Esto está mal...
Esta mal y aun así no hago nada para detenerlo. Sé perfectamente lo que se siente esperar besar a la persona a la que quieres. Pero también se lo que se siente que te besen sin sentir nada. Y mientras me sumergía en un mar de emociones contradictorias... escuchamos esa voz que me heló la sangre. Creo que obtendría la misma sensación al lanzarme de un avión y descubrir que el paracaídas no sirve.
-¿Así que solo amigos?
Rápidamente, como si la vida se me fuese en ello, empuje a Shiro y mire hacia la calle. Ella en verdad debía tener un radar para encontrarme en los momentos menos oportunos. Ni decepcionada ni feliz ni molesta o confundida. La gran característica de esa persona se hizo más notoria, ser completamente indiferente. Quería que la tierra me tragara en esos momentos. Pensar en una excusa para algo obvio era idiota. Y yo solo me quede en blanco intentando hacer que mi boca soltara algo que no fueran silabas sin sentido.
Solo rodó los ojos antes de decir algo para irse.
-Te veo en casa
¿Por qué siempre tenía que ser de esa manera con su actitud "No podría importarme menos"? Era extraño. Esa sensacion en su pecho de que esta haciendo algo mal y que posiblemente lo pagara muy caro.
Shiro seguía boquiabierto mirándome esperando una respuesta. Y luego en el volvió a salir esa sonrisa fingida.
-Perdón, yo tengo que...
-Mejor corre.
-Te veo luego.
Dije antes de comenzar a seguirla. Ella podía caminar tan ridículamente rápido, tan rápido como si estuviera en una competencia. Y obviamente yo estaba perdiendo. Ni siquiera podía alcanzar a rozar su cabello con las yemas de mis dedos.
-¡Mei, espera!
Se hizo la sorda y siguió. Estoy segura de que me escucho., Ella es capaz de ignorarme, pero no entiendo ni siquiera porque quiere hacerlo. "Mejor corre" El tenía tanta razón que de vez en cuando me daba escalofríos.
-¡Mei!
Alcance a tomarla de la muñeca y se volteo con una mirada completamente diferente a todas las que me había mostrado hasta ahora. Se veía frustrada.
-¿Qué quieres?
Estaba tan rígida. Me recordó un poco al momento donde nos conocimos. Su voz dominante. La forma en que parecía molestarle que la tocara. Y más que nada, mi pequeño mal estar al tenerla cerca. Su piel era fría y suave como siempre.
-Nada
Dije deslizando mi mano fuera de su muñeca.
¿Qué estaba haciendo?
Estaba corriendo por alguien que literalmente gustaba de jugar con mis emociones. Estaba gritando por la persona a la que le confesé mis sentimientos hace un par de horas. Y no me sentía con ganas de hacerlo. No me beneficiaria o perjudicaría si ella mal entendía lo que ocurría con Shiro. Aunque aún quería explicarle todo y decirle mil y un veces que la quiero, tampoco lo hice.
-Regresa con cuidado
Me despedí intentando dar una sonrisa. Ciertamente este era un paso importante para mí. Era la primera persona de la que me había enamorado y era la primera a la que debía tratar de superar. Aun tenia ese extraño sabor en la boca. Como si supiera que estaba haciendo algo mal y que al día siguiente me lo seguiré recordando como un "Debiste hacer esto", pero luego esta esa parte en mi cabeza que me dice que todo esta bien y que no es el fin del mundo. Que no puede acabar el mundo con algo tan simple como dejar ir a Mei.