-Dos-

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Me quede dormida, y cuando desperté al parecer era de madrugada.
¡Cuanto  habré dormido!

Me levante aun con sueño, y asome mi cara por la ventana de mi cuarto; si, debía ser ya de madrugada puesto que las calles estaban muertas.
O eso pensé cuando escuche un ruido proveniente de la casa de a lado y vi un chico escabullirse por la ventana.

¿Un chico? ¿De vecino? Nisiquiera lo recuerdo, el único vecino joven que tenia era Max.

Trate de hacer memoria, mientras lo inspeccionaba, el caminaba lentamente como si temiera ser descubierto. Asome un poco mas mi cabeza para observarlo mejor pero al hacer eso empuje la maceta que se encontraba en la ventana, provocando que cayera y se escuchara un ruido.

El volteo asustado, y nuestras miradas se encontraron.

—¡Mierda!—Susurre, mientras me agachaba para que no me viera; pero era inutil el ya lo había hecho.

Aun así en la oscuridad podría verlo, era un chico comun, no era tan guapo, pero tampoco tan horrible, aunque su vestimente era algo curiosa: tenia una camisa de aves, y un short cafe.

Bueno, mejor dicho rara.

Yo creia que no me veia porque me habia ocultado un poco, pero al notar su mirada cada vez mas fuerte, supe que me miraba.

—¿Laila?—Cuestiono de tal manera que pude oirlo, tampoco había gritado.

Me quede confundida, ¿Le conocia?

—¿No te acuerdas de mi?—Agrego al notar mi confusión.

Oh mierda, ¿acaso nos conocemos?

—Am...yo..—Dude en que responder.

—Soy Dylan, estuvimos juntos en la escuela, fui tu vecino durante ese tiempo...

Mi mente comenzó a buscar entre todos los recuerdos hasta que porfin lo hice.

Lo recordé.

El pequeño Dylan jugaba conmigo antes de que Max viniera a vivir enfrente; pero solo fue un tiempo, ya que después nunca mas lo volví a ver.
Fui a buscarlo un par de veces pero sus padres solo me decían que estaba de vacaciones.

—Dylan...—Lo llame, recordándolo.

—El mismo—Asintió satisfecho de que lo recordara. —Deberías bajar. Así platicamos mejor.

—Pero...—Mire hacia adentro de mi habitacion, seguro todo estaba cerrado, seria imposible salir sin que me descubrieran.—Me descubriran.

El solto un bufido.

—¿Es que acaso no has visto como baje yo?. Venga, hazlo yo te ayudo.

Resignada lo hice, casi me caego pero el me sostuvo.

Ya una vez de frente, solte un suspiro.

—Bien. Aquí estoy...cuanto tiempo sin vernos.—Hable mientras sentía el aire fresco en mi rostro. En realidad había pasado un buen de tiempo, mas de 7 años.

—Tienes razón. Ha pasado un montón.

—¿Porque te fuiste? Trate de buscarte varias veces pero siempre me dijeron que estabas de vacaciones.

Suelta una risa amarga.

—Bueno...—Se rasca la cabeza algo dudoso.—mi padre me mando a un internado militar.

¿Internado militar? ¿porque?  Quise preguntar pero no supe si era el momento adecuado; ademas se le notaba nervioso como si quisiera marcharse ya.

Juro encontrarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora