

—Estás rojo como un tomate —le advierto.

—O como tus labios.

Supongo que no puede tolerar que uno de los dos sea el único que se avergüence, así que me hace sonrojar enseguida con sus frases pervertidas. Trata de evadir mi mirada, y me causa gracia.

—Si sigues mirándome así, pensaré que quieres otro beso. Y uno más profundo —añade.

Recupero mi estabilidad y golpeo su pie por debajo de la mesa.

—¿Por qué eres tan pervertido?

—¿Pervertido yo? Tú me estás mirando como si quisieras comerme vivo. —Toma aire—. Y te notifico que no puedes porque eres menor de edad.

Suelto una carcajada.

—No te miro así. Y... ¿Acaso es algo que te gustaría?

—¿Qué cosa? ¿El beso o comerme?

—¿Comerte cómo?

Gira la cabeza con violencia y se masajea el entrecejo.

—Olvido la diferencia de edad. —Toma un sorbo de su café y me mira—. Pero si hablamos del beso. Si quieres otro, no tengo ningún problema. Digo, no soy alguien que va por lo muchachitos... Es decir... Deberíamos dejarlo aquí. ¿Qué tal tu día?

Me sonrojo con brusquedad, al igual que él. Tomo un poco de capuchino y me retrepo en la silla. Ambos evitamos mirarnos demasiado o rozarnos siquiera. Él y yo, nunca tendríamos oportunidad de ser algo más que amigos.

Me detengo.

Nunca me había venido esa idea a la cabeza.

Tomo aire y espanto cualquier pensamiento mientras contesto a su pregunta. 








novio virtual  » taekooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora