A escondidas, piel de ángel
Tengo que amarte, como un cobarde-piel de ángel; camilo sesto.
Esto no me lo pidió nadie pero mi amá se puso a escuchar sus canciones y se me ocurrió esto hdfljahldhfl also comentarles que tiene un poco de lolitas vibes porque la chica tendrá 18 y el José 35 sjsjsjsj.
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La señora atravesó la puerta de la casa y salió de ésta para dirigirse a su coche, lo encendió y arrancó para quién sabe donde. El pelirrojo atento al movimiento de las personas sobre el vecindario salió de su hogar para irse al de la par donde se encontraba su pequeña.
La joven al escuchar pasos acercarse, observó por la ventana y fijó su vista en el hombre que yacía dentro de su jardín, con una sonrisa traviesa abrió la puerta de su acogedora vivienda dejándole pasar.
-Hola pequeña- sonrió el mayor envolviéndola sus manos en la cintura de la joven.
-Hola Joe- respondió con una sonrisa tímida mientras se pegaba a él en un abrazo.
-¿Cómo has estado?- la joven se separó y lo guió hacía la sala de su hogar, haciéndole sentarse en el sillón más grande para ocuparlo ella también.
-Extrañándote- susurró- ¿dónde has estado? ¿por qué no me has venido a ver? ¿acaso estás viendo a una mujer? porque he escuchado rumores que no he querido creer- el tono de la joven era débil pero demandaba respuesta de parte del pelirrojo quién se tensó al notarla así.
-Nena, tranquila-se acercó y la rodeó con sus brazos-¿crees que sería tan idiota de dejar ir esto que tenemos por una simple calentura? Nuestra relación lleva mucho esfuerzo y no lo dejaré ir tan fácil, no te dejaré ir- susurró mientras la calmaba acariciando sus brazos.
-Perdón- musitó con la cabeza baja- es que, no sé. Soy muy insegura y ugh- el mayor tomó el rostro de la joven delicadamente haciendo que ella le observara- a veces pienso que te puedes llegar a hartar de mí, porque algunas veces mi actitud es muy infantil y..- el pelirrojo no permitió que siguiera hablando y la calló con un dulce beso que al inicio la menor resistió seguir pero terminó haciéndolo.
Luego de un rato de una dulce sesión de besos y toqueteos ya se encontraban en la cama y la menor bajo el cuerpo del pelirrojo quien moría por volver a hacerla suya como había acostumbrado yacía 2 meses.
-Joe- susurró entre jadeos gracias a las caricias que le brindaba el mayor.
-¿Si, nena?- susurró contra su piel estremeciéndola.
-¿Me amas?- el mayor levantó su rostro para observarla a los ojos y sin duda en ellos respondió.
-Claro que te amo- se acercó más hasta el punto de rozar sus labios- me encantas- la joven se mordió el labio provocando al pelirrojo quien atacó sus labios nuevamente.
-J-Joe- lo llamó nuevamente, él se separó de ella y la observó con confusión en su rostro.
-¿Si, amor?-
-P-Por qué ¿por qué no hacemos esto oficial y público?- la menor se tensó un poco pero prosiguió-quiero decir, nuestro amor vive en penumbras y-y me gustaría salir contigo agarrados de la mano o poder abrazarte en afuera de mi casa... o.. de la.. tuya- cada vez arrastraba más sus palabras ya que al decirlas en voz alta se dio cuenta de lo tonto que sonaba- mejor olvídalo ¿si?
-Somos de esos amores prohibidos a menores, por ser como son. ¿Crees que no me siento cobarde al poder amarte simplemente cuando tu madre no está en casa?. Sabes como son las personas y se horrorizarían si nos vieran juntos nena, tengo 35 y quiera si o no es la verdad- suspiró frustrado- a escondidas me toca sentirte, sentir tu piel de ángel y tu palpitar al son del mío-
-Joe, te amo- la joven acunó el rostro del mayor y depositó un suave beso en sus labios.
-Yo también te amo pequeña, y siempre lo haré.-
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