Me asomé un poco por la puerta y divisé a lo lejos a un grupo de soldados armados con lo que me parecía ser rifles, trajes antibalas y cascos antigases; ¿acaso había alguna infección en el aire?
—Muy bien, saldremos por las ventanas —Apunté a la ventana donde miraba todos los días cuando las clases me aburrían o cuando lo que explicaban yo ya lo sabía.
—¿Por qué no ir con los soldados? —preguntó Mario.
—Ellos mataron a nuestros compañeros. —dije con un poco de cólera en la voz. —Andando. —caminé hacia la ventana y puse una butaca para que nos fuera más fácil saltar. Al otro lado, fuera del salón, había césped y otro edificio adelante el cual era como una bodega donde arreglaban las computadoras o cosas así. Caminamos hasta esa bodega y entramos ya que como no había ninguna luz, supuse que no había nadie. Al entrar mis ojos se acostumbraron poco a poco.
—No veo nada —Se quejó Sasha.
Ignoré aquello y caminé un poco hacia el escritorio del señor que hacia el mantenimiento de las cosas, lo recuerdo muy bien; era gordo y tenía la pinta de mecánico, siempre sucio y mal vestido, con los pantalones enseñando el inicio de su trasero, las camisas llenas de sudor y mugre. Algo que recuerdo también muy bien de él era que veía muchas series de zombies, varias veces lo regañaban por leer sus cómics de zombies durante el trabajo.
—Esperen, quizá encuentre algo útil. —Busqué en su escritorio a ciegas pero Mario con un encendedor alumbró un poco y se acercó a mí.
—¿Ocupas ayuda? — me dijo al acercarse y yo asentí sonriente.
A la vista del escritorio había plumas y destornilladores de punta plana y de cruz, los tomé y los guardé en mi mochila.
—¿Eso no es robar? —Dijo Tristán un poco preocupado.
—Ya vámonos de aquí. —dijo Kevin con una voz de desagrado la cual me hizo apretar los dientes para no decirle nada, si que lo odiaba.
—No creo que al de mantenimiento le moleste que tomemos un poco de sus cosas. —Abrí un cajón y en el último me sorprendió lo que encontré.
Había una lámpara, una daga del tamaño de una regla, era hermosa y lo mejor, era mía. Seguí buscando y Mario solo se me quedaba viendo; había encontrado también una caja de cerillos y una revista porno y debajo de esta algo que me llamó la atención, pues el título decía "Guía de sobrevivencia Zombie", la puse en mi mochila por cualquier cosa. Cuando volteé, miré a los demás y ellos a mi.
—¿No tomarán nada? —Dije y todos empezaron a buscar. La luz se fue, pues Mario se había quemado el dedo, pero en unos segundos regresó pues ya había cambiado de mano.
Mientras ellos buscaban que tomar que les guste, yo fui a la puerta trasera que daba a las canchas de fútbol y voleibol. No sé veían guardias a lo lejos.
—Listo. —Aviso Tristán, cuando volteé todos traían algo en la mano, parecía que íbamos a pelear con alguna pandilla o algo, pues todos tenían algo en la mano; Mario tenía un martillo; Tristán había agarrado un teclado y una llave inglesa larga; Kevin tenía lo que parecía ser un cuchillo de cocina; Sasha no llevaba nada, así que me acordé de mi navaja Suiza y se la di.
—Gracias. —me dijo ella con su voz tan melifluo. Yo solo le sonreí y abrí por completo la puerta.
Pensaba correr, pero miré a Mario, era el único a la vista. Pues él no tenía una sudadera o suéter como nosotros, aquello me erizó al solo pensar que le podrían disparar.
—Mario, quítate la camisa —Ordenéy él me miró con cara de desconcertado.— Anda, quítate la camisa.
—No pienso hacer eso, hace frío. Todos ustedes traen suéter menos yo. —Dijo Mario, y tenía razón.
Sasha una sudadera con estilo de líneas horizontales, unas negras y otras tipo grises oscuras; Kevin una sudadera azul marino con varias banderas de países en las mangas; Tristán una sudadera de estilo cuadros chiquitos de colores grises y negros; yo con mi suéter de color gris que su único diseño es una mancha en el pecho del lado izquierdo de lo que parecía ser sangre. El único sin algo que lo cubriese era Mario.
— Okay, aquí esperen. —Dije y salí corriendo de con ellos.
—¡Dahíro! —Me gritó Sasha y pare en seco para notar al otro lado de la puerta había luz, un disparo atravesó la puerta y Sasha gritó por aquello, di media vuelta para empezar a correr— ¡Corran! —Grité y empecé a correr detrás de ellos.
Disparos se hallaban detrás de nosotros, corríamos con rapidez por el pasto de la cancha de fútbol, el que más iba adelante era Mario porque siempre ha tenido una muy buena condición física.
—¡Corran! — Los disparos los sentía demasiado cercas de mi, así que los presionaba gritándoles. Miré al frente y ví a Mario ya trepado en el árbol dándole la mano a Sasha para que saltará— ¡Rápido! — dijo Mario y me adelanté más que Kevin.
Un Disparo, un maldito disparo tumbó a Kevin y su grito me hizo detenerme— "¡Mierda!" — Me regresé por el y sentí una bala rozar mi brazo la cual me hizo soltar un leve grito, tomé a Kevin él cual al parecer le había disparado en la pierna y corrí con él, Mario nos esperaba cubriéndose con el Árbol. Una vez en el árbol, Mario le dió la mano a Kevin y los dos saltaron, cuando traté de subir alguien me tomó del suéter y me tumbó al suelo, una arma me apuntaba y después otras.
—Dahíro Alucard, usted queda arrestado por conspiración. —Una voz seria y agitada me dijo aquello repegando más su arma a mi cara.
Después de aquello me levantaron a la fuerza y vi como Mario me estaba viendo desde la barda, yo con la mirada le asentí de que estaría bien. Sabía el por qué era esto, a mi cabeza me llegó la imagen de mi padre, lo más seguro era que el estuviera involucrado con todo esto, pues siempre me decía:
"Hijo, el día que todo cambie, patógeno A18E08 hará lo suyo. Más te vale correr y aplicar todo lo que te he enseñado."
Yo sin saber a qué se refería sólo asentía obediente.
⌛—¡Alucard! —Me sacaron de mis pensamientos y miré hacia donde provenía la voz, me tenían amarrado a la asta de la bandera.— ¿Dónde se encuentra tu padre?
—¿En serio? ¿Tanto escándalo para esto? —Después de aquello una bofetada recibió mi mejilla y la misma pregunta resonó en mis oidos— No lo sé. — Está vez un puñetazo recibió mi mejilla— ¡Mierda! No lo sé, la última vez que supe de él se dirigía a a la Ciudad de México (CDMX), al palacio nacional, qué por asuntos gubernamentales. —Después de eso un puñetazo fue recibido en mi mejilla.
⌛
Las horas pasaron y el sol estaba dándome con ganas, en ocasiones escuchaba disparos pero la sed y el hambre me cegaban. Un soldado se acercó a mí y me tiró una cubeta de agua helada encima de mi, lo cual me hizo sacar de mis pensamientos de a putazo. —Tienes visita. —Dijo un soldado, al parecer el mismo que me detuvo.
¿Quién me visitaría con todo este caos?; Sabía que algo pasaba, no había ningún adulto preguntado por su hijo, ni un ruido de algún carro. . . Nada. La visita era Tristán, al parecer lo habían retenido, lo pusieron a un lado de mi, amarrado igual al astá de le bandera.
—¿Que chingados haces aquí? — le pregunté alarmado, pues él era el único.
—Wey, primero que nada, afuera es una mierda. . . No pudimos pasar la noche tranquilamente...hay algo parecido a —
—¡Cállense! —Interrumpió un soldado.
Bajamos la cabeza y el soldado se retiró.
—Como sea, Mario nos está esperando afuera en un carro, ocupo que saques una navaja.— Dijo Tristán con voz baja.
—¿Que mierda? Eso es un plan de idiotas —Guardé un poco de silencio pues un soldado pasaba por nuestro lado y una vez que se alejó— ¿Dónde está la navaja?
—En mi trasero. . .
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Patoghen A18E08: Release
Science FictionDespués del patógeno A18E08 liberado por el científico Alucard, el mundo como lo conocíamos se vuelve un apocalipsis. Nuestro protagonista se deberá enfrentar no solo a los muertos vivientes, si no también a la gente que odia a su padre y buscan ven...