Capitulo 23

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Emilio salió del escondite que había encontrado en la iglesia a paso lento, ya no tenía más sentido estar ahí para evitar lo que estaba por pasar en el gran salón que había a continuación, la idea no le gustaba para nada, pero él tenía que ser hombre y enfrentarlo. Él había caminado lejos del salón, donde se hacían misas y demás, con la excusa de que no se sentía bien, y era verdad, porque el chico del que estaba enamorado se estaba por casar con uno que tiene el pene más chico que haya visto (no es que lo haya visto, sino que vio en el celular de Joaquín vio una foto de este, al parecer le gusta sacarle fotografías a los penes de los chicos con los que duerme y la tiene todas guardadas en una carpeta) y eso no podía sentirse bien.

Había estado solo unos minutos cerca del confesionario porque luego de ese tiempo se sintió demasiado tonto como para estar más tiempo allí, él había insultado un poco a Joaquín mientras estaba lejos, y ¿Cómo no hacerlo? El chico le gavia dado esperanzas follando con él varias veces, compartiendo besos en secreto, y diciéndole cosas como "me gustas mucho", "cuando estoy contigo me olvido de que el pene de mi chico es realmente chico" e incluso el hijo de puta le había dicho varias veces que él lo quería como para dejar a Félix y estar con él, pero nada de eso había pasado porque el rizado sentía algo "diferente" por Félix y de seguro eso era porque el chico le caía bien o algo así, porque si, a todos le caía bien, era simpático, divertido y de esas personas que no podías lastimarlas (Emilio estaba muy seguro de que era más por eso último que no lo había dejado)

Emilio pensaba que Joaquín debería haberlo dejado como amigo y no haber pasado a algo más con él, porque el menor no estaba enamorado y creaba todo eso de que no le gustaba que Félix tuviera el pene chico como una excusa. Bueno, Félix si tenía el pene chico, pero eso no debía molestarle tanto si en verdad le gustara y mucho menos si estuviera enamorado.

Emilio volvió a su lugar, tratando de no llamar la atención de los invitados y sentándose de nuevo en uno de los bancos del final, había entrado sigilosamente para que nadie lo notara mientras lo hacía, pero fallando terriblemente en su misión, ya que todos los que se encontraban en la habitación lo miraban con ojos atentos y molestos, parecía como si lo hubieran esperado porque cuando se sentó todo giraron hacia la pareja soltando insultos hacia él.

Joaquín estaba en el centro de la habitación con su traje blanco que contrastaba perfectamente con el negro de Feliz, un poco más atrás de ellos se encontraba el sacerdote, quien iba a continuación llevar a cabo la boda.

Todo parecía real para Emilio hasta que apareció Niko con las mejillas rosadas, excesivamente maquilladas, y un vestido blanco pequeño que evidentemente le quedaba chico, era obvio que el vestido no era para una mujer adulta, ya que tenía infantiles flores rosas en el frente y era de tamaño pequeño, al de ojos de color le llegaba un poco debajo del trasero y dejaba a la vista parte de este, se podía ver que su culo estaba apretado por ropa interior de niña también, sus manos eran extremadamente pequeñas y en estas llevaba una caja elegante y negra.

- ¿no crees que se ve muy sexy? – escuchó como susurró su mejor amigo, Eduardo quien se encontraba a su lado y él recién se había dado cuenta de ello.

El castaño giró a verlo, con el ceño fruncido y una mueca que mostraba el asco que sentía por la imagen que tenía al frente- No, es ridículo.

La habitación se quedó en silencio de repente y él no escuchó una respuesta de su amigo, pero lo que si escuchó fue la voz de Joaquín.

"Yo, Joaquín Bondoni, te acepto a ti, Félix Stephenson y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte todos los días de mi vida, aunque tengas el pene más chico que haya visto"

La voz del menor se había escuchado fuerte, firme y hasta con una sonrisa.

Emilio despertó sintiendo varias vibraciones seguidas en su pecho, provocadas por su celular, éstas eran alerta de mensajes nuevos, él se había dormido usando su móvil y por eso es que este estaba encima suyo. El castaño lo tomó en sus manos, aun mas aturdido y confundido por el extraño sueño que había tenido. Emilio desbloqueó su móvil para leer los mensajes.

De: Joaquín.

IDIOTA

De: Joaquin.

Te mandaste la foto del pene de Felixxxxxx

De: Joaquin.

Dime para que la quieresssssssssssssss

De: Joaquin.

¿Que harás con eso?

De: Joaquín.

EMILIOOOOOOOOOOOO

De: Joaquin.

¿Por qué carajos Félix me habla de una cena el viernes en tu casa?

Emilio sonrió como tonto a la pantalla al ver que decían los mensajes de quien era, y claro que a la vez rio al pensar en lo que tenía planeado para esa cena, cuando él le había revisado el celular se había dado cuenta que el menor pensaba que él estaba teniendo algo con Niko, ya que se lo había dicho a Félix por mensajes. No era así, el de ojos de color y él habían tenido algo hace mucho tiempo y no había pasado de ser solo sexo, pero él podía utilizar eso en contra de Joaquín, pensó, mientras que contestaba los mensajes, moviendo rápido sus dedos por el teclado táctil.

Para: Joaquin.

Porque voy a hacer una y lo invité. Dah.

De: Joaquin.

¿Qué mierda tramassssss?

Para: Joaquín.

Nada que no vayas a disfrutar, lo prometo ;)

Mandó una última respuesta antes de tirar su celular en algún lugar de la cama y levantarse de ésta para dirigirse al baño a tomar una ducha y luego a su consultorio a trabajar. El ayer había llegado tarde porque luego de llegar a su casa se había dado cuenta que tenía dibujos de penes por todo su cuerpo, hechos por fibron permanente y había tardo mucho en quitarse todos los que eran visibles. Joaquín también debía pagar por eso.

A Short Penis ▪emiliaco▪ ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora