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Alfonso

Está vez siento que ya la perdí.
En otros momentos yo era quien se molestaba y a ella le tocaba buscar la manera de encontentarme. Creo que me acostumbré.

La actitud de mi Annie me pareció muy extraña por eso después de salir de su departamento tome la decisión de meter mi moto en el estacionamiento, de manera que ella no la viera. Me senté cerca del edificio a esperar, algo me dice que va a salir pero que si sólo fuera una salida con Dulce, me abría contado.
Ya pasó poco más de la hora y veo que un Mercedes plateado se acerca al edificio y cuando me dispongo a levantarme para tener mejor visión, me sobresaltó la vibración de mi celular.

—Qué onda wey, me dejaste un recado con Ucker o ¿lo olvidaste?

—Chris, estoy afuera del edifico de Annie, va a salir y tengo que ver con quién. Ahora no puedo hablar.

—¿!Que estás haciendo qué!?...
Estás fatal papá. Esa pollita ya no quiere saber nada de tí, ¿Lo entiendes?

Estoy arto de escuchar lo mismo así que decido pasar del comentario que nunca le pedí.

—Nos vemos en una hora en donde acordamos para irnos a las carreras.

—¡Asi se habla caray! Cómo todo un macho cabrio Mexicano. Nos vemos voy a llamar a los cuates.

Terminé la llamada y en ese momento mi chica salía del edificio. Estaba de espaldas cerrando la puerta, cuando bajó un imbécil del auto de hace rato  y se acercó a ella tomándola de sorpresa por la cintura y dejándole un beso en la mejilla.
Esto no podía estar pasando...yo le dí la confianza de decirme la verdad sobre si salía con alguien más y, no fue sincera.
Estaba malditamente enojado sólo quería ir y partir la cara del hijo de puta por el que Anahí no quiso regresar conmigo.

Salí del lugar donde me ocultaba y me dispuse a caminar hacia ellos pero fueron más rápidos y ya se estaban marchando.

—¡Anahí! –grite con toda la rabia que me invadió pero fue inútil porque pareció no escucharme...o simplemente no le importó.


Ucker

Después de llegar al departamento donde vive la chica de Poncho y su amiga pelirroja me encontraba nervioso traté de ser igual que siempre pero algo me hacía sentir tonto delante de ella. A decir verdad Dulce se encontraba igual aunque lo ocultara bajo su entrecejo fruncido y moviendo su labio superior logrando hacer un gesto chistoso.
Al lograr pasar al sofá, ella se marchó dejándome disponer de su espacio, por lo que anduve conociendo el lugar.
Me encontraba frente a un pasillo que me llevó hasta una terraza, desde ahí se podía ver la ciudad. No estaba tan mal, debieron pagar una buena cantidad para disponer del apartamento.
No sé cuánto tiempo tarde ahí contemplando todo y fumando un cigarro para calmar un poco mis nervios.
Después caminé hasta la habitación que me había dejado Dulce. Estaba por llegar cuando escuché murmullos por lo que me detuve sin ser visto por la chicas.

—Dulce, tú mejor que nadie me conoce, yo sería incapaz de iniciar una relación con Gonz.
Pero para ser sincera él ha intentado besarme y yo lo he evitado.

—Eso espero Anahí, porque también conozco lo cabezota que eres cuando traes un coraje atorado.

—Por eso mismo necesito que te aparezcas en el lugar donde me va a llevar Gonzalo ésta noche.
Aunque no me parece buena idea que llegues acompañada de Ucker. Sabes que es el mejor amigo de Poncho y puede ir a contarle.

—Lo sé pero es muy insistente y no encontré la manera de rechazarlo. Lleva tiempo fastidiando. —al escuchar eso no pude evitar reír por lo bajo, así que mi insistencia me había llevado a la cita de ésta noche– Pero no te preocupes lo mantendré vigilado y ocupado.

—Por cierto ¿dónde lo dejaste? No lo habrás pasado a tu recámara ¿Verdad?

—Claro que no, cómo se te ocurre. Con lo mal que me cae.
Mejor vete porque ya te están espero y, no olvides mandarme el mensaje en cuanto llegues al lugar que te llevará el susodicho.

Anahí

No sé que pretende Gonzalo, pero no pienso quedarme mucho tiempo a solas con él. Aunque estoy decidida a pasarla bien y olvidar toda la noche a Poncho.

—Te dije que te ves hermosa?

—No, pero tampoco hacia falta porque ya lo sabía. Yo siempre me veo bien.

—Que modesta. –ambos nos miramos y reímos hasta que siento su mano posarse en mi muslo–¿Quieres pasar a comer algo antes de llegar al lugar que vamos?

—Estás de broma? –mire su mano– A caso ¿estás tratando de que volvamos a lo de hace tiempo?

—No, claro que no. ¿Te incomodó lo que hice? Creí que había confianza y jamás lo hice con la intención de sobrepasar la línea.

—Ok. Sí hay confianza es solo que...no me hagas caso. Y no quiero comer, gracias.

—de acuerdo porque ya llegamos. — era un karaoke en Polanco llamado “La chismosa”

En cuanto bajamos y Gons pedía unas bebidas yo corrí al baño y le mandé la ubicación a Dulce

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En cuanto bajamos y Gons pedía unas bebidas yo corrí al baño y le mandé la ubicación a Dulce.
No tardó mucho en aparecer.

—¿Es Dulce la que viene llegando? Y viene con un chico.

Fingí la sorpresa de ver a mi amiga en el mismo lugar que yo.

Ucker

Salir con una pelirroja tiene sus ventajas pero también sus deficiencias.
Desde que salimos del edificio no ha parado de hablar y hablar...
Se la pasa ordenandome qué decir en cuánto entremos al Bar.
Hace unos instantes ha subido la velocidad que me sorprende; está chica sí que me gusta.
¿Qué dije?...

—WOW ¿lo volvemos a hacer?

— Talves, todo depende de cómo hagas tu trabajo ahí dentro. —ella si que sabía de manipulación jajaja— y un pequeño error y voy a contarle todo a tu novia –lo dicho, sabe lo que hace –

Mi amigo tenia que ver ésto y de una vez por todas olvidar a la rubia.

De: Ucker
Para: Poncho
Mi rey, tienes que ver ésto por tí, solo así me creerás. No tardes, te mando la ubicación. Te daré una pisa (Anahí)

Lo envíe y ya no había marcha atrás. Enseguida me llegó la respuesta.

De: Alfonso
Para: Ucker
¿Qué tienes qué ver con Annie?
Esperame donde sea que estés, en un momento llego.

—¿Para eso me has insistido tanto? Me has dejado botada bailando sola.

—Vamos. —lo siento Poncho, pero tendrás que ver todo tú solo.–






"Perdón"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora