Capitulo 23.

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- Hola soy Justin Bieber, en este momento no te puedo atender deje….

Corte. Era la segunda vez que llamaba y no atendía, eran las seis y treinta y dos. ¡Dos minutos tarde! Creo que había sido muy clara con él ayer. 
Tome las llaves de mi auto y camine hacia la puerta.

- Carmen, me iré a la escuela – 

Antes de que ella pueda contestar abrí la puerta de entrada. Di un pequeño salto y un paso hacia atrás al ver a Justin parado frente a mi puerta apunto de tocar el timbre. 

- ¿A dónde ibas, Gomez?
- Dos minutos tarde Bieber, dos – levante dos dedos.
- ¿Podemos irnos?
- Claro, espérame aquí –

Entre a mi casa y deje mis llaves arriba de la mesa.

- ¿No va a ir a la escuela? – preguntó Carmen saliendo de la cocina.
- Me llevara un amigo – moví mi cabeza hacia la dirección de Justin y camine hacia la puerta.
- De acuerdo – giro sobre sus talones pero antes de irse, volteó a verme- ¿Y Srita. Gomez…? – la mire – Su madre me dijo que hoy llegue rápido del colegio. Sabe que Ricardo está en la ciudad y tiene miedo de que se contacte con usted.
- De acuerdo. Adiós – asentí y camine hacia el auto junto a Justin.


- A sí que… ¿auto nuevo? – mire hacia alrededor. Este no era el auto que conocía. 
- Regalo de mi madre – se encogió de hombros - ¿Quién es Ricardo? – preguntó después de unos segundos de silencio.
- Uhm… mi padre – respondí secamente.
- ¿Y porque te escondes de él? – me encogí de hombros - ¿No se llevan bien? – negué con la cabeza – No das mucha información, ¿cierto?
- Suspire – Mi padre abandono a mi madre cuando supo que estaba embarazada. Él tenía una familia de clase alta y mi madre para la familia de mi padre era una pobre caza fortunas – me encogí de hombros – Mi madre me tuvo que criar sola, consiguió un pequeño empleo en una empresa pequeña, y ahora se convirtió en una de las empresas más grandes de LA, mi padre siempre me llama pensando que estoy interesada en saber algo por él, pero la verdad es que lo odio. Hace unas semanas el regreso a LA, ahora resulta que trabaja en la misma empresa que mi madre y quiere volver a verme. También me entere que ya formo otra familia.
- ¿Y porque no dejas que te vea así te deja en paz?
- No lo quiero ver ni en figuritas – mire hacia la ventana – ¿Y tú Bieber? ¿Cuál es tu historia? – me miro por unos segundos con el ceño fruncido – Detrás de toda esa frialdad debe haber una historia.
- Rio – Mi madre me abandono cuando nací. Me rescataron unos hombres que no son de mucho agrado, ya sabes, consumían alcohol, drogas, y toda esa mierda que te arruina la vida. Me usaban solo para conseguirles dinero, ¿Quién le diría que no a un niño de cuatro o cinco años? A pesar de todo mandaron a una gran escuela. A los ocho años me escape del lugar y me escondí en un callejón, aun así seguía yendo a la escuela. Trataba de portarme lo mejor posible para no llevar ninguna nota citando a mis padres, porque no tenía… Un día me encontraron en la calle y me llevaron a un orfanato. Semanas después escuche a una señora que preguntaba desesperadamente por su hijo, según ella lo había dejado de pequeño en las puertas de ese orfanato. Era yo… - se encogió de hombros sin importancia –
- ¿Cómo estaban seguros que eras tú? – pregunte con el ceño fruncido.
- Simple. Pruebas de ADN… A los diez me volví a escapar de la casa, no quería tener nada que ver con esa mujer. Ella sabía dónde yo estaba viviendo, siempre me traía regalos para que volviera pero no lo hice…
- ¿Por qué no?
- Estoy acostumbrado a vivir solo, a seguir mis propias reglas.
- ¿Le tenías rencor por haberte abandonado?
- No soy rencoroso, pero si lo quieres llamar así de acuerdo, le tenía rencor.
- ¿Y aun lo sigues teniendo?
- Ya llegamos chica preguntona – me guiño el ojo y salio sal auto.

Wow. ¿Tan rápido habíamos llegado?
Pegue un pequeño salto cuando golpearon la ventana donde tenía mi cabeza apoyada.

- ¿Bajaras o te piensas quedar ahí toda la mañana? - Abrí la puerta y baje.

Caminamos por el pasillo ganándonos la mirada de todos lo que estaban allí. Créanme, ni en mis mayores sueños me imaginaba caminar al lado de Bieber. Antes de llegar a mi casillero, él se quedó quieto y se puso frente mío.

- Supongo que nos veremos pronto – 

Se acercó a mí. Entrecerré los ojos pensando que me iba a besar, pero no fue así siguió su camino. ¡Qué suerte que no me beso!... ¡Alto! No me beso… oh dios. Una parte de mi está mal, pero otra parte está feliz.
Fruncí el ceño y voltee para ver donde estaba. Pero antes de que pudiera reaccionar, el me tomo por la cintura y me beso. ¡Te odio Bieber! Pero tus besos son completamente adictivos.

- ¿Estabas triste y confundida porque me fui sin besarte? – hizo un mohín con su labio inferior. 
- Eres un estúpido – el rio y se fue caminando por el pasillo. 
- ¡Hey, Selena! – grito a lo lejos. Lo mire – La otra noche te olvidaste tu sexy vestido rojo en mi casa – me guiño el ojo y volteo para irse. Todas las miradas del pasillo se dirigieron hacia mí.

Bieber, considérate muerto.

TE ODIO... PERO TE AMO → Jelena 【Adaptación】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora