38

15.7K 2.4K 500
                                    


Me detengo frente a la fuente de agua y me siento sobre una banca de madera. Si no fueran por las farolas no vería más que oscuridad. Me abrazo a sí mismo y miro a mi alrededor. Los autos siguen llegando, apilándose uniformemente hasta quedar un camino vacío entre ellos, perfecto para que las personas desfilen hacia el gran evento.

Me echo el cabello hacia atrás, ya que el viento lo lleva a todas las direcciones. Quisiera irme a casa con cada grupo de personas que entran, pero he tomado la decisión de no huir y acompañar a Taehyung hasta el final.

—¿Aburrido?

Me sobresalto un poco y volteo de inmediato, encontrándome con Taehyung de pie en la otra esquina de la banca. Luce diferente, es lo primero que percibo. Seguramente le han maquillado y cambiado el peinado.

—¿Ya terminaste? —frunce ligeramente el ceño y me sonríe—. Con tu padre. ¿No tenías que ir con él? ¿O pasaste con el estilista primero?

—Sí... —Arrastra la palabra, dubitativo. Su ceño se hunde más y culmina por sentarse a mi lado, ya más confiado, pero con una risa nerviosa—. Por supuesto. En realidad, el evento no comienza hasta dentro de media hora, así que vine a ver que tal ibas.

—Ya veo. También cambiaste tu traje —observo.

Se mira a sí mismo y se pasa la mano por la corbata, con orgullo.

—Quizás vuelva a ponerme el otro más tarde.

—¿No te molesta estar cambiándote de ropa?

—Para nada —responde muy seguro—. Me gusta hacerlo hasta sentirme bien con lo que estoy usando.

Tiene razón, eso es algo muy propio de él. Si echo un vistazo a su armario, no es nada comparado al mío. Aunque tenga una mujer que le prepare la ropa para estos eventos, siempre es él quién elige como vestir para su vida diaria.

—¿Y por qué no vas adentro?

Lo miro de reojo y entorno los ojos.

—No quería quedarme solo ahí. No podría sobrevivir, lo sabes.

—Tampoco me gusta.

Lo miro por un rato, desconcertado, hasta que él me devuelve la mirada y, después de seguirme la corriente, la desvía atrás de mí.

—¿Qué estás mirando? —le pregunto y me giro. No hay nada más que oscuridad entre las pequeñas fuentes de luz. Posteriormente lo escucho reír.

—Solamente quería que siguieras mi mirada.

Se alza de hombros y yo señalo con el dedo índice atrás de él.

—Mira eso. —Taehyung voltea de inmediato y yo finjo que es un gran chiste—. Es mi dedo, idiota.

Vuelve la cabeza y se ríe mientras niega.

—Que astuto.

—No tuviste infancia. ¿Sabes cuántas veces mamá me hizo esa? Miles. Y caía una y otra vez.

Sus labios se apretujan y empuña sus manos, como si las palabras no pudieran salir. Hasta donde sé, nunca ha mencionado a su madre. Ni habla mucho sobre su infancia. Temo que he tocado un tema prohibido.

—Lo siento, yo...

—¡Ah! ¡Caíste! —exclama, divertido. El corazón se me desencaja del pecho—. La verdad no tuve ese tipo de infancia, pero aún soy joven para aprender algunas cosas.

Su cuerpo se acerca al mío sin previo aviso. Y siento que mi corazón late tan fuerte que él podría escucharlo a esta distancia. Pasa su brazo alrededor de mis hombros y miro su mano con atención. Siempre me han gustado.

—Eso no fue chistoso —le reclamo.

—Vamos, si lo fue.

Me empuja ligeramente hacia él y me giro para verlo a los ojos. Es una mala idea. Terrible. Como siempre, nos quedamos suspendidos en el tiempo y, por ello, mi mente grita, me advierte que debo alejarme, pero mi cuerpo no se inmuta.

—Deberíamos de volver adentro —le propongo en voz baja, como si compartiéramos un secreto.

—¿Por qué? ¿No te gustaría quedarte aquí mirando las estrellas, hablando conmigo?

Taehyung actúa extraño, más que de costumbre. ¿Por qué querría quedarse aquí cuando él me trajo? Sé que no es lo que prefiere ahora, pero debe permanecer al lado de su padre. Se lo ha prometido.

—Estás actuando muy extraño —menciono, aun sin dejar de mirarlo.

Baja la cabeza, su nariz rozando la mía.

—¿Qué tan extraño?

Su aliento huele a sangría, lo he percibido antes. Y, como si tuviera alguna clase de imán en su boca, me acerco lo suficiente para besarlo. Entonces, todo se detiene a mi alrededor, desde los motores de un nuevo auto, hasta mis propios latidos.

No soy yo el que actúa, considero que es otra parte de mí que no conocía hasta ahora.

Sus labios están fríos, aunque no tardan en volverse cálidos debido a nuestra saliva y movimientos tardíos. Besar no es tan difícil, tal vez porque él intenta acoplarse a mi ritmo. Su mano libre termina de encerrar mi cuerpo, pasando por mi cintura, mientras mis manos se aferran a su traje con un leve temblor.

Luego reacciono.

Soy menor de edad. ¿Si se mete en problemas?

Me separo de golpe y noto la confusión en su rostro. Trago aire y me levanto con rapidez. Camino a zancadas y me meto a la casa. Quiero ocultarme entre su jardín y pensar que lo que he hecho estuvo mal, y que quizás Taehyung piensa lo mismo que yo. O tal vez no. Y pensar de esa forma podría terminar de destruirme.  

novio virtual  » taekooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora