Capitulo 28.

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Camine al lado de Kate. Ella era una chica un poco más baja que yo, tenía un largo pelo color rubio que le llegaba por debajo de los hombros, tenía ojos color celeste que con la luz, parecían mucho más claro de lo que eran, pero sobre todo… Ella era la chica nueva, venia de Nueva York y se había mudado a Los Ángeles porque a su padre lo asignaron del trabajo aquí. Había quedado con la profesora Carriso que como yo no haría el trabajo que había asignado que haga –con Justin- tendría que ser la presidenta del comité de bienvenida. Obviamente, acepté. Faltaban unos pocos meses para terminar la escuela, así que no sería tanta la tortura de tener que soportar a la gente nueva.

- ¿Qué tienes ahora? – pregunté.

Ella saco de adentro de su cuaderno, un pequeño folleto donde estaban todos sus horarios. 

- Educación física –
- Genial. Compartimos la misma clase – sonreí - ¿Tienes el uniforme deportivo? – ella asintió.

Mientras íbamos hacia nuestra siguiente clase. Kate me fue contando un poco de su vida, y lo difícil que fue para ella dejar su hogar y a sus amigos en Nueva York.
Cuando llegamos. Abrí la puerta del vestidor de chicas, y todas las miradas –de las porristas- se dirigieron hacia nosotras. Kate me miro un poco nerviosa y le sonreí para que no se preocupe. Ella había llamado la atención de todos los chicos cuando apenas dio un paso en la puerta de entrada, y no me sorprende, es una chica muy bonita.
Le enseñé su casillero, que estaba al lado del mío. Ella tomo un papel y puso su clave, yo hice lo mismo y saque mi ropa. Escuche unas pequeñas risitas que simplemente las ignore, pero voltee cuando me di cuenta, que esas risas tenían algo que ver conmigo o con Kate.

- ¿Qué? – Mire a las dos rubias que estaban sentadas frente mío. Ellas me miraron rápidamente y se callaron.

Estaba a punto de volver hablarle a Kate cuando un «Pobre, ella no sabe», se escuchó desde el fondo.

- ¿Qué no se? – mire a una de las porristas que reía. 


(…)

- ¿Estás bien? – preguntó Kate.

¿Si estaba bien? ¿Por qué iba a estarlo?
Es la primera vez que me sentía así… ¡Y no tenía por qué estarlo!
Se suponía que no éramos nada, ¿verdad? Entonces, ¿Por qué me sentía decepcionada? ¿Engañada? ¿Humillada?

- ¿Quién era el chico que nombraron allá? –

Dirigí mi vista hacia el otro lado de la cancha. Ahí estaban los chicos en su clase de educación física, estaban jugando al futbol… Y ahí estaba el. Dios… ¿Por qué me sentía tan mal? ¡Se suponía que él no significaba nada para mí!

- ¿Es tu novio? – preguntó Kate. La mire con el ceño fruncido… ¿Lo era? No… claro que no lo era. Pero… Se suponía que debía decir que Si, ¿verdad? – Oye, lo siento. No debí preguntarte muchas cosas – rio incómodamente.
- No importa – sonreí – Y el chico del cual hablaron allá… - suspire – No, no es mi novio.
- ¿Un ex? – negué - ¿Amigo? – volví a negar con el ceño fruncido – 

Ella se volvió a quedar en silencio. Mire hacia el frente, la profesora la estaba explicando a las porristas como hacer una Pirámide y subida.

- Sé que soy muy molesta… - mire a Kate, quien estaba mirando hacia sus dedos. Como si se avergonzara de hacerme tantas preguntas – Pero, si no es tu novio, ni tu ex, ni tu amigo, ¿Por qué te pusiste mal cuando las chicas de allá te contaron eso sobre el chico?

¿Tenía alguna respuesta? No, no la había. Pero ellas me lo habían contado, porque Justin le había dicho a todo el mundo que éramos novios. Y también, para que yo me ponga mal al contarme eso… Y vaya que les funcionó, porque por alguna extraña razón, estoy mal.

Mire a Kate una vez más, y ella me miro a mi. ¿Qué le iba a responder? ¿Qué estaba… celosa? Pero, ¿Por qué lo tenía que estar? Él y yo no éramos nada.
Abrí la boca, pero la cerré y repetí el mismo movimiento varias veces. No tenía nada que decir… porque no había ninguna respuesta.
Pegue un salto cuando alguien, de atrás, toco mi hombro. Voltee y me encontré con sus ojos… Dios, estaba tan enojada. Él me sonrió, me tomo del mentón para que lo mirara y me dio un corto beso en los labios. Haciendo que todo mi cuerpo sienta una corriente eléctrica. 

- Hola – susurró. Pero antes de que pudiera contestar, miro sobre mi hombro, voltee la mirada para ver a Kate mirándonos a ambos – Hola… - se presentó – ¿Tu eres?
- Kate… - ella sonrió – Un gusto… - ella entrecerró los ojos esperando a que él le dijera su nombre.
- Justin… Bieber – sonrió y me miro. Oh no, lo iba hacer de nuevo – El novio de Selena. 

Kate sonrió ampliamente y me miro con ambas cejas levantadas. Justin se sentó a mi lado. 

- ¿Qué haces aquí? – le pregunté mirándolo – Tendrías que estar en tú clase.
- Me aburrí y vine a verte… - dijo mirando hacia adelante.
- ¿A mí o a las porristas?
- El rio y me miro – A ti… - 

Bufe y mire hacia el frente. Sabía que era mentira. Todo lo que le decía era mentira, y yo siempre caía en ellas.
Quería decirle lo que le había escuchado, lo quería hacer. Pero por alguna razón me sentía nerviosa, y no tenía por qué estarlo.
Frunciendo el ceño, Justin me miro y ladeo la cabeza.

- ¿Qué ocurre?

A veces odiaba que sepa cuando estoy mal.

- Nada, solo quiero irme de aquí – me levante y mire a Kate – Creo que hoy no haremos, la profesora esta con las porristas, ¿Vienes? – ella asintió y se levantó.
- Yo también iré – Justin se paró.
- Le dije a Kate, no a ti Justin. Adiós – dije y me fui.

Camine junto a ella por el campus, hasta llegar a los vestidores.

- Así que… ¿No es tu novio? – ella sonrió. ¿Qué le diría ahora?
- Es complicado. 
- Ella asintió – Sé que soy nueva y no entiendo mucho de esto, pero ¿serian como unos amigos con derechos? – la mire sin entender – Claro, ya sabes. Pueden besarse, tener sexo, pero sin compromisos, ni sentimientos… Alguno de los dos puede salir con quien quiera.
- ¿Por qué piensas eso?
- Por lo que dijeron las chicas antes… De que él había tenido sexo con una chica.

TE ODIO... PERO TE AMO → Jelena 【Adaptación】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora