La vieja mansión Potter lucía más imponente que nunca, o al menos eso es lo que Harry creía. Después de meses de trabajar intensamente finalmente estaba terminada. El siguiente verano Harry recibiría al primer grupo de niños que iban a entrenar en la todavía no inaugurada Academia Deportiva Potter. Había sido un proceso largo pero Harry estaba satisfecho, se había librado de la constante mirada del Ministerio y había logrado convencer a Victor Krum y Oliver Wood para que se asociasen con él y formasen la primera escuela de Quidditch infantil de mundo mágico. Harry estaba planeando incorporar la enseñanza de deportes muggles también. El Ministerio nunca le había dado carta blanca para hacerlo en el CDMI pero ahora él era quien mandaba y nada lo detenía para hacerlo.
El último año había sido una montaña rusa para Harry. Los meses de terapia le habían resultado interminables pero las sesiones se habían reducido a una vez por mes. Harry nunca pensó que hablar con un psicomago iba a ser realmente tan útil en su vida. Había logrado controlar su magia con mucho esfuerzo pero ya tenía varios meses sin chispazos de magia involuntaria, confesar sus temores y hasta recordar el nombre del viejo disco de su madre. Harry era joven pero había pasado por muchas cosas en su vida y por primera vez se sentía completo y en paz.
—Listo —dijo Draco saliendo al jardín donde Harry se encontraba—. Me acaban de asegurar que las escobas llegarán la primera semana de junio, así que podrás supervisar la entrega tú mismo.
—Perfecto —contestó Harry sonriendo—. De todas formas me voy tranquilo, Hermione se hará cargo de todo lo que falta, todavía tenemos varios meses antes de que inauguremos.
—Sí, pero una vez que pongamos los pies en París no volverás a pensar en quidditch, en el críquet, ni nada que no sea nuestras vacaciones.
Harry sonrió y lo abrazó. No podía creer que finalmente se irían a ese viaje que un año atrás le había parecido tan esquivo. Aún se sentía mal por haber alterado los planes de todos a su alrededor pero también estaba agradecido por el apoyo que le habían dado.
Ron había postergado sus planes de pedirle matrimonio a Hermione, no le había parecido oportuno hacerlo cuando estaban lidiando con Harry y su depresión. Finalmente cuando Harry había comenzado a mostrar mejoría Ron había hecho la propuesta y obviamente Hermione había aceptado.
Pasadas las vacaciones de navidad Harry había comenzado sus terapias como tenían planeado y Neville le había sugerido que retomase su trabajo en Regents Park. Tener algo en que enfocarse había sido beneficioso para él y a los meses había comenzado a estudiar para sacar su título como entrenador deportivo infantil. Harry descubrió que eso era lo que quería hacer con su vida, amaba ambos deportes: el muggle y el mágico, y estar con esos niños lo llenaba de energía. Se sentía feliz de saber que iba por el camino correcto.
Draco y Hermione se las habían ingeniado para poner en marcha su empresa de exportaciones mágicas con el poco tiempo que habían tenido libre durante la recuperación de Harry. Sin embargo el negocio había caminado solo desde el principio y ahora Draco tenía el liderazgo en el mundo mágico en cuanto a canales de negocios se refería con el mundo muggle y algunas ciudades del mundo mágico europeo. El Ministerio había insistido en proponerle un puesto en el departamento de Relaciones Internacionales pero Draco continuaba firme en no querer involucrarse con ellos.
—Vamos —dijo Draco—. Aún tenemos que terminar de empacar y luego cenar con los Weasley.
—Lamento que Molly esté triste porque no vamos a pasar la Navidad con ellos —contestó Harry saliendo del lugar junto con Draco.
—No te preocupes por eso, ellos saben que este viaje lo venimos planeando por demasiado tiempo.
Harry asintió contento. París los esperaba con sus luces y su romance, luego visitarían varias ciudades de Europa para después partir hacia Estados Unidos. Draco estaba entusiasmado por visitar New York y Harry seguía intentando convencerlo de hacer una parada por Disney World. Tendrían cinco meses para viajar por donde quisieran y volverían semanas antes de la boda de Ron y Hermione. Se detuvo antes de abandonar el jardín de la mansión y besó a Draco con calma, tomándose todo el tiempo del mundo para disfrutar de sus labios y juguetear con su lengua. Su corazón latía fuertemente pero ya no de miedo sino de alegría.
Llegaron al departamento y Draco subió para terminar de empacar, había decidido hacerlo él y así asegurarse de que Harry no olvidase la mitad de las cosas que tenían que llevar. Harry aprovechó el tiempo a solas para sentarse en el sofá frente al televisor. Observó a los dragones volando en la pared y se sintió completo. Gracias a Draco tenía ahí mismo un recuerdo vívido de sus padres, de su historia y se dio cuenta que ya no se sentía solo ni perdido. No había sido fácil llegar hasta ahí pero Harry agradecía haberse quebrado aquel día en el armario, porque desde ese momento por fin su vida había comenzado a tener sentido.
Draco cerró las maletas y las colocó en un rincón de la habitación. Cenarían con los Weasley y al día siguiente partirían a la central de trasladores. Abrió el cajón de su mesita de noche y sacó una caja pequeña de ahí. La miró con adoración y la hizo desaparecer con un movimiento de su varita. Ya tenían las reservaciones hechas en un hotel del mundo mágico de París y esa misma mañana había encargado a su secretaria que diese órdenes de tener la habitación lista desde un día antes. Quería que cuando Harry llegase se encontrase con la sorpresa.
En la cama de la habitación de Paris descansaba un viejo disco de vinilo y sobre él una pequeña caja de terciopelo negro que contenía un fino anillo de oro blanco y una propuesta que Harry aun no sabía que iba a recibir pero que aceptaría sin pensarlo dos veces.
FIN
NA: El título del fiction corresponde al nombre del álbum que Harry está buscando en esta historia. de Eric Clapton.
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No Reason to Cry
FanfictionHarry y Draco tienen una relación, viven juntos desde hace un par de años y en apariencia todo va bien en sus vidas. Draco está dedicado a estudiar y trabajar pero Harry sólo es feliz en apariencias, esconde sus miedos e inseguridades de todos cerrá...