-Dieciocho-

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Laila

Me levante un poco alarmada. Luego tras notar que estaba en la cama de Noah y el aún lado mío.

Sorprendida me escabullí de ahí y me dirigí hacia la cocina. Su amigo Jon, ya no estaba. Recogí todo el desastre del día anterior.

Pensé que a este refrigerador le hacia falta comida por lo que fui nuevamente a la habitación de Noah.

—Noah...—El seguía dormido, lo movi un poco con mi mano.—Ian, despierta.

El abrió poco a poco los ojos debido a  que yo no dejaba de moverlo. Empezó a fastidiarse por eso.

—¿Que?—Dice con voz ronca mientras se coloca una almohada sobre su cabeza.

—No hay comida, no cres que...¿necesitamos ir por comida?

El nisiquiera de movió por lo que seguí jalandolo.

—No.

Me dio la espalda para seguir durmiendo pero no lo deje en paz.

—Bien bien, en el cajón esta mi cartera, toma lo que ocupes y compra lo que quieras. —Explica sin siquiera abrir sus ojos o girarse para verme.

Iba a pedirle que me acompañara pero...

—Y ya no me molestes, quiero dormir.

Rodee los ojos ante eso, así que decidida tome dinero de su billetera, y vaya que tenía una gran cantidad de billetes.

Salí de ahí y me aliste un poco, no tenía ropa que ponerme, por lo que tuve que ponerme la misma ropa. Me sentía incómoda pero sabía que ninguna de las prendas de Noah me quedaría.
Ya una vez afuera seguí caminando hacia encontrar algún centro comercial que estuviera cerca, cabe mencionar que debido a que estábamos en la ciudad no me resultó difícil encontrar uno.

Me adentre en el y empecé por comprar las cosas, hace mucho que no  hacia este tipo de compra, por lo que me dio cierta nostalgia.

Después de comprar lo necesario decidi gastar un poco en una caja de galletas, el problema es que estaban tan altas que se me dificultaba tomarlas.

—Creo que necesitas ayuda.—Menciono una voz detrás de mi a la vez que alguien tomaba la caja de galletas y me la entregaba.

—Graci...—Iba a agradecer hasta que vi su rostro.—¿Samuel?

El aún seguía con la mano extendida con las galletas. Las tome por educación.

—Nos encontramos una vez más Laila.—Me sonríe pero me causa cierta desconfianza por lo que sólo me quedó observándolo. —La última vez, las cosas no quedaron muy bien.

En mi mente recuerdo aquel día, y el como el mencionó a mi padre sin haberle dicho.

—Amm...Gra-cias.—Digo temerosa ignorando lo que acaba de decir y me giro con la intención de marcharme.

—Espera, ¿podemos hablar?

Vuelvo a mirarlo y me quedó analizándolo, lo mejor será que no tenga mucha relación con el, quizás las cosas puedan salir mal.

—Perdona pero, tengo cosas que hacer, talvez en otra ocasión.—Corro hacia la caja a pagar, crei que el insistiría siguiéndome pero no fue así, sólo se quedó mirándome desde aquella posición.

Incómodo.

Pase saliva un poco nerviosa y espere a que el cajero acabará de cobrarme para retirarme de ahí.

Ya una vez afuera senti tanta paz y tranquilidad. Camine por los alrededores de la ciudad, y no pude evitar recordar a Julieta, ¿En realidad sus padres la sacaron del instituto?

No sabía que era exactamente pero algo no cuadraba.

Fue más mi curiosidad que tome un taxi y me dirigí hacia su casa, no podía  más con la curiosidad.

Su casa estaba también en el pueblo sólo que un poco más alejada de la mía, a comparación de Max que era mi vecino. Una vez que llegue, me baje del taxi, con todo y el mandado ya que nisiquiera fui a dejarlo pues no quería traer a Noah conmigo, senti la necesidad de venir sola.

Me quede afuera de su puerta, ansiosa por no saber si debía tocar o no, tenía un poco de miedo pero...

En ese momento se abrió la puerta.

—Hey Laila, ¿que estas haciendo aquí? ¿No deberías estar en el instituto? —Dice su padre en cuanto me ve, sorprendido. —Oh, ¿veniamos a buscarnos?.

Su actitud natural me hizo pensar que quizás si habían cambiado a Julieta.

—Amm...yo—Tartamudeo un poco al no saber exactamente que decir, el se confunde al verme cargando las bolsas del mandado.—Yo tuve un accidente y no he vuelto a clases aún, ¿Esta Julieta?

El fruncio el ceño ante mi pregunta.

—¿Julieta? Julieta debe estar en el instituto, debes en cuando llega a venir en sus días libres.—Me mira extraño.—Tu mejor que nadie sabes eso.

Comencé a asustarme, tampoco quería alertarlos.

—Yo pensé que...talvez podría estar aquí, aveces dan días libres entre semana.

El asiente.

—Perdona pero en este caso no es asi. Tengo que irme, ¿Gustas que te lleve a tu casa?

Negué rápidamente.

—No, no,no.—Lo detuve con la mano puesto que iba a ayudarme con la bolsas.—Yo...ya me iba.

Me aleje de ahí con la mayor velocidad posible. Intentaba procesar lo que su padre me haba dicho, entonces significaba que ellos no sabían nada de Julieta.

Estaba más que confirmado que había desaparecido.

Aún sentía la esperanza de que no fuera así.

Camine por aquellas calles, iba a tomar un taxi así que camine para poder ir a donde pasan más. Para eso tenía que rodear demasiado.

Preferí tomar un atajo.

Me fui por el callejón, con seguridad puesto que ya reconozco estas calles, o eso crei cuando senti como los vellos del cuello comenzaban a levantarse. Algo así como cuando te observan.

Tome aire, seguro y eran imaginaciónes mías.

Seguí caminando con rapidez hasta que depronto escuche pasos detrás de mi.

No quería voltear, pero el miedo me atormentaba por dentro.

Camine más rápido hasta que senti como alguien me tomaba del brazo y luego me arrebata las bolsas.

Me gire con miedo para encarar a dicha persona pero me relaje al verlo.

—Ay Dylan, que susto me diste.—El sólo sonríe y también me quita la otra bolsa quitándome el peso.

—¿Porque? ¿Acaso soy tan feo?

Ambo reimos ante aquello.

Solte un suspiro y agradeci que fuera el pero...

¿Porque me sigo sintiendo observada?

Juro encontrarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora