Tus ojos me alumbran la vida me alumbran el corazón .
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La castaña de ojos miel observó al pelirrojo quien atendía la llamada de su madre; ambos habían salido a desayunar cerca del mar, les gustaba sentir la brisa y el olor del salado mar.
-Si mamá, también te amo, cuídate.-colgó y una pequeña sonrisa apareció en su rostro al notar que la castaña no quitaba sus ojos de encima -Deja de babear- soltó una risilla mientras se quitaba los lentes de sol.
-Entonces babearé por Ben- soltó juguetonamente, le gustaba celar a Joe con sus amigos.
-Ni lo pienses-negó con la cabeza y tomó un bocado de su desayuno-
La castaña sonrió, estaba muy enamorada de Joe y como no estarlo si el pelirrojo era un amor con ella. Joe al percatarse de lo pensativa que estaba movió la silla y se sentó a la par de ella pasando uno de sus brazos sobre sus hombros, ésta sonrió, estar bajo los brazos del pelirrojo la hacían sentirse protegida de todo.
-¿Te pasa algo, amor?- preguntó Joe
-No, no es nada- suspiró viéndolo fijamente a los ojos, esos ojos en los que ella encontraba luz- solo... solo que...-
-¿Solo... qué, bebé?- preguntó confundido.
-Te amo mucho- soltó la castaña mientras se abrazaba a su novio y le depositaba pequeños besos en su rostro. Joe sintió un cosquilleo por todo el cuerpo, era la primera vez que alguien lograba causarle tantos sentimientos, estaba enamorado y estaba decidido en que ella era la indicada-
-Yo también te amo, preciosa- la besó suavemente, haciendo que ambos lo disfrutaran más
-Tus besos me curan el corazón- murmuró la castaña para ambos haciendo que el pelirrojo se derritiera ante sus palabras. Joe le respondió con otro beso en el que le dijo todo lo que sentía, al separarse ella recordó en que estaban en un lugar público y podrían incomodar a cualquier. Joe se percató de ello también.
-Vamos a la playa- ronroneó en su oreja logrando estremecerla.
Joe sacó un billete de 20 y lo dejó en la mesa, tomó del brazo a su novia y con pasos apresurados salieron del pequeño restaurante para caminar en dirección al celeste mar que tenían a pocos metros de ellos.
Caminaron frente al mar en un total silencio, disfrutaban del sonido de las olas y del tacto de sus pies descalzos con el agua salada. Joe sentía que explotaba de amor y sin pensarlo comenzó a hablar.
-Nena- se detuvo y se puso frente a ella mientras la tomaba de las manos.
-¿Qué sucede?- preguntó extrañada.
-Tal vez no venía preparado para esto, pero el corazón me va a explotar si no te lo digo-habló seriamente y mostró una pequeña sonrisa al final- quiero curarte el corazón a besos, quiero darte mi dosis de amor para las peleas, quiero estar contigo siempre.- Sonrió tiernamente.
La castaña estaba atónita ante las palabras de su novio, con los ojitos llorosos y la voz entrecortada mencionó su nombre.
-Jo-Joe, yo..- El pelirrojo no la dejó terminar de hablar porque besó sus labios suavemente, al separarse la observó con amor y habló.
-Cásate conmigo-
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