Acerca del chico que no dormía

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Érase una vez, un muchacho, hermoso y joven cuyos grandes ojos reflejaban el mundo cristalino, enmarcados por una semiluna oscura. Su negra cabellera brillaba suavemente sobre su frente, las tenues líneas de expresión se acomodaban a pasos cortos entre los oscuros orbes.
Su mandíbula marcada le hacía lucir aún más masculino, aquel muchacho hecho de sombra no podría describirse con palabras que no fuesen sinónimos de belleza y elegancia.
La gente curiosa se acercaba a mirar su rostro, para fruncir el entrecejo y murmurar que aquellas hermosas facciones eran un desperdicio por aquel defecto tan suyo.

Y es que aquellos rasgos finos y angulosos que le ponían enfrente miradas curiosas eran opacados por unas enormes bolsas negras bajo los ojos.

No dormía, a su madre le encantaba llamarle vampiro. Pero, a pesar de que el tono fuese gracioso, la razón por la que le llamaba así era mucho más seria.

Jungkook tenía un cuadro severo de insomnio, no podía conciliar el sueño. Así se tomase un frasco entero de calmantes, sus ojos estaban bien fijos a los párpados y simplemente olvidó lo que significaba el descanso.

En una ocasión contó siete mil quinientas setenta y tres ovejas antes de hartarse y soltarse a llorar. Si fuesen reales sería uno de los pastores más ricos de ambas Coreas.

Té, música para dormir, leer artículos escolares, hacer más tarea, cansarse con ejercicios que le obsequiaron una bonita musculatura.

Nada funcionó.

Jeon Jungkook simplemente no podía dormir.

A veces su cabeza dolía, su cuerpo se llenaba de calambres y su humor se deshacía como algodón de azúcar en una tibia boca.

Otras veces lloraba y golpeaba sus muebles deseando poder cerrar los ojos por más de cinco minutos.

Entonces, el psicólogo, cansado con sus múltiples visitas escrutó sus ojos rojos cual si hubiera fumado cien gramos de marihuana. Le analizó una última vez antes de decir:

-Hijo, yo creo que más que un psicólogo, necesitas un exhorcismo. No hay nada que yo pueda hacer por ti, sólo esperar tu muerte quizás.

Ni su madre ni él sabía si aquello fue una broma de mal gusto. Hasta que con rostro severo el doctor continuó:

-Habló en serio, el cuerpo no aguanta tanto tiempo sin descansar, y después de las tantas terapias que hemos tenido, y de ver cómo él insomnio ha ido progresando hasta ser total-hizo un pausa mirando sus papeles-... No te queda mucho tiempo así que intenta disfrutar al máximo los últimos momentos de existencia que te quedan. Lo siento mucho.

Jungkook no tenía esperanza, por tanto, debía acercarse a su pequeño crush antes de decirle adiós a este mundo.

Somnífero»»KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora