Sentado en una jardinera frente a la escuela, sus piernas se balanceaban juguetonamente al no llegar a tocar el suelo. Estaba nervioso, el chico con el que se reuniría, le era por completo desconocido, no recordaba haberlo visto nunca.
Y es que Jimin era muy distraído, siempre perdido en sus pensamientos, no se había dado cuenta que este chico de sonrisa tierna merodeaba su casa con su hermano menor por cómplice.
A veces se preguntaba por qué su personalidad era tan plana. ¿Por qué necesitaba de una persona para sentirse suficiente? Y además, es que esa persona simplemente no llegaba. No la estaba buscando y eso lo frustraba más, pero a la vez: simplemente no quería enamorarse y luego sufrir una gran decepción cuando lo mismo de siempre ocurriese.
Jimin a veces deseaba tener sueños. Su sueño era tener una meta. Era muy simple y aburrido. No sabía casi nada de música, de series o películas. Probablemente no encontraría algo bueno porque tampoco tenía muchas cosas para aportar a una buena conversación.
Jimin era bueno escuchando, bueno para hacer bromas con las palabras y para burlarse de sus amigos. Era un estudiante maravilloso y alguien muy divertido en las fiestas, pero no era mucho más. No se sentía, al menos, alguien cultivado intelectualmente, alguien con quien pudieses hablar horas y horas.
Y es que cuando estaba cómodo con una persona y se quedaban callados, Park simplemente lo dejaba estar. Se sentía apacible con el silencio, nunca le era incómodo, de hecho, era un gran aliado y amigo cuando sus círculos sociales discutían sobre algún tema de actualidad.
Precisamente la incompatibilidad con la mayor parte de sus conocidos le hacía sentir solitario, añadiendo la incapacidad de encontrar parejas sexuales cuyos resultados fuera promedio o al menos que lo pudiesen intentar.
Y en medio de ese conteo melancólico, un chico se paró a su lado. Tapando con sus manos el sol sobre los ojos del chico sentado en la jardinera.
A Jeon se le antojó que ese fondo de flores y nubes grises le quedaban como de estudio. Y deseó tomar una foto, grabar el momento en el que al fin se atrevía a hablarle.
—Hola— murmuró un poco tímido, pues el chico de sonrisa dulce lo ponía muy nervioso, lo intimidaba.
—Eh, hola— saludó el mayor, sorprendiéndose ligeramente por la innegable belleza del hombre parado a su lado, con esos grandes y redondos ojos oscuros que le observaban con mucha curiosidad—. Soy Jimin, tu debes ser Jungkook, ¿cierto?
Se levantó de ahí sacudiendo sus manos en su trasero, mirando activamente al contrario. Dibujando en su mente su rostro, enmarcando sus cejas rectas en lápiz café y su nariz con sombras delicadas. Era un hombre demasiado apuesto.
No el más apuesto que Jimin hubiese visto a primera impresión, pero había algo especial en él, que entre más se le escrutaba, parecía soltar más brillo. Algo que de alguna forma perturbó a Jimin.
—El mismo—hizo una pequeña reverencia y carraspeó la garganta—, creí que primero sería mejor conocernos un poco porque... bueno, creo que así se antoja más lo que la convocatoria decía.
Jungkook le sacaba mínimo diez centímetros, y su cabello oscuro lucía brillante y suave. Jimin por tanto, se sonrojó suavemente, perfectamente sabía la razón. El encuentro sexual que tuviese con el menor, era bastante forzado y no tenía el contexto de muchos de sus revolcones auspiciados por el alcohol.
Quizás peor que el de días atrás con Hoseok. Al menos a él lo conocía.
—Sí, sobre eso... Fue más una broma de mi amigo, yo no me siento tan cómodo con la idea.
—Sin embargo—acotó el menor, perdido en sus pensamientos—, estoy recibiendo el premio antes de seguir la broma. Salir contigo es—en sus labios se estaba formando una serie de adjetivos exagerados, que se regañó y omitió para no asustar al contrario—trampa.
El rubio soltó la primera sonrisa sincera de la tarde, se le hizo gracioso el argumento anterior. Chistoso y cierto.
—En eso tienes razón, has ganado sin cumplir tu parte. Pero por supuesto que mimos no te voy a dar, sería demasiado incómodo—se hizo el cabello hacia atrás antes de continuar—. Por eso, sólo nos limitaremos a ir por el helado. Algo muy básico por cierto. Y después cada quien a su casa, ¿está bien?
Jeon asintió, no esperaba mucho más. Hablar con él y recibir una sonrisa era una meta ya cumplida.
—Dale.
—¿Qué edad tienes?—preguntó el bajito con interés comenzando a caminar.
—Dos años menos que tú. Jimin, eres una cosita linda, tan pequeñito y tierno— suspiró—, ¿cuál es tu película favorita?
Jimin sintió morirse próximamente, ya quería compartir intereses. Rayos.
—Uhm... Me gusta la de... Avatar, es buena.
—¿La de Pandora o la del Maestro del aire?
Jungkook estaba muy curioso, deseoso de enterarse.
—Eh... Las dos son buenas. ¿Y la tuya?
—Me encanta Star Wars, toda la saga es maravillosa, aunque creo que los efectos de las de los setentas son miles de veces mejores que los del 2000, aunque los nuevos están increíbles.
Jimin asintió escuchando con atención al menor hablar y hablar de aquello.
Quizás aquello no sería la gran idea del siglo.
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Somnífero»»Kookmin
FanfictionPark Jimin cree estar bajo influjo de una extraña maldición.Eso o todos sus amantes tienen una especie de narcolepsia. ¡Y es que no importa cuánto se esfuerce en encenderlos! ¡Siempre se quedan dormidos mientras intentan fundir sus cuerpos! Un milag...