A Short Penis ▪emiliaco▪ ADAPTACIÓN

Capitulo 5

Joaquín miró la hora en su celular y puso en blanco los ojos, hace ya treinta minutos y cinco segundos que su amiga se estaba riendo de lo que había ocurrido en la boda de Renata Bondoni, y ya estaba más que harto, no entendía como podía reírse tanto de algo, hasta a él le pareció gracioso, pero ya no, dejó de causar gracia, o al parecer, dejo de causarle gracia a él nomas.

Él y Niko habían decidido no contarle en la fiesta para que no se preocupara (o no se le riera en la cara como lo estaba haciendo ahora). Joaquín estaba pensando que ellos nunca debieron de decirle. Rodó los ojos escuchando de nuevo a su amiga.

- ¿Esto es en serio? ¿Te largaste a llorar porque Félix la tiene chica? – preguntó en un tono más alto de lo normal y Joaquín casi se le tira arriba para callarla por la vergüenza que pasaba. Elaine al ver como se puso su amigo vivió a reír efusivamente, tirándose sobre la mesa y haciendo todo más exagerado.

El de cabello ondulado se acomodó nuevamente en su asiento y apoyando los codos en la mesa tapó su cara con el interior de sus manos, él no podía más con esto, iba a desayudar seguido al lugar y sus amigos no dejaban de humillarlo, de seguro era algo así como una broma entre los empleados.

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- ¿Niko? – un ruloso que se había parado frente a la mesa donde estaban sentados, frunció el ceño en señal de confusión, pero a los segundos cambio a una más alegre, por una amplia sonrisa al reconocer a Niko- Hola ¿Cómo estás? – el de ojos oscuros caminó hasta donde estaba el castaño para poder estrechar una mano con él, y saludarlo correctamente. - hace mucho que no te veía.

El rizado levantó la cabeza inmediatamente, descubriendo su rostro al escuchar esa linda voz estridente y se encontró con un precioso castaño de ojos oscuros, éste estaba atento a su amigo de ojos verdes, pero gracias a ello él pudo apreciarlo mejor sin que el otro lo notara. El chico llevaba puesto un pantalón ajustado negro que remarcaba sus piernas y una remera gris un poco más holgada, esta tenía en el centro un dibujo de una calavera negra con algunos detalles blancos, la cual se deformo un poco cuando el castaño se incluso sobre la mesa para acercarse más a Niko.

- ¡Hey, Emilio! Justo esta tarde iba a llamarte, Joaquín – Niko indico con un movimiento de cabeza que se refería al de rizos más finos que estaba al lado suyo- Mi amigo necesita tus servicios- Niko levanto ambas cejas y rio suave.

Emilio luego de escucharlo desvió su mirada del castaño claro al de chinitos y hasta ese momento se dio cuenta que el otro chico lo estaba mirando fijamente, le guiño un ojo divertido y le sonrió. Joaco se ruborizó un poco.

- ¡Diablos! Sí que necesito de tus servicios- murmuro el rizado más alto de lo que hubiera querido.

Niko, quien estaba tomando su licuado cuando habló, se ahogó con su bebida y comenzó a toser.

El castaño elevo ambas cejas, sonriendo ampliamente. - ¿Cómo?

Aunque rara vez pasaba, él ahora estaba sonrojándose y de nuevo, el color en sus mejillas aumento cuando Elaine habló:- Pero tiene pene grande, ¿cierto? – elevó ambas cejas cuestionándole también con su expresión.- Así le gustan a Joaquín, de lo contrario tus servicios serian inútiles, como los de su novio actual.- Elaine comenzó a reír nuevamente a carcajadas y el castaño se le borro la sonrisa, le había gustado el chico y había pensado que quizá tenia oportunidad con él, pero al parecer no sería así porque el rizado tenia novio.

Joaquín al escucharla abrió los ojos como platos, y tirando su cabeza hacia delante, golpeo su cabeza contra la mesa, totalmente irritado por el empeño que le ponía su amiga a querer humillarlo.

- ¡No ese tipo de servicios, por Dios, Elaine! Es psicólogo. –aclaró enojado Niko y todos los que escucharon se echaron a reír por aquello menos Joaquín, quien seguía golpeando sin sentido su cabeza contra la mesa del lugar.

- Mejor dedícate a lo que creí que te dedicabas, intentar reparar la mente atrofiada de Joaquín es una misión imposible- bromeó su amiga, volviendo a reír, esta vez también rieron los otros dos, acompañando a su ahora no mejor amiga.

El de rizos volvió a golpear su cabeza contra la mesa, riéndose a todo. Él no volvería a salir con su amiga.