—Mi Lady, ha llegado una carta —le avisó Clara.
Había pasado un año y medio desde que descubrió el pergamino de su padre. Gwendoline se levantó de la silla dónde había estado peinándose. Clara la acompañó hasta la sala donde se encontraba Lyanna.
—¿Qué ocurre? —le preguntó a su prima preocupada. Siempre estaba pendiente de las noticias que llegaban del resto de Poniente. Así se había enterado de que habían casado a Sansa con Tyrion Lannister, que Joffrey había sido asesinado en su propia boda (Gwendoline se alegró bastante, aquel sádico había sido el responsable de la muerte de su marido y toda la gente que estaba con ella en Los Gemelos). Que Tyrion había sido acusado de dicha muerte y Sansa había huido. En el juicio por combate, La Montaña había matado a Obelyn Martell y Tyrion había conseguido escapar y huir de Poniente tras asesinar a su propio padre mientras este se encontraba en el baño.
También habían llegado noticias del Muro. La Guardia de la Noche se había enfrentado a los Salvajes y habían conseguido detener el ataque gracias a Stannis Baratheon. Gwendoline sintió un gran alivio al enterarse de que Jon seguía con vida.
—Es una carta de Stannis Baratheon. Quiere que las familias norteñas le juren lealtad. Que le besemos el culo —le explicó la chiquilla con una expresión seria.
—¿Qué vas a responder?
—La verdad. Que Isla del Oso no conoce más rey que el Rey en el Norte, cuyo apellido es Stark —aseguró mientras lo escribía. La mayor sonrió con el pecho hinchado de orgullo y cariño hacia su prima. Aquella chica era mucho más valiente que la mayoría de los hombres que había conocido.
Unos días más tarde le llegó la noticia de que Jon ahora era el Comandante de la Guardia de la Noche. Se sintió muy feliz por él. Le hubiera a encantado poder enviarle una carta para felicitarle, pero podían interceptarlos y ella supuestamente estaba muerta.
" Se encontraba en una habitación oscura, la única luz provenía de una chimenea encendida. Debía hacer frío, más ella no lo sentía. No estaba sola, había una persona más en la habitación, pero no parecía haberse percatado de su presencia. El chico revisaba algunos pergaminos. No debían contener buenas noticias, pues suspiraba al terminar de leer y los dejaba caer en otro montón. La puerta se abrió de golpe llamando la atención de ambos.
—Lord Comandante, uno de los salvajes dice que vio a su tío Benjen —le dijo el chiquillo, y Gwendoline se giró para ver su reacción. La respiración de la chica se atascó al identificar las facciones de Jon Snow. Había cambiado bastante desde la última vez que le vio. Tenía un par de cicatrices nuevas en el rostro.
Jon siguió al chico al exterior y Gwendoline les acompañó. La joven desvió la mirada hacia arriba y vio la gran pared de hielo, el Muro. Supo que su mente no podía imaginarse algo así de imponente, aquello debía ser real.
En el patio del Castillo Negro se encontraba un grupo de hombres con antorchas. Jon se hizo hueco entre ellos para llegar al otro lado y Gwendoline le siguió. Sin embargo, allí no había ningún salvaje, solo una cruz con la palabra Traidor escrita en ella.
—Por la Guardia —dijo uno de los hombres y le clavó un cuchillo en el estómago a Jon. Gwendoline soltó un chillido que nadie pareció escuchar.
Uno a uno, todos los hombres repitieron las palabras "Por la Guardia" y apuñalaban a su Lord Comandante, sin escuchar como la joven les gritaba que se detuvieran.
Gwendoline sintió que su corazón se destruía más de lo que ya estaba. Jon era como su hermano y aquello le estaba afectando demasiado.
El grupo se abrió y el chiquillo del principio se acercó.
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La Rosa De Invierno - Robb Stark-
FanfictionGwendoline Mormont fue separada de su padre con solo diez años. Sin embargo, no fue tan horrible como ella creía. Seguía en el norte, por lo que el clima seguía siendo frío y blanco, e Invernalia la aceptó como uno más desde el momento de su llegada...