CAPÍTULO 13. CAJA MUSICAL

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Mientras conversaban, Setsuna volvió a ver sus manos transparentarse, e intento ocultarlo, notablemente su energía comenzó a faltarle.
— ¿Estás bien Setsuna? —preguntó Michiru—.
— Sí, no se preocupen. Solo es que el tiempo que tengo para estar aquí se me está acabando. Pero estoy bien.
— Esa encomienda tuya que tienes, un día acabara contigo —irónicamente respondió Haruka—.
— No se preocupen por mí, ahora lo importante en restaurar la línea de vida de los príncipes de lo contrario todo el futuro estará en un grave peligro —restableciéndose poco a poco preocupada dijo Setsuna—.
—  Eso no será sencillo Setsuna —interrumpió Michiru— hace unas horas hable con Seiya y después de ponerle una prueba, pude darme cuenta que el amor que siente por Serena es demasiado grande, además entendí que en ocasiones el amor tiene mil maneras de presentarse —ligeramente dirigió un instante la mirada hacia Haruka—.
— Entiendo la situación, debo confesarles también, que hace un momento tuve una conversación con Darien, quise decir, el príncipe, y al parecer su amor por la princesa está comenzando a transformarse, está comenzando dar paso a uno nuevo y él se está haciendo a un lado. Y si dejamos que esto suceda ya no habrá remedio.
— ¿Acaso debemos forzarlos? Estamos siendo muy egoístas Setsuna. ¿Qué sucederá con Seiya? —casi al borde de las lágrimas exclamó Michiru—.
— Me temo que no hay otra opción, mi obligación es velar por el tiempo y eso haré, ustedes deben hacer lo mismo como guardianas de los talismanes, de lo contrario el caos se desatará.
— ¡Es que no es justo! —llorando con las manos en el rostro tristemente respondió Michiru—
— ¡Basta ya Michiru! —la voz gruesa de Haruka apareció—, no es decisión nuestra solo tenemos que seguir las indicaciones, ya lo dijo Setsuna es nuestro deber.
— ¡Haruka! —susurró Michiru atónita al ver la reacción de Haruka—.
— Entonces, ¿qué tenemos que hacer Setsuna?
— Trataremos de convencer y solucionar los problemas entre los príncipes, tendremos que alejar a Seiya del entorno de Serena, debe irse, de lo contrario tendrá que desaparecer, mientras este aquí representa un gran peligro.
— ¡No puedo creer lo que estas insinuando Setsuna! —con el rostro atemorizado exclamó Michiru—.
— ¡Anda Michiru debemos irnos ya! —Haruka tomando del hombro a Michiru para tranquilizarla—.

Con el anochecer se perdieron en las sombras Haruka y Michiru, mientras tanto Setsuna observaba la ciudad desde lo alto del edificio pensando para sí misma:

— He infringido la ley del tiempo y del espacio y ahora tendré que pagarlo, quizás pronto desaparezca pero es necesario todo lo que estoy haciendo, todo es por su felicidad… Príncipe Endimión, Darien…

Mientras todo esto sucedía yo me encontraba en mi habitación, después de regresar de la escuela saque mis hojas y comencé a escribir, estuve por horas perdida en un nuevo espacio donde todo lo que escribía comenzaba a tomar vida en mi mente, cuando de repente al buscar una de mis plumas favoritas vi mi caja musical, que desde niña había conservado la tomé para escuchar su melodía y al abrirla encontré la estrella de Seiya… 

Me quedé contemplándola por un buen rato y recordando las palabras que me había dicho cuando me la entrego. Seiya abandonó todo por mí, me puso antes que sus amigos, que su planeta, que a él mismo… con esta estrella me dio todo su ser, para él siempre he sido Serena, no Sailor Moon, ni siquiera Princesa Serenity, después de tanto tiempo, solo con él he podido ser yo…

— “Seiya, me hubiera encantado conocerte antes…” —suspiré—.

De pronto escuché el teléfono y lo tomé:

— ¡Bombón!

Al escuchar esta palabra mi corazón desató locamente sus latidos y una emoción envolvió mi cuerpo. La dulzura de su voz, tan solo con oírla acariciaba mi alma con una calidez que tanto necesitaba.

— ¡Seiya!
— Bombón sé que te dije que te daría el tiempo que necesitaras, que estaría bien, pero la verdad te extraño mucho, y no saber de ti me está matando…
— Seiya yo…
— Por favor discúlpame bombón —interrumpió—, ya sé que soy un tonto, mejor te dejaré descansar…
— ¡No por favor! ¡Espera! —desesperadamente lo interrumpí— ¡yo también te extraño! ¡me haces mucha falta Seiya! —y mi llanto inevitablemente apareció en mi rostro—.
— Mi dulce Bombón… sal a tu balcón…
— ¿Qué dices Seiya?
— Anda, haz lo que te digo…

Entonces sin dejar el teléfono me acerque a la ventana de mi balcón y la abrí para poder salir, fue entonces que pude ver que sobre la calle estaba él, viendo directamente a mi ventana recargado en su automóvil, la luz de la luna acariciaba su rostro mientras me miraba, y sus ojos brillaban como las estrellas que la noche lucia para nosotros.

No podía decir nada, estaba tan conmovida al verlo ahí, tan guapo, tan atractivo y recordando que fue capaz de renunciar a todo lo que era por mi…

— Bombón… —su voz volvió a aparecer en mí oído por medio del teléfono como si estuviera a un lado mío susurrándome—.
— ¡Seiya, estas aquí!
— Bombón… mi dulce Bombón, quiero que sepas que yo siempre voy a estar para ti, cuando me necesites y aun cuando no, mi amor por ti es tan grande que ya ni siquiera lo puedo comparar, tú eres toda mi vida.
— Seiya yo… —mis lágrimas volvieron a rodar de mis mejillas mientras ocultaba mi rostro con las manos.
Mis sentimientos se encontraban a flor de piel, sentía tanto amor en mi corazón que no sabía cómo expresarlo. De pronto sentí una calidez en mi cuerpo y cuando retire mis manos, él estaba frente a mí, cerca, tan cerca que no pude más que abrazarlo mientras él me envolvía con sus brazos, el teléfono cayó al suelo.

— Mi dulce Bombón… —con la más tierna voz—, posiblemente vendrán cosas muy difíciles de enfrentar, que ni yo mismo entiendo lo que pasa. Pero sabes, no me importa, yo haré todo por que seas feliz, solo quiero que nunca olvides el gran amor que te tengo, por que pase lo que pase, eso nunca cambiará…
— Seiya… ¿por qué dices eso? ¿Qué sucede?
— Descuida Bombón, tú no tienes que preocuparte, después de todo recuerda que yo prometí protegerte. Ahora ve a dormir, es tarde ya.
— Gracias, Seiya…
— ¡Eh!
— Gracias por estar conmigo en los momentos más difíciles, creo que nunca te lo agradecí. Ahora quiero hacerlo, por aconsejarme, por nunca dejarme sola, por arriesgar tu vida para protegerme e incluso volver desde tu planeta solo por verme, Seiya gracias…
— Mi hermosa Serena… que no haría yo por ti…

Y a la luz de luna, y desde mi balcón iluminado también por un cielo estrellado, Seiya acaricio mi cabello, y me regalo el más dulce y tierno beso que nunca antes sentí, porque en él pude abrigar su corazón, que me entregaba sin ninguna reserva… se despidió de mí, y como un ángel bajo de mi balcón de un salto, llegando hasta su automóvil y perdiéndose en el camino. No había duda, yo estaba enamorada.

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⏰ Última actualización: May 07, 2019 ⏰

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