Caminamos juntas

15.4K 1.2K 712
                                        



Los ángeles 2014

Pov Poché

—no puedo creer que sea la última noche aquí —comenté mirando al techo de la que había sido nuestra habitación en las últimas semanas

—extrañare este lugar —dijo Calle acostada a mi lado mientras entrelazaba nuestros dedos meñiques.

Tuvimos una de las mejores aventuras de nuestras vidas, hemos bailado juntas con los mejores bailarines del mundo durante las ultima semanas que volver a Bogotá después de todo esto parecía ridículo, sin embargo, ambas extrañamos a nuestras familias y nuestros amigos. Ahora era momento de regresar a la realidad.

Ella y yo hemos formado una especia de conexión que para mí es difícil de explicar, es como si necesitara tenerla conmigo las veinticuatro horas del día, parece extraño y sé que probablemente lo sea, pero es así; ella es mucho mas que mi mejor amiga.

Estando alejadas de todos en Los Ángeles solo nos teníamos nosotras mutuamente y encontrar a alguien con quien encajes perfectamente sin reservas, con quien puedas compartir absolutamente todo desde tus miedos hasta tus mayores sueños sin temor a ser juzgado es la manera que tiene el universo de recompensarte por haber hecho algo bien, cada día me convenzo mas que Calle es el regalo que me mando mi mami desde el cielo, es mi pedacito de felicidad, mi lugar seguro.

—Deberíamos hacer algo divertido hoy —propuso ella sentándose en la cama

—¿cómo qué? —pregunté sentándome también

—no lo sé, estamos en los ángeles y no hemos hecho nada salvaje —se quejó mirándome con un puchero

—¿sabes que somos menores de edad verdad? —pregunté

—estamos en Los Ángeles, vamos a escaparnos —propuso emocionada

—si claro ¿y a donde iremos? —

—iremos al muelle de santa Mónica y me ganaré un oso gigante en esos cositos —dijo decidida poniéndose de puede dirigiéndose al closet en busca de su outfit

—Calle, ¿es en serio? —pregunté

—sí, cámbiate —me apresuró a lo que sin más me puse de pie, Calle es la única persona que puede hacerme hacer locuras solo con la mirada.

Ambas elegimos atuendos apropiados para la ocasión, que nos permitieran escapar y vernos bien mientras lo hacemos. El plan de Calle consistía en escabullirnos por la casa que compartíamos con otros bailarines, decidimos no invitar a nadie y así reducir las posibilidades de ser descubiertas; caminar un par de cuadras donde llamaríamos a un taxi para ir directo a santa Mónica.

—estoy demasiado emocionada —dijo ella sonriendo mientras subíamos al taxi milagrosamente sin ser vistas

—vamos a morir estoy segura —me queje subiendo detrás de ella

—eres una bebe, relájate yo me escapaba del hotel todo el tiempo estando en parís —comentó emocionada.

Ella solo en pocas ocasiones hablaba de su viaje a París, antes de conocerla yo pensaba que sería de esas gomelas que habla de parís y de su perfecta vida todo el tiempo, pero la verdad es que es algo completamente diferente a quien yo creí que era.

Un rato después pude ver la gran rueda de la fortuna erguirse cerca del gran océano pacífico y en centenar de luces que iluminaban todo el paseo, comencé a escuchar el murmullo propio de una feria y mi corazón comenzó a emocionarse.

Calle pago el taxi y bajas cerca de un puesto de comida rápida, el clima era cálido y llegaba una fresca broza proveniente del océano que hacia que fuera muy agradable; luces y colores por todo el camino, así como muchas personas divirtiéndose, vi a un par de metros un local donde vendían algodones de azúcar y no me pude resistir a comprar uno gigante para ambas.

Mil TormentasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora