Quiero estar contigo.
Lo deseo tanto que me hace creer que está mal tener esta clase de sentimientos.
Odio cuando me dice cosas crueles, pero puede hacerme enloquecer con mostrarme alguna señal de cariño.
Quiero estar con ella. Quiero verte. Tantos pensamientos relacionados con una sola persona deberían ser imposibles. Puede que solo verte no sea suficiente, últimamente es así. Como si con cada día mis sentimientos hacia ti fueran creciendo aún más que el día anterior.
Y de nuevo... termine huyendo de ti. De nuevo Salí a las prisas con la chamarra de ese chico, pero ahora con la mía propia para no morir en el intento por encontrarlo.
"Tengo que devolverle esto"
Seguro que me mintió, pero da igual. No creo que mi mente estuviera preparada para soportar otro invierno junto a mi hermana.
"Estoy bien con esto"
Si eventualmente pudiera olvidarla tampoco me haría sentir mal.
No creí que enamorarse de alguien pudiera acarrear tantos sentimientos contradictorios.
Había notado su mirada evitándome durante todo el día. Ella es fría e indiferente. Muy distinta al tipo de persona con la que me gustaría estar.
Entonces...
-Te ves bastante decaída, aun más que el día de ayer.
Juro que mis intenciones no eran hacerme su amiga.
-Justo a ti te buscaba.
-¿Una linda chica buscándome? Debo de escribirlo en mi diario.
-... ¿tienes un diario?
Él puso un rostro tal como el de alguien a quien le han dicho una mala broma.
-Te he dicho linda y te preocupas por el diario... vaya que eres un misterio.
-L-lo siento, no preste atención en eso.
Ponerme nerviosa y no saber cómo expresarme con los chicos en normal, eso no jugo a mi favor en mis intentos por ser popular, pero tampoco es como si me valieran mucho los cumplidos de alguien que no sea Mei.
-Solo quería devolvértela.
-Muchas gracias señorita.
Se acercó para aceptar su chamarra. Creo que hicimos contacto visual por unos segundos justo antes de que yo mirara al piso. Algo que dice que después de ignorarlo sonrió. Él se veía como un chico popular. Como la clase de persona que está en la cima de la escala social y no mira a los de abajo. Ahora sé que es amable y extrañamente sociable.
-¿Te gusta caminar tan tarde?
Su pregunta me tomo desprevenida. Creí que se iría después de recibirla.
-¿eh? Realmente no...
-... ¿Entonces porque estás aquí?
De nuevo un error mío.
-Es mejor que mandar a mi hermanastra. Me moriría si le pasara algo.
-Así que una hermana...
Ok... aquí estaba rompiendo un par de reglas. ¿Por qué le contaba cosas de mi vida a un extraño? Mama me golpearía si me viera.
Mi interés en el creció un poco. Lo suficiente como para no irme a casa de inmediato y permanecer un rato con él.
-... por cierto... ¿Cuál es tu nombre?