"El cielo nos ayudará.", siempre oí a mi madre decir cuando era pequeño. Jamás había entendido sus palabras, aquellas suaves palabras que me decía cada vez que, dulcemente, acariciaba mi cabello.—Tenemos que salir de aquí —dije con voz segura y rasposa, Sasha levantó la vista, parecía que la idea le había ofendido.
—¿Estás loco? —gruñó en voz baja, la noche acariciaba nuestra piel por una ventana, así que todos estaban dormidos— ¿Has visto allá afuera? ¡Es un infierno! —exclamó.
—El infierno ya existía desde antes. Aparte, si no luchamos, jamás hallaremos la respuesta de este caos.
—¿Y por qué no le preguntas a tu Dios? —se burló de manera grosera.—Además, ¿Que más quieres? En este edificio hay seguridad. El señor Aurelio no nos molesta ni nada. E-es mejor aquí. . .— Gimió de tristeza, soltando lágrimas. — Nadie sabe las respuestas.
«Creo que yo sí.», pensé.
—Oh, Sasha —la abracé y sentí como sus manos se aferraban a mi, me separé de ella para limpiar sus lágrimas y le sonreí suavemente—, todo pasará, ¿sí?, todo estará bien. Necesitas descansar.
Asintió suavemente para separarse de mi e irse a dormir en las sábanas que había en el suelo, me acosté casi a su lado, la observé para después tratar de cerrar los ojos, conciliando el sueño.
“—Si tú me ayudas, Dahíro, todo estará bien. ¡Todo estará bien! El mundo estará mejor.”
Solté un gruñido mientras dormía, tratando de opacar aquellos recuerdos que no necesitaba.
“—Vamos, hijo, una prueba más.”
(—Dahíro.)
“—¿Acaso tú no quieres algo mejor?”
(—¡Dahíro!)
—¡¿Qué?! —grité alarmado mientras me levantaba, observé cómo Sasha se alejaba un poco de mi, en sus orbes verdes se reflejaba la preocupación, toqué mi frente, estaba sudando.
La miré.—¿Estás bien? —Sasha me preguntó, acariciando mi hombro, negué frenéticamente y ambos vimos a las ventanas, se veía la contaminación, las bombas cayendo y algunos disparos seguidos de gritos con el sufrimiento en la garganta, la escuché suspirar, tratando de relajarse pero en sus ojos se veían las lágrimas tratando de atarse para no caer. Toqué ésta vez yo su hombro, me miró con lágrimas para después hacerme un intento de sonrisa, ¿cómo era posible que, apesar de todo, siga viéndose hermosa? Mi corazón latía rápidamente, pero no era momento. — A veces quisiera que ésto solo fuera una pesadilla. . . Que mis padres estuvieran vivos. . . Que yo estuviera en casa y. . —gimió de dolor, dejando escapar sus lágrimas. — Quiero decirme que todo estará bien pero no puedo creerme.
—¿Pero puedes creer en mi? —me miró con aquellos orbes verdes que tanto me encantaban, arqueó las cejas y asintió, dándome un repentino abrazo—, todo estará bien.
Era un mentiroso de mierda.
A la mañana siguiente, tapé a Sasha mientras la veía dormir, habíamos dormido tarde ya que nos quedamos charlando acerca de nuestra infancia, traté de saltarme toda la parte cruel, así quedándome solo con la preparatoria. Nadie estaba despierto más que yo, me levanté para acercarme más a la ventana y ver aquellas nubes naranjadas, tanto deseaba que fuera el típico hermoso atardecer. . . ¡odiaba a mi padre! Yo sabía que era su culpa, quería encontrarlo y matarlo, ahogarlo, echarle tanto la culpa. Golpeé la pared con coraje, levantando a Tristán.
—Qué coraje —exclamó con voz ronca, mientras se ponía los lentes. — ¿Que es lo que te pasa, Dahíro?
—Quisiera poder solucionar el mundo y cambiar el pasado. . . Decirme a mi que. . .
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Patoghen A18E08: Release
Science FictionDespués del patógeno A18E08 liberado por el científico Alucard, el mundo como lo conocíamos se vuelve un apocalipsis. Nuestro protagonista se deberá enfrentar no solo a los muertos vivientes, si no también a la gente que odia a su padre y buscan ven...